Heraldo-Diario de Soria

ENTREVISTA

Noemí Galera: "'Soy como el ama de llaves de la Academia de 'OT'"

La directora de 'casting' de Gestmusic reconoce que, solo con escuchar la sintonía del concurso de talentos, se le pone "la piel de gallina"

Noemí Galera, durante la presentación del renovado OT.-FERRAN SENDRA

Noemí Galera, durante la presentación del renovado OT.-FERRAN SENDRA

Publicado por
OLGA LERÍN
Soria

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A Noemí Galera (Barcelona, 1967), OT no le viene de nuevo. La actual directora de casting de Gestmusic vio nacer el formato, que vive una segunda juventud en TVE-1 (22.30). Ejerció de jurado en varias ediciones, pero ahora ha asumido la responsabilidad de velar por el buen funcionamiento de la Academia, además de presentar el chat. Nina, Kike Santander y Àngel Llàcer pasaron por ese trago en diferentes etapas del concurso.

¿Qué ha representado para usted ponerse al frente de la Academia de OT? Es un reto muy grande y una gran responsabilidad. Es verdad que he estado en el programa desde el inicio y lo conozco desde dentro, pero ahora estaré muy expuesta. La ventaja es que tengo un equipazo, con los profesores y Manu Guix [director musical], que ha estado conmigo en todas las ediciones. Nos entendemos muy bien, hay muy buen rollo y no creo que me den mucho trabajo. Voy a ser un poco más ama de llaves de la Academia que otra cosa.

¿Fenómenos como Bisbal o Rosa son irrepetibles? Sí, no hay otro Bisbal, ni queremos encontrarlo. Si ya hay uno, ¿para qué quieres otro? La juventud del 2001 no tiene nada que ver con la juventud del 2017: ni siquiera nosotros somos los mismos. No se pueden hacer comparaciones. Yo no quiero encontrar otro Bisbal u otra Chenoa o Rosa. Ya existen. Quiero encontrar otra gente que enamore ahora al público: este es diferente y la tele se consume de otra manera; la música que les gusta también es distinta, y nos debemos acoplar a todo ello.

¿Qué queda de la Noemí de hace 16 años? Poco. Queda el entusiasmo por este formato, que a mí me pirra y me fascina. Es el único programa que consigue, solo con escuchar la sintonía, que se me ponga la piel de gallina y que esté yo aquí feliz de la vida. Me da igual trabajar las horas que haga falta.

Desde el programa se ha insistido en que el casting es muy bueno. Hay un poco de todo. Las voces y las maneras de cantar, porque los gustos musicales han cambiado, son diferentes a años atrás. Se va a ver a gente con muchísimas ganas, muchísima ilusión y muy preparada. En las primeras galas de OT1 había muy pocos que supieran pronunciar el inglés y ahora casi todos cantan en inglés perfectamente. No sé si el profesor de Inglés va a tener mucho trabajo e igual lo tenemos que despedir [ríe]. Ellos se cuelgan sus vídeos en YouTube y son muy activos en las redes sociales. Son totalmente distintos. Y a mí me sabría muy mal que el público los comparara con los de otras ediciones, porque no tienen nada que ver. Algunos de ellos, cuando empezó OT, tenían 3 o 4 años y lo han descubierto en El reencuentro.

 

¿El talento no se agota? No, es algo que nos sigue sorprendiendo. Eso y que la gente siga teniendo ganas de concursar y de presentarse a este tipo de programas.

Entre los aspirantes hay alguna cara conocida, como Amaia, que ya participó en El número uno. A Amaia la conocemos desde que tenía 12 años. Te hace mucha ilusión ver cómo han crecido concursantes como ella y que siguen cantando bien.

A la hora de hacer la selección, ¿han tenido solo en cuenta la capacidad vocal de los jóvenes o también otro conjunto de cosas? No olvidemos que esto es un programa de televisión y que tenemos que llenar unas galas y unos resúmenes. La calidad vocal está en todos, pero debe haber algo más que haga que nos enganchemos a la pantalla. Usted me dirá que Sabina no tiene un vozarrón, pero canta y yo me quedo embobada.

