LAS CARAS DEL ÉXITO / Santa Teresa
Santa Teresa más allá de las yemas
Las yemas ‘endulzan’ Ávila desde hace un siglo y medio. El ‘idilio’ de Julián Gil con ese producto ha hecho que esta empresa gourmet sea una referencia de la gastronomía de alta calidad. Hoy ofrece 100 referencias distintas que llegan a Europa y hasta EEUU y Japón.
Santa Teresa de Jesús es un referente o un emblema de lo abulense, al igual que las Yemas que llevan su nombre y que nacieron allá por 1860 bajo la denominación de ‘La Dulce Avilesa’ conocida después como ‘La Flor de Castilla’.
Ese lugar de charla que aún sigue existiendo en pleno centro de la capital y que fue origen del dulce más conocido de Ávila se ha transformado en un proyecto gastronómico floreciente, después de que el jurista Julián Gil Navarro se «enamorara» de este producto en dos etapas diferentes de su vida y salvase un negocio ahora consolidado y en expansión.
El primer «enamoramiento» de las Yemas se produjo cuando con apenas seis años degustó por primera vez ese producto exquisito. El segundo llegó años más tarde, cuando Gil Navarro echó mano del famoso dulce para seducir a su primera mujer, junto a una botella de champagne.
De ahí nació ese ‘idilio’ con esta histórica empresa que a finales de los ochenta decidió adquirir cuando no pasaba por su mejor momento y la tercera generación de propietarios decidió vendérsela. De esta manera, este empresario y jurista rescató un negocio lleno de historia y ligado a la memoria de los abulenses y de miles de turistas que durante sus visitas a Ávila han adquirido las famosas Yemas de Santa Teresa.
Ahora, y tras superar muchas dificultades, se ha consolidado como una de las empresas más importantes de la provincia, con más de 80 empleados que llegan a los 130 durante las campañas ligadas al huevo hilado de finales de año.
Parte de ese éxito se debe a su proceso de expansión y a su apuesta por la diversificación y la calidad de unos productos 100% naturales y sin conservantes, ni aditivos artificiales. Ahora, Santa Teresa cuenta con más de cien referencias diferentes de productos, entre los que figuran, junto a las Yemas, la mayonesa, el gazpacho, la crema de verduras, las salsas frías y calientes, el huevo hilado, los platos preparados… Todas ellas tienen presencia en España y en países como Alemania, Reino Unido, Francia, Bélgica, Estados Unidos, República Dominicana o Japón, entre otros.
Esta es precisamente una de las cuatro claves del éxito de esta empresa abulense, ya que, además de su apuesta por la exportación, también se ha centrado en la expansión de su división retail, el lanzamiento de nuevas referencias y en su apuesta por la innovación en los productos más consolidados como el membrillo.
En la línea retail, la facturación se incrementó en un 40%, destacando la puesta en marcha de un sexto local en el Barrio de Salamanca, el cuarto de la capital de España, lo que supone que el número de estos locales entre Madrid y Ávila sean ya de ocho.
El éxito de esta apuesta ha hecho que el régimen de franquicia siga aumentando, tal y como demuestra la última apertura de un Santa Teresa Shop en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón. Además, la compañía pretende abrir durante 2017 otros tres nuevos locales de estas características en la Comunidad de Madrid.
Respecto al lanzamiento de nuevas referencias para el mercado nacional, en 2016 nacieron algunas para responder a la demanda de los consumidores de productos gastronómicos de alta calidad. Entre ellos figuran el huevo hilado trufado, así como la renovación de la nueva línea de cremas de verduras y marisco.
En la apuesta por la innovación en los productos más consolidados sobresale el membrillo de Santa Teresa, que durante la presente campaña celebra su trigésimo aniversario. La diversificación de formatos y la investigación para adaptarlo a nuevos nichos de mercado ha provocado un crecimiento del 10% durante 2016.
Pero uno de los campos más sobresalientes durante el pasado ejercicio fue el de las exportaciones, cuyas ventas aumentaron un 45% respecto a 2015, gracias a las ventas en mercados como Reino Unido, Japón, Bélgica, Arabia Saudí, Suecia o Estados Unidos, entre otros.
En total, las ventas en otros países supusieron el ejercicio pasado el 12% de su facturación total, si bien la apuesta de esta compañía es llegar a que esta parte de su división suponga el 30% de su negocio total en los próximos cinco años.
En este sentido, la mayor contribución ha llegado desde el membrillo o el gazpacho Santa Teresa, con crecimientos del 46 y el 35% respectivamente.
Todas estas circunstancias han contribuido al crecimiento y la consolidación de una compañía que este año finalizará la construcción de una nueva fábrica en Ávila que le permitirá triplicar su capacidad de producción actual, gracias a los 5.000 metros cuadrados con los que contarán sus nuevas instalaciones. Su finalización está prevista para el próximo mes de julio, momento en el que se trasladarán las plantas de membrillo, huevo hilado, el obrador de pastelería y el de platos preparados.
El objetivo de los responsables de Santa Teresa es que las nuevas instalaciones estén funcionando a pleno rendimiento durante el último cuatrimestre del año.
De esta manera, Santa Teresa culminará este año un momento dulce de su historia, después de importantes apuestas por la innovación en una compañía con raíces abulenses, que ya está presente en numerosos puntos del planeta.