El 32% de los alumnos de Castilla y León repite curso antes de cumplir los 15 años
Es la cifra más baja desde 1991 / Sindicatos y padres aplauden que el Ministerio contemple un plan de choque para repetidores, pero cuestionan el presupuesto y exigen que se negocie con la comunidad educativa
Los alumnos viven su carrera educativa como un salto de obstáculos. Superar cada uno de los cursos representa, para muchos, un auténtico reto. Y si no que se lo pregunten a ese 31,7% de los estudiantes castellanos y leoneses que se ha visto obligado a repetir curso, al menos una vez, antes de culminar con 15 años la etapa Secundaria obligatoria.
Dicho de otro modo, la tasa de idoneidad, entendida como el porcentaje de jóvenes que sí está escolarizado en el curso que le corresponde por edad, alcanza en Castilla y León el 68,3%; prácticamente el mismo índice que presenta el promedio nacional (68,6%), según los últimos datos que maneja el Ministerio correspondientes al curso 2016-2017.
Aunque la cifra de repetidores es elevada en Castilla y León, sobre todo si se tiene en cuenta que ya España encabeza el ranking de países de la OCDE con mayor volumen de alumnos que no consigue acabar en plazo, lo cierto es que se trata del porcentaje más bajo que se registra, al menos, desde 1991.
A mayor dificultad académica, mayores probabilidades de tropiezo. Si hasta tercero de Primaria sólo el 7,5% de los estudiantes ha repetido, este indicador se eleva al 12% en quinto de Primaria y al 16,1% en su estreno en la etapa Secundaria. A los 14 años ya se acumula un 26% de repetidores y culmina con el 31,7% al finalizar la etapa obligatoria.
Atendiendo exclusivamente a las frías cifras, el sistema educativo castellano y leonés parece más estricto con los alumnos de Primaria que el resto de autonomías. Frente al 16,1% de Castilla y León, España marca una tasa de repetición del 14,3% en Primaria.
El curso académico que presenta mayor dificultad, a ojos estadísticos, es sin duda primero de la ESO, hasta el punto de que un 12,2% de los alumnos de la Comunidad no lo supera en un año (casi un punto más que la media del país).
Con independencia de a qué edad consigan el título de la ESO, la Consejería de Educación asegura que el pasado curso el 85,2% de los alumnos consiguió graduarse y obtener así su primer título académico. Un 14,8%, al contrario, acabó la etapa obligatoria sin un título que acreditase su paso por el sistema educativo.
Ante esta realidad, el Ministerio de Educación ha propuesto, dentro de su batería de medidas para modificar la Lomce, un plan de choque contra el fracaso y abandono escolar. Entre ellas figura la eliminación de los polémicos ‘itinerarios’ en cuarto de la ESO y la garantía de que cualquier opción curricular conduzca a la misma titulación para todos los estudiantes.
Junto a esto, el texto plantea «reforzar la necesidad de organizar medidas educativas ordinarias previas a la repetición, cuya propuesta debe decidirse de manera colegiada por la junta de evaluación». Aquellos alumnos que repitan, algo que la propuesta plantea como excepcional», tendrán un plan individualizado, en la misma línea que viene recomendando la OCDE, que no es partidaria que los estudiantes no promocionen de curso, ya que eso genera posibilidades de más abandono escolar y más gasto educativo.
Para el alumnado que al final abandone el sistema sin un título de la ESO bajo el brazo se establecerá un «plan individualizado» de orientación académico-profesional que abarque todas las opciones y posibilidades para que continúe su proceso formativo.
Los sindicatos de la enseñanza pública de Castilla y León han recibido de forma positiva, en una primera ojeada, que se establezcan medidas individuales para los alumnos que no tengan otro remedio que repetir, ya que, tal y como expone la secretaria regional de Educación de CCOO, Elena Calderón, estos menores están actualmente «abandonados». «Algo hay que hacer con ellos», subraya, mientras afirma que «hacerles repetir sin proporcionarles después un programa individualizado de apoyo, no sirve para nada».
