"Respiramos tranquilos, pero como siempre, ya que nosotros no decidimos"
El comité de empresa explica que el informe del CSN "es sólo un paso más, quedan otros dos: los que den el Ministerio y las empresas"
Imagen de la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos.-ICAL
La noticia del visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) a la reapertura de Garoña -aunque con algunas condiciones- es sólo un paso más de un largo proceso al que le queda aún mucha trayectoria, sea hacia la reapertura o hacia el cierre de finitivo y el desmantelamiento. Y mientras, quienes siguen ahí son los trabajadores, que confiesan respirar algo más tranquilos.
«Pero sólo un poco más que hasta ahora, porque en verdad éstas son decisiones que no dependen de nosotros, con lo que seguimos haciendo nuestro trabajo día a día», comentaba el presidente del comité de empresa, Pedro San Millán. «Satisfechos por entender que el visto bueno del Consejo lo que también hace es avalar la seguridad de la central», añade.
Remarca que, de todas formas, el proceso continúa, ya que son dos los pasos que quedan por dar en éste. El primero, la decisión que tome el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital tras estudiar el informe emitido ayer por el CSN. «Al respecto de lo cual, el propio ministro ya avanzó esta semana que se tomará su tiempo para conocer la opinión del resto de partidos, así como de los ecologistas y de las regiones afectadas, pues tiene hasta seis meses para tomar una decisión».
Y el segundo, la decisión que tomen las empresas. Circunstancia que también generó incertidumbre cuando el pasado mes de abril de 2016, los respectivos presidentes de las dos empresas que al 50% gestionan la central a través de Nuclenor, Iberdrola y Endesa, mostraron posturas desacordes respecto al futuro de la central burgalesa.
Así, mientras para el presidente de Endesa, Borja Prado, la decisión sobre Garoña «tras contar con el visto bueno del CSN no se basaría en ningún compromiso político» y sería «sólo empresarial», el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán declaraba, estar a favor de cerrarla definitivamente por el alto coste económico que se calculaba de las inversiones necesarias para retomar su actividad. «Situación que, sin embargo, a nosotros nunca nos fue trasladada así», puntualiza San Millán.
Si bien reconoce que las cifras para las necesarias inversiones rondaban los 150 millones de euros, «muchas de ellas se han ido realizando ya», asegura. «Es más, nosotros debemos agradecer que ambas hayan cumplido totalmente a la hora de costear dichos arreglos así como otras muchas cuestiones como el abono de salarios, el pago a las numerosas empresas proveedoras que siguen trabajando con la central, y demás tramitaciones del día a día», destaca.
De hecho, remarca, la reducción en el número de trabajadores que se ha producido en la plantilla en estos tres años «no se ha debido más que a las jubilaciones de empleados», asegura. Aunque es verdad que tras la decisión ministerial, reconoce, «será cuando ambas empresas se sienten a hacer números de forma mucho más exhaustiva y analizar la situación», augura.