10º ANIVERSARIO DE LAS EDADES DEL HOMBRE EN SORIA
Un exitoso ‘Paisaje interior’ que creó nueva tendencia
La muestra inaugurada en la concatedral de San Pedro un 12 de mayo de 2009 cerró con 533. 925 visitantes y fue la primera en tener dos subsedes en otras localidades distintas
«Magnífica» era la palabra que más se repetía aquel 12 de mayo de 2009 en la concatedral de San Pedro de la capital soriana. Las puertas de Paisaje interior, la exposición número 15 de las Edades del Hombre, se abrieron aquel día con la presencia de la Reina Sofía en un clima de gran expectación y efervescencia de la ciudad, que durante los últimos días se había afanado en presentar su mejor aspecto. Y no era para menos, porque esos 500 metros de recorrido en torno a las 208 piezas de arte sacro propuestas iban a marcar un antes y un después no sólo en el futuro discurso de las muestras de Las Edades, sino también, como reconoce Rubén Tejedor, vicario de Patrimonio de la Diócesis de Osma-Soria, en la propia ciudad, «se dio cuenta de que el turismo podía ser un foco de desarrollo económico. Las Edades fueron el gran revulsivo turístico para Soria», destaca.
Con 533.925 visitantes, Paisaje interior sigue siendo hasta la fecha el acontecimiento cultural que mayor volumen de turistas ha atraído a la capital soriana. El éxito tiene un nombre: Juan Carlos Atienza. Él fue el comisario de la muestra y el autor de un guión que consiguió casar a la perfección la esencia de las exposiciones de Las Edades (el arte religioso como elemento de evangelización) con la singularidad de Soria: su paisaje, su poesía. La concatedral iba a ser el lienzo perfecto para ello a través de una primera parte en cuatro capítulos (cuatro estaciones) y una segunda vinculada al románico y en la que fueron claves dos piezas externas: la ermita de San Baudelio en Casillas de Berlanga y la iglesia de San Miguel, en Gormaz. Fue la primera exposición de Las Edades del Hombre, destaca Tejedor, que tuvo dos subsedes fuera de la propia ciudad de celebración. Algo «novedoso» entonces, pero que ahora se ha convertido en habitual dentro del diseño habitual de estas muestras.
Atienza encajó con maestría las 208 piezas (el 60% de procedencia soriana) que componían una muestra que comenzaba con toda una declaración de principios en torno a ese Paisaje interior: un pequeño cuadro que Joaquín Sorolla pintó de la capital soriana desde la explanada de la ermita del Mirón, cedido para la ocasión por el Museo Sorolla. A su vez, concluía con una gran foto de la ribera del río Duero a su paso por la capital soriana. La conformaban 40 imágenes unidas en línea frente a un resumen de las 14 exposiciones anteriores de las Edades. De cada muestra, una de sus piezas representativas. «Juan Carlos Atienza se dejó la vida para que la exposición fuese un éxito. Estaba tan bien presentada, exponía las ideas de forma tan sencilla», pero a la vez tan bien hiladas, que la respuesta no pudo ser por menos que «brutal», asegura Tejedor. La muestra tuvo que prorrogarse casi un mes más, de hecho, debido a su éxito.
Sólo para ilustrar todo el trabajo que conllevó organizar la muestra el vicario diocesano de Patrimonio ofrece un dato: Angeli, la actual exposición de Las Edades que se celebra en Lerma (Burgos), cuenta casi con la mitad de piezas menos que Paisaje interior.
El éxito de muestra de la concatedral fue también fruto del trabajo en equipo, y no sólo del personal de Las Edades. Los colaboradores de la parroquia de San Pedro también fueron muy importantes. «Gente como Nieves o como Pilar, que siguen al pie del cañón todavía, se implicaron maravillosamente», recuerda Tejedor. «También se recibió el apoyo de muchas instituciones y entidades», pero estas implicaciones a nivel personal fueron «muy significativas», asegura Tejedor. La figura del voluntario logró concitar la participación de un buen número de sorianos de la parroquia, del propio barrio de San Pedro e incluso de toda la capital. Muchos de ellos ejercieron de guías o acompañantes de los visitantes de un evento para el que la concatedral de San Pedro vivió un importante proceso transformador. Una de las más notables y visibles, la limpieza de las bellas bóvedas de crucería sobre las que se proyectaban durante la muestra una serie de imágenes vinculadas al paisaje soriano. Además, la antigua Caja Duero restauró el altar mayor y el de San Nicolás. El de los Ángeles Custodios también fue reparado por la propia Fundación de las Edades del Hombre.
Pero, pasada la exposición, queda aún pendiente una segunda fase de intervención prometida por la Junta de Castilla y León tras el cierre de la exposición. «Para montar Las Edades hubo que desmontar el Museo Diocesano. Han pasado ya 10 años y aún no se ha hecho nada», señala Tejedor. Es verdad, asegura, que la Diócesis de Osma-Soria y el propio Cabildo de la concatedral también se comprometieron a ayudar en estas mejoras. «Somos conscientes. No lo hemos olvidado, pero hay otras prioridades por urgencia y no podemos hacer todo lo que nos gustaría», añade. En cualquier caso, al vicario diocesano de Patrimonio le gustaría que el Gobierno autonómico tampoco olvide sus compromisos con San Pedro.
Dice el dicho popular que no hay dos (La ciudad de los siete pisos, que se celebró en el catedral de El Burgo de Osma en 1997, y Paisaje interior, en la capital soriana) sin tres... La propuesta formal del obispo de Osma-Soria, Abilio Martínez, para que la provincia de Soria pueda acoger una nueva exposición de Las Edades ya está en poder de la Fundación. Habrá que esperar a que su patronato se reúna (podría ser en junio o en septiembre) elija las próximas ubicaciones a partir del año 2021. Después, asegura Tejedor, deberá decidirse la ubicación. Y se podrá poner en práctica lo que sostenía Juan Carlos Atienza, que la riqueza patrimonial y artística de la provincia de Soria da de sobra para la celebración de una o incluso dos Edades del Hombre más.