PEDERASTIA EN LA DIÓCESIS DE ASTORGA
El Obispado decreta la ley del silencio
Nadie habla, nadie responde y nadie da explicaciones, ni dentro de la Iglesia de Castilla y León ni en la esfera nacional. La Diócesis decreta la ley del silencio. Todos se remiten a un breve comunicado del Obispado de Astorga de medio folio en el que se habla de «una pena pertinente», aunque no se precisa cuál, se reafirma en que el cura pederasta no tiene responsabilidad eclesial y lamenta lo sucedido. No hay más aclaración. No responden a ninguna pregunta. Ni siquiera las que tienen que ver con nuevos hechos que van saliendo a luz.
¿Cómo se ha explicado lo que sucedió hace 28 años?
Con un escueto comunicado. Ninguna voz autorizada por la Iglesia ha justificado o dado explicaciones sobre qué ocurrió en el Seminario Menor de La Bañeza en 1989, cuántos alumnos fueron víctimas de los abusos sexuales de José Manuel Ramos Gordón, ni cómo actuó la institución eclasiástica entonces.
¿Quién responde ante las acusaciones de que existió una red de encubrimiento por otros sacerdotes del Seminario?
De nuevo, nadie efectúa declaraciones. Rehusan pronunciarse, cuando este diario se lo solicita, cualquier portavoz de la Conferencia Episcopal y también el propio presidente, Ricardo Blázquez. Lo mismo sucede con la Diócesis de Astorga. Ni el propio obispo, Juan Antonio Menéndez Fernández, ni el recién nombrado vicario dePonferrada y acusado por la víctima como uno de los encubridores, Francisco Javier Redondo de Paz, quisieron hablar. Tampoco lo hizo Julián Barrio, el también señalado arzobispo de Santiago de Compostela, que por entonces fue rector del Seminario Mayor de Astorga, el segundo destino en el que la víctima asegura que fue maltratado psicológicamente. Éste sí emitió un comunicado de dos breves párrafos negando su participación en los hechos.
¿Quién autorizó el traslado del párroco pederasta a la localidad zamorana de Tábara y cuándo lo hizo?
El Obispado de Astorga tomó la decisión de que nada más terminar el curso 89-90, el mismo en el que la víctima contó a varios profesores los abusos padecidos, el cura José Manuel Ramos Gordón debía ser trasladado a Tábara. Allí ejerció durante 26 años.
¿Desde cuando lo sabía la Diócesis?
Según el testimonio de F. L., el mismo año (1989) en el que él, su hermano y otros dos compañeros fueron sometidos a abusos lo contaron a dos miembros de la Diócesis, buscando un auxilio que no recibieron.
¿Quién lo sabía?
Atenor de lo denunciado por la propia víctima al Papa, eran conocedores de los actos cometidos por Ramos Gordón el rector del Seminario Menor de La Bañeza, Gregorio Rodríguez, ya fallecido; y los tutores Francisco Javier Redondo de Paz (ahora vicario dePonferrada) y Juan Herminio Rodríguez Fernández. Alos dos primeros se lo comunicaron los propios afectados. También tendrían conocimiento, según F. L., algunos curas del Seminario Mayor de Astorga, donde estuvieron los dos cursos siguientes. Nombra al rector de entonces, JuliánBarrio, actual arzobispo de Santiago, y a otros sacerdotes por nombre de pila: Máximo, Paco, Gerónimo, Blas y Aquilino.
¿Han creado una comisión de investigación para aclarar los hechos o para abordar las nuevas acusaciones de ex alumnos de otro centro, el Juan XXIII, de Puebla de Sanabria?
Para ninguno de los dos casos han habilitado, por el momento, ningún tipo de mecanismo.
¿Han tenido interés en descubrir qué pasó y a cuánta gente afectó?
La ausencia de medidas adoptadas en estos 28 años apunta a que no han tenido ningún interés en remover el asunto, ni en llegar al fondo de él.
¿Cuándo deciden actuar?
Inician un proceso administrativo a instancias de la Santa Sede, después de que en 2014 el Papa Francisco recibiera la primera de las dos cartas de F. L. En agosto de 2016 sacan al sacerdote de su parroquia de Tábara.
¿Quién autorizó el traslado de Tábara y ocultó las razones del mismo permitiendo que le homenajearan ?
El obispo de Astorga Juan Antonio Menéndez decide el traslado, pero lo omite cuando los fieles de la parroquia zamorana anuncian el homenaje al cura sin saber que era un pederasta reconocido. El silencio del prelado permitió que éste reconocimiento se celebrara.
¿Han escuchado a más internos o a otros sacerdotes para conocer el alcance de los abusos de este cura y su ocultación?
No parece que hayan prestado escuchado a ningún ex alumno más. Tampoco, que hayan interrogado a los sacerdotes señalados por la víctima, ni hayan abierto ningún tipo de diligencia al respecto.