Sin embargo, esta ‘bienvenida’ viene acompañada con la exigencia de que esto debe ser negociado con la comunidad educativa. Beatriz García, secretaria regional de Educación de UGT, afirma: «los sindicatos tenemos que estar en la negociación de cómo se va a articular esos planes individualizados».
«Nos parece fundamental que se apueste por una atención indivualizada y que tratemos de que todos los alumnos salgan adelante», sostiene la portavoz de STECyL, Christina Fulconis, si bien advierte de que para ello se necesitarán «recursos suficientes y más profesorado».
En esta línea, la presidenta autonómica de Educación de CSIF, Isabel Madruga, cuestiona «cómo se va a hacer», si se parte «de que actualmente no hay recursos», y que en el documento «no se habla para nada de financiación ni de nuevos recursos».
Del mismo modo, para la presienta regional de ANPE, Pilar Gredilla, la clave está en saber «con qué ratios se va a hacer y con cuántos docentes». Para este sindicato, es preciso «abordar con seriedad el problema del fracaso escolar», lo que exige, a su juicio, garantizar la cohesión del sistema educativo, un modelo de exigencia y responsabilidad, reforzar en la educación Primaria las materias instrumentales, potenciar la Formación Profesional y las evaluaciones, así como la coordinación entre los distintos tramos educativos».
La máxima representante de los padres y madres de la educación pública de Castilla y León, Marina Álvarez, aplaudió que el Gobierno se plantee establecer un modelo de atención individualizada para los estudiantes que no consigan promocionar de curso. «Suena fenomenal, debería ser ya obligatorio», apostilla.
Esta es solo una medida. Sindicatos y representantes de padres estaban ayer desbordados. Han tenido muy pocas horas para leer, analizar y evaluar las propuestas del Ministerio. Aún así ya tienen sus primeras impresiones. Reclaman, en términos generales, una derogación total de la Lomce y que se inicie la negociación con los sindicatos.
DERRIBAR LA LOMCE
Para STEs, «no es suficiente modificar la Lomce». Exige, por el contrario, su «derogación total e inmediata». Asegura que «no va a aceptar maquillajes de una norma impuesta» y reclama que, «por sentido y ética democrática», se sustituya la Ley actual por «otra consensuada con la representación social de la Educación Pública». Fulconis incide en que las propuestas equivalen a volver a la LOE y su sindicato «fue muy critico con esa norma».
También UGT es partidaria de «una nueva ley que sustituya a la Lomce», aunque comparte el espíritu del documento, agradece que se eliminen los itinerarios y las revalidas o que la religión deje de contar como nota de cara a la EBAU.
ANPE declara que «no responde a la reforma profunda que necesita el sistema educativo» y exige que estas propuestas se debatan en la Mesa de Negociación del personal docente. CSIF sostiene que «si vamos a parchear una ley educativa, con propuestas no consensuadas, el sistema educativo volverá a tener un problema».
Menos crítico se muestra CCOO. Considera que la mayoría de las iniciativas del Ministerio, «aun siendo insuficientes, van en la dirección de las peticiones que ha ido formulando su sindicato. Pese a ello, reclama que la modificación de todos esos aspectos que resultaban, en su opinión, «más lesivos de la Lomce, se cambien no por ley orgánica, sino por real decreto». De lo contrario, «su tramitación se demoraría tanto que no podría realizarse en esta misma legislatura».
La Consejería de Educación, que optó ayer por no evaluar las propuestas lanzadas por el Gobierno para la reforma de la ley educativa, remitió a las palabras expresadas por el consejero, Fernando Rey, el pasado martes cuando acusó a la ministra del ramo y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, de elaborar una ley educativa «a solas en su despacho y a escondidas». «Llevamos tres años hablando de diálogo. A ver si encuentran un minutín y se dan cuenta de que la gestión de las políticas educativas corresponde a las comunidades autónomas».