NOVEDAD EDITORIAL
Las memorias de John le Carré llegan hoy a las librerías de todo el mundo
'Volar en círculos' revela su trabajo en el MI6 y sobre todo las complejas relaciones con su padre, un delincuente profesional
A los 84 años y harto de que otros biógrafos se hayan despachado a gusto con su vida en episodios en los que no se reconoce, el rey de las novelas de espionaje, el británico John le Carré, ha decidido al fin publicar sus memorias y la expectación despertada es tan potente como para hacer que la salida del libro se haga conjuntamente el 8 de septiembre en todo el mundo. En 'Volar en círculos' (Planeta / Edicions 62), como no podía ser de otra manera, tratándose de uno de los autores de novelas de espionaje más celebrados, Le Carré (seudónimo de David Cornwell) se muestra totalmente pudoroso con su intimidad más doméstica que solo revela a partir de un tímido párrafo: “No he sido ni un padre ni un marido modélico, y tampoco me interesaba aparentarlo. El amor me llegó tarde, después de muchos pasos en falso”.
El escritor tarda bastante en abordar dos de las cuestiones más controvertidas de su biografía. Su pertenencia al Servicio de Inteligencia Británico y la biografía con su padre, un delincuente, del que siempre se ha negado a hablar. Esos dos temas eran tabús en las entrevistas. El primer tema, el de su participación como espía en el MI6, parece quedar zanjado en la "frase yo soy un escritor que alguna vez hizo algún trabajo de espionaje antes que un espía que se dedicó a escribir", si es que finalmente acabamos por creerle. Más intenso es el capítulo final con el que se cierra el libro y que describe sus complejas relaciones con su padre de quien ofrece un retrato distanciado no exento de algo parecido al cariño. Por el medio, se pasean muchos de los políticos, espías, actores de cine que marcaron el imaginario de la guerra fría como Yaser Arafat, la señoraThatcher, Alec Guinness –que siempre quedará vinculado a la imagen de su personaje Smiley-, Richard Burton -que fue 'El espía que surgió del frío', Kim Philphy - modelo de tantos espías literarios-, Stanley Kubrick, Fritz Lang o Rupert Murdoch.