EL LIBRO DE LA SEMANA
John Le Carré sigue en plena forma
En su última novela, el autor británico aprovecha para cargar de nuevo contra el Brexit
Cuando un autor te fascina y lees una tras otra todas las obras que publica, al final resulta inevitable cuestionarse dónde acaba el creador y dónde comienza la ficción. Buscamos reflejos de su personalidad en cada uno de los personajes, y nos preguntamos si fuman tanto como ellos, si también son adictos al café, si disfrutan del periódico cada mañana en una mesa de un bar o si esas pequeñas perversiones que introducen de forma velada forman parte de su ser. Esa intriga nunca se disipa del todo. A no ser que te topes con ‘Un hombre decente’ de John Le Carré, en la que las afirmaciones mostradas en sus diálogos respecto al panorama político actual son un reflejo vivo de sus ideas.
Nat es un experto jugando al bádminton. Todos en el club deportivo en el que entrena lo saben. Le retan una y otra vez, con el único afán de derrotarle. Debido a ello, no se sorprende cuando un tipo llamado Ed le suplica medirse con él en un partido. El ego de Nat no es capaz de rechazar esta oferta, y fijan una fecha. No importa que Ed sea más joven. Nat consigue mantener imbatible su podium. Este será el comienzo de una relación deportiva que tras cada sesión concluye con vehementes charlas en la barra de un pub. Hasta aquí, todo parece normal. Pero hay un pequeño detalle: Nat trabaja para el servicio de inteligencia británico, lo que de forma automática hace que cualquier sospecha de casualidad en su vida, desaparezca de un plumazo.
En un momento en el que no hay día que la palabra Brexit no aparezca en prensa, Le Carré alza la voz para plasmar en papel lo que opina de todo esto. ‘Soy europeo de nacimiento y formación’ afirma Nat, nuestro protagonista, tras afirmar que ‘el término Brexit siempre ha sido una provocación para mí’. No se trata de indicios velados, de sospechas acerca de cómo se posiciona sobre estos temas. En sus declaraciones ha sido muy claro de manera invariable, y en esta obra pone en su sitio a Donal Trump, Vladímir Putin e incluso al gobierno de su país.
A FAVOR DE LA TRADICIÓN
Sumado a esto, podemos vislumbrar una reivindicación a favor del bagaje y la veteranía profesional. Con 46 años y 25 de experiencia, Nat se encuentra ante una última oportunidad para demostrar su valía. Todos parecen haberle adelantado por la derecha, y para tratar de conseguir el lugar que le corresponde por derecho recurre a su intelecto y a herramientas del espionaje que recuerdan más al siglo XX que a la actualidad. La tradición frente a la modernidad.
A pesar de los 88 años que ha cumplido ya, John Le Carré demuestra estar en una magnífica forma con esta novela. Lejos queda el impacto que causó George Smiley entre los lectores. Y aunque no estamos ante una de sus mejores historias, el escritor británico da buena muestra de su ingenio y su talento. Con un estilo muy reconocible y una narración en primera persona que nos ayuda a meternos aún más en la piel de Nat, logra guiarnos por sus páginas consiguiendo en todo momento que la trama avance a un ritmo constante y con la dosis exacta de suspense.