El paso palentino de poblaciones prehistóricas del cantábrico
Un equipo delCenieh excava en Cueva de Guantes un complejo de galerías donde han localizado decenas de herramientas neandertales, rastros de hoguera y 2.000 piezas de oso
En 2008 Ana Mateos y Jesús Rodríguez se dejaron llevar por su instinto, cultivado en más de una veintena de campañas en Atapuerca, y comenzaron a trabajar en Cueva de Guantes. «Se sabía de estos rellenos desde la elaboración del mapa geológico en los 80 que se vieron rellenos y en la zona Paloma Sedilla había realizado un estudio sobre murciélagos y nos habló de microfauna de finales del Paleolítico medio pero sin presencia humana reconocida», recuerda Jesús Rodríguez. Y junto con Ana Mateos, ambos investigadores del Centro n Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), con sede en Burgos, empezaron a explorar este complejo de galerías ubicado en estribaciones de la Sierra del Brezo, en Palencia.
Once años después, ambos han dejado las campañas de excavaciones de Atapuerca por Cueva de Guantes y las múltiples galerías de la zona ubicada entre Santibáñez de la Peña, Villanueva de Arriba y Villaoliva de la Peña.
Se trata de un complejo de galerías «es como un queso gruyer que nos recuerda mucho a Atapuerca pero aquí no tenemos una trinchera del Ferrocarril que nos permita adivinar el potencial de los niveles que tenemos debajo, son cuevas que están completamente colmatadas y sólo hemos arañado los primeros niveles», explica Mateos.
Un trabajo en el que han localizado varias ocupaciones de neandertales con aquellos ingredientes que permiten adivinar grandes posibilidades en este espacio: herramientas de piedra de tecnología musteriense, rastros de una hoguera «aún no sabemos si intencional, si de eliminación de una asentamiento temporal, lo estamos estudiando». En concreto ya se han definido dos momentos de ocupación humana pero «al ser una cueva sin luz no se puede penar en un uso de habitación, más bien temporal». Estos restos tienen 41.000 años. Tras un momento de ocupación como osera se observa un segundo nivel de presencia neandertal de, al menos, 46.000 años. «No tenemos una fecha concreta porque los análisis de Carbono 14 tienen ese límite, vamos a seguir estudiándolo», resume Rodríguez. De hecho en las excavaciones que arrancaron el pasado 20 de agosto y que se mantendrán hasta el 12 de este mes, se han realizado análisis de Luminiscencia con este fin.
Esta loma en la que se encuentran diferentes cavidades, Guantes, Galería 1 y Galería 2 son las que ha centrado los estudios por el momento, y también han dado restos de hombres del Calcolítico, una deposición de once individuos. «Es el paso natural de las poblaciones de la Cordillera Cantábrica, por esta zona llegan a bajar el oso pardo a día de hoy», señalan los investigadores.
Un punto que bien podría ser el de paso entre las poblaciones de los que hay registro en las cuevas del País Vasco, de Cantabria o, incluso, del Sidrón. «En la meseta hay menos referencias de ocupación porque no hay a penas cavidades y a penas hay registro». Por ello la referencia de estas cavidades de la sierra del Brezo podrían ser clave para conocer el tránsito de las poblaciones prehistóricas.
Restos de osos
Las cavidades también son singulares por los restos de osos. Se han localizado hasta 2.000 fósiles de oso de las cavernas con 120.000 y 40.000 años. Son una veintena de individuos, la muchos cachorros de menos de seis meses.
De estos restos la gran mayoría son fetos u osez nos de menos de seis meses. «La mortalidad es muy grande porque las hembras se preñan en primavera y el embrión no se implanta hasta el otoño, se desarrollan durante la invernación y si la madre no se alimentó bien o no tiene leche el osezno si nace no tiene alimento».
Un fenómeno que se ha estudiado muy bien en este yacimiento donde también se localizaron fósiles d la columna con una deficiencia congénita que impedía un desarrollo normal de la columna vertebral.
El equipo de científicos del Cenieh que dirigen Rodríguez y Mateos está compuesto por ocho personas «el acceso es un pequeño hueco y en la cueva hay poco espacio porque están colmatadas y bajamos poco a poco», explica Ana Mateos. Las excavaciones están financiadas por la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial de Palencia y el Ayuntamiento de Santibáñez. Como centros científicos acompañan al Cenieh estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Murcia y la Universidad Autónoma de México.