'Star Trek', 50 años en el aire

“El espacio, la frontera final. Este es el ámbito de la nave espacial 'Enterprise'. Su misión para los próximos cinco años: explorar nuevos mundos, descubrir otras formas de vida y civilizaciones distintas, dirigirse audazmente hacia donde ningún otro hombre se ha adentrado antes...”. Con esta contundente declaración de principios, el capitán James Tiberius Kirk (el actor William Shatner) inauguró su cuaderno de bitácora sideral. Fue el jueves, 8 de septiembre de 1966, a las 20.30 horas -en competencia directa con 'Embrujada'-, cuando se lanzó al espacio audiovisual 'Star Trek', serie de ciencia ficción que, medio siglo después de su estreno en EEUU, es una obra de culto. Y algo más: un fenómeno de masas universal, con categoría de icono pop, que ha generado un inmenso imperio económico con cinco series -la sexta, 'Star Trek Discovery', se lanza en el 2017-, otra de dibujos animados y 13 películas (la última, 'Star Trek: Más allá', se estrenó este verano).

LAS RAZONES DEL ÉXITO

Y llegar a la categoría de fenómeno sociológico a los 50 años de su estreno (flojo en audiencia, por cierto) lo ha logrado gracias a la combinación de una buena idea y un conjunto de aciertos: trama, personajes con gancho e ingenios tecnológicos.

La idea original, del expiloto Gene Roddenberry, era inteligente y revolucionaria, al engarzar con criterio varios géneros de ficción: el fantástico, con toques seudocientíficos, aventuras y, también, melodrama sociológico, gracias a unos personajes con personalides tan diferentes como culturas hay en el universo.

'Star Trek' planteaba un mundo futuro en paz y armonía en el que la United Federation of Planets (la utópica ONU del futuro),tiene una Flota Estelar dedicada a explorar los confines del Universo, pero con la orden de no 'contaminar' los pueblos y culturas que se descubran. Este futuro idílico se complementaba con personajes que reforzaban la revolucionaria trama: rusos, orientales, mujeres negras ¡con mando!, e incluso alienígenas, como es el inefable doctor Spock (Leonard Nimoy). Todos conviven en una especie de Arca de Noé de razas y nacionalidades que dirige, eso sí, el capitán Kirk, un puro 'wasp' de Iowa y quintaesencia de los valores de EEUU.

Otro de los puntos que han cimentado el longevo éxito de 'Star Trek' es su revolucionaria tecnología, que se justificaba con explicaciones más o menos disparatadas. Algún invento ya es una realidad (pantallas táctiles, teléfonos móviles...), y otros están por llegar, como los deflectores (campo de energía que actúa de escudo de defensa), sensores (detectores de objetos, forma de vida, o anomalías en el espacio), el fantástico teletransportador (ir de un punto a otro convirtiendo las moléculas de objetos y personas en energía y recomponiendolas en destino)...

Pero el gran invento fue la 'Enterprise', fascinante trasatlántico sideral que ya es parte de la Historia: en 1976, y tras recibir más de 400.000 cartas de 'treakies', la NASA bautizó su primera lanzadera espacial como 'Enterprise'.

El corazón de esta nave era su reactor de materia / antimateria que, fusionando hidrógeno y antihidrógeno, le permitía alcanzar una velocidad de crucero de 6 'warps' (¡420.000 millones de kilómetros por hora!). A esta velocidad, llegar al recién descubierto Proxima b sería un paseo.

CUATRO DÍAS A PRÓXIMA B

El pasado mes de agosto, un grupo de astrónomos anunció el descubrimiento de un exoplaneta, Proxima b, que podría presentar unas condiciones de habitabilidad que permitirían la vida. O al menos, un vida similar a la que disfrutamos en la Tierra. Este exoplaneta, el más cercano que se conoce, gira alrededor de la estrella Proxima Centauri, enana roja que se encuentra a unos 4,5 años luz de nuestro Sistema Solar. A esa distancia, una nave con la tecnología actual tardaría la friolera de 30.000 años en llegar a su órbita.

Pero para el capitán James T. Kirk y su tripulación de la 'Enterprise', este viaje sería una nimiedad. A su velocidad de crucero, tardaría poco más de cuatro días. Pero para eso habrá que esperar hasta el 2.245, año en el que entra en servicio la 'Entrerprise'.

'Enterprise', una nave del año 2.245

La USS Enterprise NCC 1701(125 metros de ancho, 284 metros de largo, 190.000 toneladas y 430 tripulantes) es una nave tipo crucero, de la clase Constitution, que la Flota Estelar destina a la exploración del espacio profundo.

Entra en servicio en el año 2.245 y se destruye, durante una misión, en el 2.285. El capitán James T. Kirk toma el mando de la 'Enterprise' en el 2.264, para dirigir dos misiones de exploración de cinco años cada una.

Tras su destrucción, se sustituye por la Enterprise 1701-A, (142x304 metros, 210.000 toneladas y 500 tripulantes).