«Veo al otrora todopoderoso PP y a Mañueco comodísimos haciendo oposición a Tudanca»

Enérgica y segura a la hora de defender lo que hace y en lo que cree es, sin duda, una de las artífices del momento que vive el PSOE de Castilla y León, que ha dejado atrás las luchas internas, algo que Ana Sánchez (Zamora, 1977) asegura que «es fruto del primero al último de los 10.000 militantes» y a que «Luis Tudanca se ha dejado la piel». Dos premisas clave que son las que hacen que, según sus palabras, no haya cuestionamiento del liderazgo.

PREGUNTA.- Por empezar por lo más más cercano. Una compañera suya, del PSOE de Castilla y León, Soraya Rodríguez, después de 38 años en el partido y de pasar por prácticamente todos los cargos posibles les ha sorprendido pasándose a Ciudadanos.

RESPUESTA.- A mí desde luego no me ha generado demasiada sorpresa y parafraseando al líder del PSOE de Castilla y León, a Luis Tudanca, le diré que prefiero la gente que abandona los cargos por principios que la que abandona los principios por cargos. No tengo mucho más que decir de Soraya Rodríguez. No me ha generado ningún tipo de sorpresa.

P.- Sí será un poco decepcionante dentro del partido...

R.- Les confieso que a mí no me ha supuesto una decepción porque conocía bien a Soraya Rodríguez. A partir de ahí, que casos como el de Soraya Rodríguez o el de algunos otros que han sido conocidos en los últimos tiempos generan rechazo entre la ciudadanía me parecen lo más normal porque rozan el transfuguismo. Ni sé si son casos específicamente de transfuguismo o no, pero desde luego rallan el transfuguismo. Eso le debe preocupar al que hace fichajes que rozan el transfuguismo, que es el señor Rivera. Alberto Carlos Rivera.

P.- ¿Usted por la cercanía que tiene y una mayor relación, siendo miembro de Mesa y vicepresidenta en Cortes, en algún momento sospechó que Silvia Clemente pudiera dar el salto que dio?

R.- En absoluto. Le tengo que ser honesta. Pasaba muchas mañanas como miembro de la Mesa con la ya ex presidenta y no lo imaginamos en ningún momento. Conocidas eran sus desavenencias con su partido. Creo que todos los miembros de la Mesa, de los distintos colores políticos, hemos mantenido una lealtad a esta Institución a prueba de bombas porque hemos visto muchas desavenencias que podían haberle generado problemas. Hemos priorizando la estabilidad, pero de ahí a que diera el paso a militar en otro partido, desde luego, no.

P.- La gran diferencia que hay entre este partido de Luis Tudanca y de usted del anterior es que han obrado lo que parece casi un milagro, que es el consenso y la paz interna. ¿De quién es ese milagro?

R.- Es fruto del primero al último de los 10.000 militantes del PSOE de Castilla y León. De saber gestionar los momentos difíciles y de aprender de ellos hemos sabido recomponernos con mayor fuerza. En los últimos años, los socialistas de Castilla y León hemos entendido divinamente lo que hicimos rematadamente mal. Creo que hay una nueva generación de socialistas dispuesta a darlo todo porque volvamos a la Junta. Por devolverle a Castilla y León ser tierra de oportunidades y de esperanza, que hace muchos años que no lo es. Y si cogen por provincias verán que se ha producido un cambio generacional, pero que no estamos solos, que nos están ayudando los veteranos. Hemos decidido aparcar esas diferencias internas, que en un momento pudo haberlas, de la mejor manera posible, que es dándole opinión a todo el mundo, votando. Frente a dedazos o pucherazos en el Partido Socialista se sacan las urnas físicamente y los 10.000 militantes van a a votar. Ya no hay cuestionamiento ninguno del liderazgo. Creo que Luis Tudanca se ha dejado la piel. Primero, en el partido uno a uno con los compañeros, haciéndoles entender que vivimos un momento de oportunidad histórica, no por un afán de copar el poder, sino de mejorar la vida de nuestros vecinos de Castilla y León con un cambio, después de 30 años con un régimen de derechas que ha sido letal para esta tierra. Y, del primero al último, se han puesto detrás de Luis Tudanca. No sé si serían las palabras ser artífice del milagro, pero sí un trabajador nato que se ha dejado la piel por todos los rincones de esta Comunidad, con cámaras o sin cámaras, y los ciudadanos saben que está a su lado. Hemos visto en los últimos meses manifestaciones, por ejemplo, en defensa de la sanidad de más de 50.000 personas, que no se había visto nunca en esta Comunidad. Probablemente, el Gobierno autonómico ha hecho más por el sentimiento de autonomía generando ese rechazo con respecto a su política de Sanidad, que con su propia gestión. Pues bien, al lado de cada castellano y leonés que ha tenido una demanda saben que ha estado Luis Tudanca. Esa es la gran diferencia entre un Partido Popular ausente, sin proyecto de Comunidad, sin liderazgo, ya lo dijo la ex presidenta, por cierto, un Luis Tudanca completamente comprometido con esta tierra, con su gente y que cree en su gente. Creo que forma parte de ese milagro.

