La secuenciación genómica: la nueva era de la biotecnología

Un cambio de paradigma está teniendo lugar en el ámbito de las ciencias de la vida. Ahora, la mayor parte de la innovación viene de la tecnología o, más bien, la tecnología es catalizador de un amplio abanico de desarrollos biotecnológicos. Una idea con la que arrancaba su intervención el alemán Michael Müller, director socio de la consultora Monacon Beteiligungs GmbH, en el seno de ForumBioRegio que la pasada semana organizaba Biocat.

El cambio en el mercado queda patente cuando los principales servicios de estas empresas son digitales: «La secuenciación genómica y la medicina personalizada revolucionarán los diagnósticos y los tratamientos», opina este alemán. La prevención se convertirá en un segmento esencial del mercado y lo hará de tal forma, que no se trata solo de prevenir enfermedades lo antes posible sino que se monitorizará la progresión y la rehabilitación de los pacientes de forma cercana.

Será, de hecho, consecuencia de ello que las tecnologías de la información se conviertan en una parte integral del sector farmacéutico y sanitario. Paralelamente, tanto las firmas como las instituciones generarán y accederán a los datos mientras comparten conocimiento en tiempo real. En última instancia, Müller lleva sus consecuencias hasta una transformación de paradigma: «La industria cambiará del antiguo modelo de I+D a innovaciones generadas fuera del laboratorio».

Pero si parece que hay una promesa biotecnológica a la vista esa es la secuenciación genómica. En medio de un vídeo interrumpido, Müller dice: «Con un fragmento del filme Gattaca quería ilustrar cómo modifican el código genético para preparar a cada individuo para cumplir determinadas tareas. Por ejemplo, ser un astronauta».

Más allá de las bromas o de predicciones inciertas, lo que sí es realidad es que el ADN puede ser utilizado para saber qué enfermedades desarrollará cada persona. «La nueva tecnología genómica ultra rápida permitirá prevenir afecciones genéticas en recién nacidos antes de que las manifiesten», avanza el experto. Permite realizar test en tan sólo dos días, lo suficientemente rápido para prevenir.

Aún así, conlleva determinadas cuestiones éticas: «¿Queremos saberlo si no existe posibilidad de tratamiento para esas enfermedades?», lanza Müller la pregunta al público. «Además de las dudas morales que implica a la hora de optar a un puesto de trabajo o contratar un seguro de salud», expone el alemán.

Fue el experto en dispositivos médicos, David Cassak, quien expuso cómo las start ups han sido quienes han liderado esta transformación en la industria. Su evolución ha sufrido altibajos, guiados en parte por que las crecientes mejoras clínicas dejan de ser suficientes y los clientes comienzan a buscar soluciones a los costes del sistema. «La financiación es un reto. Las corporaciones invierten sólo en los primeros pasos», cuenta Cassak.

El ecosistema se dirige a dispositivos diseñados para tratar episodios de enfermedades crónicas, en detrimento del los tratamiento puntuales. «La reforma sanitaria se centra en gestionar las enfermedades crónicas porque es natural para las compañías el centrarse en diabetes, depresión o obesidad. Pero tenemos que considerar las implicaciones», advierte.

Cuando define las líneas de producto, Cassak apoya la idea de volver todo el tratamiento más eficiente, no sólo el proceso. En este sentido, el estadounidense se remite a palabras del doctor Steve Oesterle y suscribe la idea de que reconocer el valor de los implantes en el momento no es suficiente. «Tenemos que ser capaces de descubrir su valor a largo plazo».

Y concluyendo en un escenario de futuro el alemán pronostica que las terapias personalizados serán capaces de proveer de secuenciación genética y tratamientos de forma remota, barata y sencilla en cualquier parte del mundo.