CAMPO
Las zonas cerealistas de Castilla y León afrontarán “pérdidas graves” si no llueve antes de 15 días
El año hidrológico, desde octubre, suma alrededor de 80 litros por metro cuadrado en la Comunidad, cuatro veces menos que un registro normal
Pocas veces se ha alertado ya en los meses de enero y febrero de que la Península Ibérica, y por ende, grandes áreas de Castilla y León, podrían vivir este año una fuerte sequía ante la ausencia de lluvias generalizadas durante los meses de invierno, cuando el suelo más acopio hace en capas bajas y que mantienen con normalidad el ciclo de las plantas. Por ello, los agricultores ya han advertido de que las zonas cerealistas de la Comunidad podrían sufrir una campaña de “pérdidas graves” si no llueve lo suficiente antes de los próximos 15 o 20 días. Y si tarda un mes, la situación sería “catastrófica”.
“Los cultivos más afectados lo están por la combinación de dos elementos: sequía y frío. Normalmente cuando hiela es porque no ha llovido, es así de sencillo. Se trata de cereales de secano que se han sembrado tarde, que en algunos casos ni ha nacido, y muchos sectores de cebada afectadas por la sequía, más que el trigo”. Alberto Duque, de Coag, sostiene que a día de hoy, y según un informe de su organización, la mitad del campo español se encuentra ya en situación de alerta por sequía.
De hecho, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) advirtió esta semana de que el 70 por ciento de la superficie de la cuenca del Duero puede entrar este mes en situación de sequía prolongada. Ello podría afectar también al regadío, con lo que todo el sector agrario autonómico lamentaría este 2022. Ya están en ese estado Tera, Órbigo, Pisuerga y Águeda, y es muy probable que entren Tormes, Riaza-Duratón, Carrión y Arlanza, que sufren sequía meteorológica.
Duque señala que cultivos como la colza están “muy tocados”, ahora que ya se encontraban en estado de roseta (6-8 hojas verdaderas y que se alcanza antes de las heladas invernales). “Muchas de ellas ahora se han secado por el hielo y la sequía. Cuando nace aguanta mucho el frío y llega a roseta antes de diciembre, pero sin lluvia y humedad, como este año, el suelo no se ha desarrollado y las que estaban haciéndose, pues el hielo se las ha llevado”, lamenta.
Alerta de que todo el secano está “muy perjudicado” en Castilla y León y que de momento “han aguantado más las tierras que se denominan 'rojas', como en Tierra de Campos, pero en el resto, sobre todo en los páramos, “que se siembra casi todo tardío en diciembre y enero, eso no ha nacido en absoluto”: “Ni tiene visos de hacerlo. Y el que lo ha conseguido está muy afectado”, insiste en declaraciones a Ical.
El problema ahora es que los días que hace calor “la planta quiere tirar para arriba, pero le falta humedad” y se “están quedando en dos o tres hojas”. “Si llueven tres o cinco litros no ayudará nada, solo limpia las ciudades”, expone Duque, quien recuerda que desde octubre, cuando empieza el año hidrológico, se han anotado en torno 70-80 litros por metro cuadrado de media en la Comunidad, “cantidad que cala poco en el suelo, no aporta humedad suficiente para la nascencia”. Se trata de cuatro veces menos de los registros normales en estos meses, que suelen rondar cifras de alrededor de 250-300 litros: “Pero es que no ha caído ni una gota, y son los meses de lluvia”, asegura preocupado.
Otro condicionante a partir de ahora es que lo que “llueve en primavera se evapora más rápido y cala menos en las capas profundas del suelo”.
Otros cultivos afectados
Olivar, viñedo y almendros de secano, pastos para ganadería extensiva y apicultura son otros de los sectores más afectados en el global de España, pero que por el momento no encuentro áreas muy perjudicadas en Castilla y León en estos cultivos, sino que se focalizan más al sur.
Incertidumbre
“Preocupación e incertidumbre” existe también en el sector ante el inicio de la campaña de regadío. Si no se registran precipitaciones en el corto-medio plazo se barruntan restricciones ante el bajo nivel de los embalses y pantanos (reservas al 60 por ciento de su capacidad total, el 44 en España). Por el momento, Castilla y León es una de las cuencas que más incertidumbre genera, donde hay casi 500.000 hectáreas de regadío, junto a la disponibilidad de agua para regadío en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Alberto Duque recuerda que hay zonas de regadío que “ya están en duda” por la regulación de sus embalses de cabecera. “No se sabe, pero vista la situación y el Gobierno tan promedioambientalista que tenemos, al menos tenemos muchas dudas”, comentó el dirigente de COAG, quien expuso que España forma parte de las zonas más áridas de Europa, por lo que apeló a la necesidad de “invertir en incrementar el almacenamiento de agua”.