P.- Luis Tudanca llega al PSOE y se interpreta como una opción coyuntural, casi un parche, para tapar una de las principales crisis, con Óscar López y Julio Villarrubia. ¿Cuál es el secreto para que se haya consolidado ahí y Luis Tudanca no tendría más motivos para escribir un manual de resistencia que Pedro Sánchez?

R.- En primer lugar, no estoy de acuerdo con que Luis Tudanca se presentará de forma coyuntural. Conozco a Luis Tudanca desde hace más de 20 años y su compromiso con esta tierra desde hace más de 20 años. Cuando decide dar un paso al frente nos recluta a gente de su generación que sabe que tenemos un compromiso incuestionable. Él estaba en el Congreso y yo en el Senado y hacemos el camino a la inversa. Luis Tudanca vuelve y se compromete con Castilla y León porque es un fiel convencido de las potencialidades de esta tierra. ¿Cómo lo hace? Como es él, muy burgalés. Cree que el mejor aval es el del trabajo. Y trabaja diariamente sin descanso por una tierra que no es fácil. Tiene problemas considerables y creo que el principal, que es la lucha por la despoblación, ha sido capaz de situarlo, primero, dentro de nuestro partido, y finalmente, a través del presidente del Gobierno, en el epicentro de las prioridades políticas, que no estaba hace unos años. Frente a la política de la crispación, del odio, del insulto, Luis Tudanca ha hecho una política útil en Castilla y León y se le reconoce. Si ha sido capaz de hacer eso desde la oposición lo que le vamos a salir a decir a los castellanos y leoneses es ‘imagínense lo que hará si es el presidente de la Junta’. Que lo será. Creo que el propio Alfonso Fernández Mañueco ya sabe, y está convencido, de que el sucesor de Juan Vicente Herrera es Luis Tudanca.

P.- Por primera vez en 30 años se abren expectativas reales para el PSOE de ser una alternativa de Gobierno. ¿Es mérito del PSOE, demérito del PP o una mezcla de las dos cosas?

R.- El mejor indicador de que el PSOE de Castilla y Leon esta trabajando bien es que las ultimas semanas veo a Alfonso Fernández Mañueco comodísimo en su papel de oposición a Luis Tudanca. Yo le veo muy cómodo y le deseo suerte porque va a pasar una larga temporada allí. Ese es el mejor indicador. El otrora todopoderoso Partido Popular de Castilla y León y Mañueco llevan meses comodísimos haciendo oposición a Luis Tudanca porque tienen los mismos números, las mismas sensaciones. Pulsan a los castellanos y leoneses igual que nosotros y saben cómo están las cosas. Claro que es la mejor oportunidad en 30 años.

P.- Además, los líos que históricamente eran propiedad del PSOE se han trasvasado al PP.

R.- Estoy absolutamente de acuerdo. Los socialistas hemos hecho un buen trabajo, pero, además, los adversarios políticos o no se sabe dónde están o tienen un lío tremendo. Creo que la buena situación del PSOE es fruto de su trabajo y vamos a hacer una campaña tanto de generales como de autonómicas de movilización máxima. La vamos a presentar el lunes y no vamos a dejar rincón de esta tierra por recorrer. Nos va a dar igual el municipio más grande que el más pequeño. Vamos a pedir movilización máxima porque si esta tierra pierde la oportunidad podemos llegar a una situación irreversible.