JUNTA DE ACCIONISTAS DE IBERDROLA
Galán reconoce que Garoña «no es rentable» y Endesa pide más tiempo
Iberdrola plantea a su socio en Nuclenor, desistir de la central porque «hace 4 años que no funciona»
La central nuclear de Santa María de Garoña «hace cuatro años que no funciona», como recordaba ayer el presidente de Iberdrola, copropietaria de la central a través de Nuclenor, pero desde mucho antes su futuro ha sido objeto de preocupación para los accionistas de la compañía que, cada año, vienen preguntando sobre la nuclear burgalesa en el turno de preguntas de la junta de accionistas.
Es en ese foro donde ayer Ignacio Sánchez Galán fue más claro que nunca sobre sus planes en el sector nuclear y en particular sobre Garoña, que será la primera víctima del giro en la estrategia de compañía para ir abandonando el negocio de la generación eléctrica de origen nuclear. La culpa, según el presidente de la energética, la tienen las restricciones emanadas de los sucesivos gobiernos que «han ido poniendo impuestos y obligaciones de forma sistemática, que han hecho que prácticamente el 50% de los ingresos» de Iberdrola Generación Nuclear -la «subsidiaria» que reúne el negocio de todas las nucleares de la compañía y que está «en pérdidas»- «tenga que ir para pagar esas obligaciones».
La pretensión de Sánchez Galán de desistir de seguir explotando Garoña viene motivada «no porque tenga nada», explicó el salmantino, sino «simplemente porque económicamente no es viable». Recordó que la semana pasada el director de la central ya aseguró en el Congreso que Garoña carece de viabilidad económica y remarcó que lleva «varios ejercicios con pérdidas muy cuantiosas».
Reflotar la central nuclear supondría una inversión superior a los doscientos millones de euros según cálculos de Nuclenor que cifra en al menos 170 millones de euros el coste de aplicar las instrucciones del Consejo de Seguridad Nuclear para implementar mejoras de todo tipo en la central burgalesa que considera imprescindibles para poder autorizar su puesta en funcionamiento, independientemente del plazo de explotación que le conceda el Gobierno a través del Ministerio de Industria. Habida cuenta de ese gasto millonario, de la presión fiscal y el resto de obligaciones que debe cumplir Nuclenor para explotar la central, el horizonte de amortización de esa inversión desaconseja la reapertura.
El presidente de la compañía energética fue interpelado por este asunto por varios accionistas ayer en Bilbao, entre ellos María Elena Valladares de Greenpeace y Gorka Artiñano, de Foro contra Garoña que tomaron la palabra en la junta como representantes de sendos grupos de accionistas. En ambos casos exigieron el cierre y desmantelamiento de la central y cargaron contra su supuesta falta de seguridad y el riesgo de contaminación por el material radiactivo.
La eléctrica ya se ha puesto en contacto con su «socio» en Nuclenor, la titular de la central, para trasladarle estos reparos a seguir adelante con la central burgalesa «y espero que en algún momento lleguemos a un acuerdo para poderlo hacer», aclaró Sánchez Galán ante la junta general de accionistas que aplaudieron su intervención.
Por su parte, Endesa considera que se debe abordar en el seno de Nuclenor todo lo relativo al futuro de la instalación, además de esperar a conocer la decisión del Ministerio de Energía sobre la petición de reapertura. Así lo explicó a Servimedia un portavoz de Endesa que asegura que «es lo más lógico y no puede ser de otra manera».