Heraldo-Diario de Soria

POLÍTICA

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León dice que “las autonomías son un lujo que no nos podemos permitir”

García-Gallardo carga contra el Estado autonómico como un elemento de desigualdad y como “un engaño para España”

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, en una imagen de archivo. ICAL

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, en una imagen de archivo. ICAL

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HDS / VALLADOLID
Soria

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El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, sostuvo este lunes que Vox no quiere “construir nuevas naciones y nacionalidades”, a las que atacó como un elemento de desigualdad y para “disfrazar el independentismo”, y sentenció que las autonomías “son un lujo que no nos podemos permitir”.

García-Gallardo, que cerró la ronda de los miembros del Ejecutivo autonómico para explicar sus programas de legislatura en las Cortes, arrancó su intervención con la aseveración de que no renuncian a revisar la organización territorial del Estado, aunque a falta de consenso afirmó que van a impulsar aquellas políticas acordes con sus valores y compromisos adquiridos.

“Vox no quiere construir nuevas naciones, ni inventarse nacionalidades”, sentenció, para calificar a las nacionalidades como “un eufemismo para ocultar -o sedar- el independentismo disfrazado desde hace 44 años”. “Un engaño para todos, una estafa para España. La ruina para los españoles”, calificó.

Según García-Gallardo, el estado de las autonomías “ha derivado en un proceso de desintegración progresiva del propio estado, que ningún gobierno ha querido o sabido contener”. “Cada vez más personas creen que las autonomías son un lujo que no nos podemos permitir”, manifestó.

Así, señaló que los ciudadanos perciben a las autonomías “como una fuente de desigualdades, y de enfrentamiento entre españoles, que merman las capacidades de progreso de la nación”.

En tal sentido, relacionó las autonomías con la tergiversación de la historia, el adoctrinamiento separatista en las aulas y, sobre todo, el “arresto domiciliario” de la lengua común, en buena parte del territorio, son exponentes de todo ello. “A mí me gusta España. Estoy orgulloso de pertenecer a una nación centenaria, una nación con una historia extraordinaria”, aseguró.

En tal sentido, planteó que quieren revisar la Constitución, pero “jamás erradicarla ni minarla de espaldas al pueblo soberano desde dentro de las instituciones, como siguen intentando los socios del gobierno central”. “Queremos reformar la casa y no demolerla, para consolidar lo mucho que tiene de bueno, como garante contrastada de nuestra convivencia”.

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