UNA DISTOPÍA CLÁSICA
'Blade Runner', un hito de la ciencia ficción en siete claves
El esperadísimo estreno de la secuela protagonizada por Ryan Gosling y Harrison Ford sirve para valorar los logros del clásico de Ridley Scott
Cuando 'Blade Runner' se estrenó en 1982, a nadie pareció importarle mucho. La crítica no la entendió, y sus cifras de taquilla fueron mediocres. Nadie podía imaginar entonces que hoy, 35 años después, su secuela llegaría a los cines convertida en el acontecimiento cinematográfico más esperado de los últimos años. ¿Cómo se explica que la tercera película de Ridley Scott siga siendo considerada una de las obras más revolucionarias de la historia del cine de la ciencia-ficción? Ahí van siete motivos.
1. CUESTIÓN DE ESTILO
A nivel visual, 'Blade Runner' sigue siendo una de las obras más intrépidas y deslumbrantes de la historia del cine. Su versión de la ciudad de Los Ángeles es un paisaje permanentemente nocturno y hecho de claroscuros, lluvia y reflejos de neón, puro romanticismo 'noir'. La influencia de la ficción detectivesca de los años 40 se percibe en cada escena, en la atmósfera de derrota y melancolía pero sobre todo en la figura de Deckard, sabueso lacónico al que se le ve a la legua el parentesco con Humphrey Bogart y Robert Mitchum en la piel de Philip Marlowe. Puede que Harrison Ford fuera escogido para encarnarlo gracias al éxito de 'Star Wars', pero su interpretación le debe mucho menos al halcón milenario que a 'El halcón maltés' (1941).
2. LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE PHILIP K. DICK
A la importancia de 'Blade Runner' sin duda ha contribuido el culto que rodea al autor Philip K. Dick y en concreto a la novela que la inspira, '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?'. Escrita en pleno apogeo de la guerra de Vietnam y obsesionada por los horrores de la Alemania nazi, sigue siendo una de las reflexiones más preclaras que existen sobre lo que significa ser una criatura pensante y racional y por tanto consciente de la propia mortalidad. ¿Qué es lo que nos define como humanos? ¿Nuestros recuerdos? ¿Nuestros sentimientos? ¿Nuestros cuerpos? ¿Qué somos además de carne?
3. LO QUE EL OJO NO VE
Cada vez que uno ve 'Blade Runner' descubre detalles nuevos en la película. A ello sin duda contribuye que actualmente haya siete versiones distintas de la película. Independientemente de la que tengamos delante, eso sí –cada edición tiene sus partidarios, pero quizá la interpretación definitiva sea la conocida como 'The Final Cut' (2007)–, buena parte de la magia está en los interrogantes. El más recurrente entre todos ellos, claro, es la posibilidad de que el propio Deckard sea un replicante –Ridley Scott se pronunció al respecto años atrás, pero es mucho más divertido fingir que la pregunta sigue sin respuesta–. Pero hay muchas más cuestiones: ¿Qué abocó al mundo a la distopía? ¿Quiénes son los misteriosos socios de Deckard? ¿Qué significa el unicornio de papel de plata que aparece al final de la película? No queremos saberlo.
4. UN VILLANO INOLVIDABLE
Roy Batty es uno de los antagonistas más complejos de toda la ciencia-ficción, un ángel caído directamente del 'Paraíso Perdido' de John Milton que rezuma ambigüedad moral y sexual y cuyas últimas palabras, justo después de salvar la vida de Deckard, son un hito de la cultura popular: «Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir». No saber dónde diablos está Tannhäuser o qué son los rayos C no hace sino añadir mística a esta tierna declaración sobre la naturaleza fugaz de nuestras vidas, y la fragilidad de nuestros recuerdos frente al tiempo.
5. EL SONIDO DEL FUTURO
Compuesta por Vangelis, la música de 'Blade Runner' forma parte de la banda sonora de nuestras vidas. En lugar de usar instrumentos tradicionales, el compositor griego se sirvió esencialmente de los sintetizadores Yamaha CS-80 y Roland VP-330. La densidad atmosférica y la radicalidad melódica que obtuvo de ellos se ajusta a la perfección al paisaje ultratecnológico y artificialmente iluminado que la película captura.
6. UNA SOMBRA ALARGADA
El estilo visual de 'Blade Runner', sus fundamentos filosóficos y su tono sombrío han influenciado enormemente los últimos 30 años de literatura, 'anime' y música y, sobre todo, de cine de género. De entrada, la película impulsó una avalancha de adaptaciones a la gran pantalla de relatos de Philip K. Dick como 'Desafío total' (1990), 'Paycheck' (2003), 'Minority Report' (2002); y es obvia inspiración de títulos como 'Her' (2013) o 'Ex Machina' (2014), historias de hombres de carne y hueso que se enamoran de féminas creadas artificialmente; o como 'Nunca me abandones' (2010), fábula sobre clones humanos criados como donantes de órganos que luchan por unos cuantos años más de vida. Pero eso no es todo: la huella de 'Blade Runner' se detecta en 'Doce monos' (1995), 'La ciudad de los niños perdidos' (1995), 'El quinto elemento' (1997), 'Dark City' (1998), la trilogía 'Matrix', 'El elemento del crimen' (1984)… Haría falta varios artículos como este para completar la lista.
7. UNA VENTANA AL MUNDO DE NUESTROS DÍAS
A medida que nos acercamos al 2019, año en el que 'Blade Runner' transcurre, queda cada vez más clara su condición de obra profética. Cierto que los coches aún no vuelan, y que si alguien ha creado robots indistinguibles de nosotros los mantiene a buen recaudo. Pero la robótica está ocupando cada vez más sectores de empleo, y los avances en la investigación con células madre, la modificación genética y secuenciación del genoma humano dejan claro que pronto seremos capaces de crear vida en laboratorios. Como la película anticipó, asimismo, quienes actualmente manejan el poder no son los gobiernos sin las grandes corporaciones económicas, y vivimos sometidos al constante bombardeo de anuncios publicitarios. Y también es inevitable acordarse de los replicantes al pensar en todos aquellos que hoy sufren condiciones laborales cercanas al esclavismo, tratados menos como seres humanos que como mera mercancía.