Movilizar a la ciudadanía a favor de la acogida de refugiados

El pasado martes, en un Espai Lliure abarrotado, se lanzaba la campaña Casa nostra, casa vostra con el objetivo de promover la conciencia ciudadana sobre la crisis migratoria y movilizarla para pedir a las instituciones catalanas que cumplan los compromisos que asumieron para solucionarla. Al día siguiente, el manifiesto ya contaba con más de 14.000 firmas en una página web colapsada a ratos por las visitas.

Más de 300 voluntarios preparan desde hace meses el proyecto de campaña, que con el lema Volem acollir pretende crear puentes entre los ciudadanos y los refugiados para que puedan venir. «Somos la sociedad civil organizada y concienciada», sentenciaba durante la presentación Adriana Cabezas, una de las coordinadoras del proyecto. «Nos reunimos para exigir responsabilidades», añadía posteriormente. Y es que, según los organizadores, a pesar de que las competencias sobre migración dependan del Estado, en Cataluña ya se puede actuar para solventar el racismo institucional así como los otros problemas con los que se topan los refugiados e inmigrantes una vez han llegado a su destino.

Para ello, se ha creado una recogida de firmas online con un manifiesto que reclama «una respuesta más clara y contundente» de las instituciones catalanas frente al «desplazamiento forzado de personas más grande desde la Segunda Guerra Mundial». «Cataluña tiene competencias en políticas de acogida y podría aplicar medidas para mejorarlas y reforzarlas desde ahora mismo», se puede leer en el texto. El escrito pide a las instituciones que actúen de forma definitiva para que Cataluña sea tierra de acogida, que garanticen el desarrollo social digno de las personas migradas, que defiendan el derecho a la libre circulación de las personas y que trabajen para erradicar las injusticias que originan estos desplazamientos.

La campaña contempla además, según los coordinadores, la celebración de más de 150 actividades ideadas por las más de 200 organizaciones que firmaron en primera instancia el manifiesto, a las que esperan que se sumen muchas más en los próximos meses. Entre ellas figuran la exposición en los centros escolares de una instalación artística para niños, el pase de una docuserie de diez capítulos después del Telenoticies Vespre de TV3 y la celebración de un concierto benéfico en el Palau Sant Jordi el sábado 11 de febrero.

Después de una fase de sensibilización, los organizadores harán presión a las instituciones catalanas para que se haga respetar la voluntad de la ciudadanía. La campaña se cerrará el 18 de febrero con una manifestación que los organizadores esperan que sea «la más multitudinaria que se haya hecho en Europa» desde que estalló la crisis migratoria. «Lo queremos hacer al final porque de momento no hay suficientes firmas ni gente en la calle. Una vez los tengamos, iremos al Parlament», comentaba después de la presentación Rubén Wagensberg, uno de los coordinadores del proyecto. Algunos voluntarios ya se han reunido con la presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, para contemplar las vías de entrada en la cámara de las que dispone el proyecto.

Casa nostra, casa vostra es una organización sin ánimo de lucro: todos los beneficios que se recauden con la venta del material de campaña y las entradas del concierto benéfico se destinarán a proyectos de acogida de refugiados que serán seleccionados a través de una convocatoria abierta.