UNA PIEZA DE REFERENCIA PUBLICADA EN 1972
La gran crónica latinoamericana sobre el asesino en serie que ha inspirado 'El Ángel'
Con 'El caso Robledo Puch', el argentino Osvaldo Soriano marcó un hito en la larga tradición de periodismo narrativo de la región. La película de Luis Ortega sobre el famoso matón con cara de niño, se ha estrenado esta semana en España.
"Conocí a Jacobo Timerman el día en que me pidió que escribiera ‘la mejor nota de Buenos Aires sobre el caso Robledo Puch’". Así empieza el breve prólogo que escribió Osvaldo Soriano cuando la mejor nota de Buenos Aires sobre el caso Robledo Puch, muchos años después, apareció en forma de libro, presidiendo la antología ‘Artistas, locos y criminales’, publicada en 1984. La crónica fue publicada originalmente en el diario ‘La Opinión’ en 1972 y apuntaló la fama periodística de Soriano, que ha pasado a la historia de la literatura argentina por su talento de narrador tanto como de cronista; una tradición latinoamericana. ‘El Ángel’, la película estrenada esta semana en España que cuenta la historia criminal de Carlos Eduardo Robledo Puch, el asesino en serie con cara de niño que mató al menos a 11 personas con una indolencia y una pasión por el disparo a traición que hizo correr tinta en la prensa argentina de la época, tiene su gran antecedente narrativo en el extenso artículo de Soriano, un hito del periodismo narrativo en Latinoamérica que el filme de Luis Ortega devuelve a la actualidad.
En ese prólogo, Soriano pone en contexto su celebrado trabajo. "‘La Opinión’, que exageraba su sobriedad al extremo de no publicar noticias ‘policiales’, se encontraba en un aprieto: el joven Carlos Eduardo Robledo Puch había asesinado a por lo menos 11 personas y había cometido una treintena de atracos. Su notoriedad ocupaba la primera página de todos los diarios y el matutino de Timerman seguía ignorándolo. Era imposible, a esa altura, publicar una noticia y el diario abominaba de la perorata moralizadora. Opté, pues, por la reconstrucción de los hechos según todos los testimonios existentes hasta entonces. El artículo apareció en el suplemento cultural y me valió un cuantioso aumento de sueldo que el director me anunció personalmente. Ese día empezaron mis desventuras".
UNA PLÉYADE ARGENTINA
‘La Opinión’ es un diario mítico de la historia periodística argentina. Fundado en 1971 por el periodista de origen ucraniano Jacobo Timerman, él también un mito y de la misma categoría, su accidentada y breve existencia se encuentra estrechamente ligada a la del negro relato argentino de los años 70. Un año después de su fundación, la sede del rotativo fue objeto de un atentado con explosivos, al igual que la residencia de Timerman. El director fue secuestrado por un grupo paramilitar en 1977, y poco después el diario fue expropiado por la dictadura. Siguió publicándose hasta 1981, pero ya no tenía nada que ver con el original. Dicho esto, no fue solo su espíritu heroico el que cimentó su fama, sino por encima de todo su altísima calidad. En la nómina de colaboradores aparecen nombres como Ernesto Sábato, Juan Gelman, Tomás Eloy Martínez, Hermenegildo Sábat y el propio Osvaldo Soriano. En cierto modo, una pléyade argentina. Un clima benigno para producir frutos de alto nivel.
"Un clásico", "una clase maestra de periodismo narrativo", "la mejor crónica sobre el caso" son algunos de los epítetos empleados para calificar el trabajo de Soriano. Rodolfo Palacios, el periodista que después de visitar durante un año al famoso criminal en la cárcel de máxima seguridad de Sierra Chica, y de mantener una intensa relación epistolar con él que dio lugar a ‘El Ángel Negro’, el libro en el que está basada la película, se declara en deuda con su compatriota: "Leí la crónica que publicó en el diario ‘La Opinión’ Osvaldo Soriano, quien se encerró dos semanas en su departamento, recopiló todos los diarios y noticias que se habían publicado sobre el caso Robledo Puch y escribió una crónica fenomenal". En el análisis frío, el consenso apunta al talento de Soriano para narrar la historia criminal con una prosa límpida y precisa, así como a la virtud de conectar al personaje con su tiempo y lugar, su circunstancia social; a nadie se le escapa que Soriano pespunteó la crónica con detalles novelescos, pero tal vez a esa clase de libertad se refería Timerman cuando fijó la línea editorial de ‘La Opinión’ y sentenció que sería un diario "a la derecha en economía, al centro en política y a la izquierda en cultura". No hay que olvidar que ‘El caso Robledo Puch’ fue publicado en el suplemento cultural.
El trabajo de Soriano no resiste la comparación con obras maestras del periodismo narrativo latinoamericano como ‘Operación Masacre’, de Rodolfo Walsh, ‘Noticia de un secuestro’, de García Márquez, o ‘El arte del asesinato político’, de Francisco Goldman. No la resiste porque es un género distinto. Soriano no pisó la calle. No entrevistó a nadie. Se empapó y escribió.
OCIO PRODUCTIVO
Soriano empezó su carrera literaria poco después de la publicación de su famosa crónica; ambos acontecimientos están ligados. Como cuenta en aquel prólogo, Timerman lo sacó de la sección de Deportes, donde había estado hasta entonces, le asignó un despacho y una secretaria y la misión de "pensar". "Nunca se me había confiado misión más difícil y menos envidiable". Como que al cabo de un mes no se le había ocurrido nada ("mi cabeza seguía vacía como una pelota de tenis"), Timerman le quitó el despacho y le retiró los privilegios. “Desde entonces deambulé por la redacción: el director había olvidado asignarme un nuevo puesto y me dediqué a hacer lo que más me gustaba. Es decir, nada". Fue un caso de ocio productivo: como escribió Marcelo Leonardi en el portal ‘Ser argentino’, "fue en esos tiempos de ocio en los que caminaba varias veces al día entre la redacción y los talleres, fumando toneladas de cigarrillos 43/70, molestando a todos y levantando apuestas a favor de San Lorenzo de Almagro, que ideó los primeros bosquejos de ‘Triste, solitario y final’, su ópera prima".
Soriano murió en 1997 tras publicar siete novelas y siete antologías de cuentos y artículos. Robledo Puch lleva 46 años en prisión.