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ENTREVISTA

Laura Fernández: "Fue un shock descubrir que todo en 'Superpop' era una invención gigantesca"

La reedición de la primera novela de la escritora, 'Bienvenidos a Welcome', supone el rescate de una ficción loquísima que alcanzó hace 10 años estatus de culto sin llegar a las librerías

Laura Fernández, esta semana.-JOAN CORTADELLAS

Publicado por
RAMÓN VENDRELL
Soria

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¿El mundo necesitaba una reedición de 'Bienvenidos a Welcome', la primera novela de Laura Fernández, publicada de matute hace 10 años? Sin duda. ¿Por qué? Porque no existe en el planeta otra novela inspirada en la redacción de la revista 'Superpop' y que alcanzara un estatus de semiculto sin llegar a librerías, solo gracias a los ejemplares repartidos en mano por la autora. ¿Eso es todo? Bueno, no está mal, pero si nos ponemos estupendos hay más motivos: 'Bienvenidos a Welcome' (Literatura Random House) crea un mundo que vive dentro de una o dos o tres o más 'fake news', con lo que puede ser calificada de visionaria, y, sobre todo, desata carcajadas. Jaque mate, porque novelas que hagan reír hay muy pocas.

Pero dejemos que hable Fernández (Terrassa, 1981). "Para mí fue un shock entrar a trabajar en 'Superpop' y descubrir que todo lo que había leído allí de pequeña era mentira. Se lo habían inventado todo históricamente". ¿Mande? "Sí, era una invención gigantesca que se almacenaba en carpetas de cada personaje. La chica a la que sustituí me dio sus carpetas de personajes y me dijo: 'Si dices algo nuevo de ellos, añádelo a las carpetas. Y respeta lo ya dicho: si su color favorito es el verde, es el verde'".   

Una vez dentro de esa farsa, caída del guindo definitivamente cuando le dijeron que Linda Skipper, la legendaria corresponsal en Los Ángeles de la revista, no existía, y puesta a escribir artículos de 6.000 caracteres con espacios sobre el guaperas de turno a partir de una información que decía que se iba de vacaciones a Cuba (ahí ayudaban para rellenar las carpetas), decidió Fernández que dentro del mal al menos intentaría hacer el bien: "Ponía que a tal le gustaba 'La conjura de los necios' o 'Un detective en Babilonia', libros que si alguna niña lectora hacía caso de la referencia le volarían la cabeza".

Madrugaba Fernández para ir en tren de Terrassa a la redacción de 'Superpop' en Barcelona y volvía tarde en tren Fernández de Barcelona a su piso en Terrassa. El tiempo ferroviario lo empleaba en leer libros y en el poco que pasaba en casa se produjo un milagro: "Había intentado escribir de todo, desde una novela negra hasta una novela grunge, pero entonces me liberé. Mis lecturas y la comprensión de que la realidad era muy absurda confluyeron y encontré la puerta de entrada a mi manera de escribir".

'Bienvenidos a Welcome' fue el resultado. El absurdo siguió: un editor "piratilla" se la publicó, pero un día, cuando estaba "embarazadísima" de su primer hijo, la llamó y le dijo: "Me tengo que ir. Tu libro nunca llegará a las librerías pero puedes pasar por la oficina a coger los ejemplares que quieras". Tres cajas llenas de 'Bienvenidos a Welcome' se llevó Fernández, y creó un blog para darlo a conocer. A cambio de un café, se lo daba a quien lo quisiera. No fue en balde. El libro llegó a las manos correctas y sin pasar por las tiendas tuvo reseñas elogiosas en blogs e incluso en prensa. "Yo he encontrado dos ejemplares en sendas librerías de segunda mano y he comprado los dos. Mentira: un librero me lo regaló al saber que era la autora".

¿Qué virtudes le encuentra Fernández a la primera de sus cinco novelas? "Es un esbozo divertido y muy loco de lo que vendría después. Me gusta el humor que se crea por la repetición de situaciones absurdas". Añado: cuenta bien una historia pese a ser un delirio. "Pues es verdad. Hay subtramas, pero manda una trama que siempre avanza en dirección a algo".

¿Y en cuanto a defectos? "El exceso de lecturas masculinas hace que los personajes femeninos, sobre todo los secundarios, queden en una especie de segundo plano". ¡Pero si hombres y mujeres son tontos de remate! "Ya, pero un personaje como Ginger Ale, que solo quiere hacer las cosas bien y a la que todo el mundo menosprecia, está innecesariamente maltratado, aunque al final lo rescate".