¿Entre los aspirantes hay alguno con características únicas, como Rosa, por ejemplo? Sí, lo hay, pero una cosa es lo que yo piense y otra que el público luego se enganche y decida quién tiene que ser esa persona.

¿Le preocupa que la comparen con Nina o Àngel Llàcer? Yo me encomiendo a Santa Nina y a San Àngel Llàcer para que me iluminen en este camino. Los dos son amigos míos, les quiero muchísimo y ojalá se me pegue algo de su talento. ¿Dónde hay que firmar? No me pueden comparar, porque ni soy cantante, ni actriz ni director de teatro... Soy muy diferente.  Tinet Rubira [director de Gestmusic] me lo ofreció a mí para cambiar y que no tenga nada que ver con ellos. 

¿Tuvo dudas a la hora de aceptar este trabajo? Me quedé muerta a matar. Lo primero que hice fue llamar a mi marido, porque tenemos dos niños. Y esto yo sé lo que es. Y él me dijo que lo tenía que hacer sí o sí. No me costó mucho decidirlo.

¿Existe una fórmula para volver a enamorar al público? Que los concursantes sean de verdad. Una de las cosas que notábamos, sobre todo en las siguientes ediciones, es que ya venían con el discurso preparado, porque ya sabían lo que tenían que decir… Nosotros ya hacemos el casting desde que están en la cola. Ya ves si alguno se está haciendo el nervioso… Tienen que ser naturales y que la gente se pueda identificar con ellos desde casa por una cosa u otra. En muchas ediciones se consiguió, pero como en la primera en ninguna, porque no sabían qué pasaba, qué estaba trascendiendo fuera. Y este año lo podemos recuperar en ese sentido.

En la primera gala  ya pareció que uno de los miembros del jurado, Joe Pérez-Orive, ejercía de malo oficial... Queremos que los concursantes sean los protagonistas. Tuvimos una charla el primer día con los profesores y la única cosa que les dije es que los protagonistas tienen que ser los concursantes, no los profesores, ni yo misma, ni Manu. Nosotros estamos aquí para ayudarles en su camino y aprendizaje y no para que nosotros seamos los protagonistas y tengamos titulares. Lo que quiero es que todo el mundo sepa cómo se llaman los aspirantes, quiénes són y qué cantan. 

¿Cómo le gustaría que se recordase esta primera edición del 2017? No como la primera, porque no puede ser, pero sí como la que recupera la esencia de OT, que los concursantes sean los que se beneficien de todo esto realmente y a los que ayudemos a triunfar.

¿Para ello era necesario volver a TVE? No lo sé. Para eso hacía falta un parón y volver a tener claro que esto no es un despiece y que lo que queremos es ver a los concursantes trabajando, creciendo y superándose día a día.

¿Qué espera de ellos? Mucha implicación, que no crean que entrando aquí ya lo tienen todo hecho, que tengan muchas ganas de currar, porque van a trabajar muchísimo. El planning es para cortarse las venas. Que disfruten, se concentren y no pierdan el foco. Una de las cosas que decía Geno, de OT1, es que ella estaba muy concentrada durante todos los castings y que cuando llegó a la Academia perdió el foco y se despistó… Que vivan el momento presente, porque eso no se va a a repetir nunca más. 

¿En qué se fijan para rescatar a los concursantes el día de la gala? Depende de su trayectoria en la Academia. Alguien puede tener mucho potencial, pero si luego es un vago y hay otra persona que se lo está currando más, pues…

¿Volvió a ver el primer OT cuando supo que sería la directora de la Academia? Sí, vi algunas imágenes el día que lo reemitieron, pero tenía una sensación rarísima. Lo veía desfasado.

La Academia debe de ser su segunda casa. Sí, pero para todo el equipo, porque son muchas horas y es muy intenso. La ventaja es que son tres meses, ves la luz al final del túnel, el tiempo pasa muy rápido y no nos daremos cuenta y ya estaremos comiendo la uvas.

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