Heraldo-Diario de Soria
Jose Vicente Guerra, coordinador de ASOCYL, hace de intérprete de Paquita Nieto para EL-

Jose Vicente Guerra, coordinador de ASOCYL, hace de intérprete de Paquita Nieto para EL-

Publicado por
TERESA SANZ TEJERO / Segovia
Soria

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Ha vuelto de la compra con el precio apuntado a bolígrafo en la mano. El ticket no se veía y la tendera raya sobre su palma los euros que cuesta la vida del día a día. Entra en casa, responde en el ordenador  a los mensajes recibidos. Chatea con  su amigo José Manuel, y éste le cuenta que ha presentado solicitud de empleo en el IKEA vallisoletano. Dedica un rato a internet y cumple con los quehaceres de la casa. Limpia , ordena y se pone a cocinar: Sopas de ajo, pollo asado y sandía.

Cocina para ella, Francisca Nieto Ruano, 45 años, divorciada, y para su padre octogenario, Fructuoso. Viven en la misma casa, en Gomezserracín y Paquita coge el autobús a Valladolid una vez por semana.

Para ello, camina dos kilómetros  desde su casa a la parada del autobús, en ‘La Zamorana’, junto a la autovía de Pinares. Desde la estación de autobuses, en Valladolid, se dirige a la sede de la Asociación que preside. Coge otro autobús. Media hora más.

Hasta aquí todo normal. Pero la admiración por su tesón se multiplica y su valentía personal se hace monumental cuando se sabe que Paquita es sordociega, como aquella Helen Keller, norteamericana real de principios del siglo XX,  que inspiró  novela y cine por su ejemplo de superación. 

Sorda y muda, se sobreentiende, y además ciega. 

Padece como muchos otros sordociegos el llamado síndrome de Usher, de muy diverso tipo: sordera y ceguera totales, sordera combinada con algunos restos de visión, como es su caso; un síndrome que afecta  con distintos grados de minusvalía a no se sabe cuántos individuos.

Paquita Nieto lidera desde hace  unos meses la Asociación de sordociegos de Castilla y León, ASOCYL, que trata de lograr ayudas regladas para el colectivo. De ahí los necesarios viajes semanales hasta la sede social  del número 20 de la calle Carvalleda.

Nació «solamente» sorda. Le costaba seguir las clases en un colegio de Valladolid y ella notaba que era más torpe que otros niños.  A los 16 o 17 años empezó a notar que perdía visión. Ahora,  sus limitaciones visuales sólo le dejan ver «algo», «sombras» y «perfiles», traduce su intérprete.  Mitiga con gafas de sol la molesta la luz excesiva y su campo visual se reduce al frente. De día ve poco; la oscuridad la convierte en ciega total.

Usa bastón cuando va sola, pero se resiste a ser acompañada  por un perro guía: «sería un trabajo más», dice. Quizás en un futuro, si no tengo más remedio.., pero ahora no», dice mediante signos, moviendo sus manos ágilmente. De la misma manera cuenta su vida y sus anhelos de luchadora. Estuvo casada nueve años. Se separó, porque «aquello no funcionó». Es  la mediana entre una familia que tuvo siete hermanos, dos de ellos fallecidos. Y entre ellos un sordociego que murió, Luis, y otros sordociego que vive en otro pueblo de Segovia, Tabanera.

Hablamos y levanta su reloj para saber, a veces, qué hora es. Inquieta,   demuestra una memoria prodigiosa y, como haciendo constar la «necesidad de estar activo», no para.

Reivindica para ella y su colectivo. Denuncia con manos seguras que la parada del autobús está «colocada fatal». Quiere que lo veamos y nos hace acompañarla: «Lo véis; está retranqueda entre pinos y con un barrizal para salir al encuentro del autobús que hay que sortear entre camiones».

Clama contra la «situación dramática de los sordociegos», el «olvido de la administración»  y  lo «incómodo» que es «depender del voluntariado porque no hay dinero para pagar técnicos de apoyo». 

Anima a los sordociegos a inscribirse: « a salir del aislamiento en el que viven la mayoría», apunta, y a hacer ver a sus familias que existen y hay medios para ayudarles a vivir mejor: «La Junta debería tenernos en cuenta», dice. «Necesitamos guías y ayuda para ocio y formación»” y rememora el viaje a Bruselas que hicieron los sordociegos de Castilla  y León, invitados al Parlamento europeo por un eurodiputado sordomudo.

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