SUCESOS
La cuidadora de los 3 niños muertos en Boecillo declara no recordar nada
La presunta autora de la muerte de tres menores discapacitados en un centro de acogida de Boecillo declaró no recordar nada de lo sucedido el pasado fin de semana, salvo que sólo quería quitarse la vida. El juez encargado del caso se personó a última hora de la mañana de ayer en el Módulo Penitenciario del Hospital Clínico Universitario, donde permanece ingresada Graciela Baravran, cuidadora a cuyo cargo estuvieron los tres menores la noche del sábado 13 al domingo 14.
Baravrán, de 55 años, manifestó durante los treinta minutos que duró su declaración que su intención era quitarse la vida y que no recuerda nada de los hechos ocurridos en la residencia, según fuentes de la investigación. Esta declaración es coincidente con lo manifestado por la detenida a la Guardia Civil la noche anterior.
La acusada se encuentra bajo custodia policial en el citado Módulo Penitenciario, donde se recupera de las lesiones que se autoinflingió en las muñecas y cuello con un cutter. La cuidadora, de origen uruguayo fue ayer interrogada sobre lo ocurrido en el centro de acogida ‘Nuevo Amanecer’, donde fueron hallados los cadáveres de los tres niños discapacitados de 3, 9 y 14 años con sus cabezas cubiertas con papel de cocina film, sin que facilitará explicación alguna ya que aseguró que no recordaba nada, informa Europa Press.
En ningún momento se resposabilizó de la muerte de los tres menores y tan sólo alegó que su único propósito fue el de quitarse la vida.Tras la toma de declaración, el juez ordenó el ingresó en prisión de Graciela B.H. sin fianza y comunicada, bajo la acusación de ser presunta autora de tres delitos de homicidio: Miguel Ángel (14 años); Daimer ( 9 años); y David G.C., (3 años).
Graciela Baravrán no será trasladada al Centro Penitenciario de Valladolid hasta que reciba el alta médica por las autolesiones que presentaba cuando fue descubierta por sus compañeras en la mañana del domingo dentro de una bañera del centro y por su estado mental. Las lesiones, según fuentes de la investigación, eran superficiales y de pronóstico leve, por lo que su puesta a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 y su inmediato ingreso en prisión podría no demorarse.
Graciela tiene su residencia en Ávila, en un bloque de viviendas muy cerca del Monasterio de Santo Tomás ocupado mayoritariamente por inmigrantes. Para la mayoría de los vecinos se trata de una desconocida. Sólo uno de los consultados supo decir quién era, al tiempo que expresó su sorpresa. La describió como una personalcordial en el trato y con la que intercambiaba conversación en algún momento. Uno de ellos recordaba que hace un año había cogido «una baja por depresión hace un año» por la enfermedad de su marido, cuestión que desmintieron rotundamente desde Mensajeros de la Paz ya que en su historial de cinco años sólo consta una baja por una operación de rodilla en febrero de 2009.
«¡Ah, la que está casada con el argentino!», señaló para después apuntar que, según le había comentado en alguna ocasión, viajaba a Valladolid para trabajar los fines de semana, informa Antonio García. También ayer se practicaron las autopsias a los cadáveres de los tres menores, encontrados sobre las 9 de la mañana del domingo 14 postrados en sus camas y con sus cabezas cubiertas. Debido al secreto de sumario, decretado por el juez, nada ha transcendido de los informes forenses.
Los tres fallecidos eran los únicos menores ingresados en el centro, ubicado en un chalé, construido en 2008 y que llevaba abierto como residencia poco más de un año en el número uno de la calle Almendro, dentro de la urbanización El Moral de Boecillo. El centro, cerrado a cal y canto ayer, está bajo la tutela de la Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León, cuya titular es Milagros Marcos, aunque la organización no gubernamental Mensajeros de la Paz, que preside el Padre Ángel, es la encargada de la atención de los residentes.
En el patio permanecía ayer una furgoneta de Caja Madrid, entidad colaboradora con Mensajeros de la Paz. La única novedad, respecto al día anterior, eran una pancarta, tres muñecos de ‘Bob Esponja’ –cada uno de un tamaño–, tres ramitos de rosas rojas y tres velas.