El presentador radiofónico Alfredo Matesanz recibe el título de Hijo Predilecto de la Ciudad

El presentador radiofónico Alfredo Matesanz (Segovia, 1951) recibió el título de Hijo Predilecto de la Ciudad, “un honor reservado sólo a los mejores y que merece porque es uno de ellos”, destacó la alcaldesa, Clara Luquero. El subdirector y jefe de informativos de Radio Segovia (de la Cadena Ser), presidente de la Asociación de la Prensa de Segovia y, sobre todo, voz del programa matinal Hoy por Hoy de Segovia desde los años 80, había sido propuesto para esta distinción por la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos y su nombramiento fue ratificado el pasado 1 de octubre por los 25 miembros de la Corporación municipal.

El antiguo salón de plenos del Consistorio se quedó pequeño para acoger un acto tan sencillo como emotivo, donde Matesanz, en el día de su cumpleaños, reafirmó su “pasión por la radio”, que desde hace más de cuatro décadas “ha tenido que soportar” su familia, y reivindicó el papel del periodismo local para “reforzar la opinión pública”. Tampoco olvidó agradecer la presencia del subdirector y jefe de contenidos de la Cadena Ser de Castilla y León, Javier Cuevas, así como de la presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, Elsa González.

Luquero, en su discurso, resaltó como el carácter “rigurosamente popular” de la propuesta de nombramiento, por partir del movimiento vecinal segoviano, “la dignifica y la engrandece”. Un homenaje para “una voz inconfundible” que “es parte intangible de esta vieja ciudad castellana”, añadió. No en vano, a su larga carrera en Radio Segovia se suman los numerosos eventos populares que ha presentado y conducido en este tiempo.

Matesanz, por su parte, hizo un emotivo repaso a su trayectoria, que inició casi por casualidad (es licenciado en Derecho) como locutor de Los 40 Principales antes de convertirse en la voz segoviana de Hoy por Hoy: “A lo largo de estos 43 años he trabado en la radio afectos fraternales con todos los que en ella coincidimos, el trabajo compartido con ellos ha sido una especie de joya en mi existencia”, afirmó. “Aquel mundo de la radio me fascinó y me atrapó, y hoy sigo manteniendo viva, lo confieso, la misma ilusión al enfrentarme al trabajo de cada día”.

Aunque la tecnología digital “ha sustituido las cintas, los carretes y los viejos magnetofones”, recordó que “las puertas de la emisora siguen abiertas”. Y del periodismo local, “un trabajo sacrificado pero apasionante”, subrayó la entrega que requiere porque “no se es periodista de ocho a tres”, prosiguió Matesanz, quien siempre lleva consigo su grabadora.

Inevitablemente, la emoción le embargó al dedicar el título a sus personas más cercanas: “Esta pasión por la radio la ha tenido que soportar mi familia, mi mujer Teresa y mis hijos, ciudadanos del mundo”, valoró. “Estoy contento porque están aquí, siempre han estado lejos, y está mi madre, Felisa… mi hermana Ana no ha podido venir, y falta mi padre Julián, que era un buen hombre y que hoy se hubiera sentido muy feliz aquí”, confesó ya con voz temblorosa, por una vez.