JUICIO EN NUEVA YORK
Siete hombres y cinco mujeres para juzgar a Weinstein
Este miércoles empieza en Nueva York el proceso ante el jurado con la presentación inicial de argumentos. El juez advierte que "no es un referéndum sobre MeToo, acoso sexual o derechos de las mujeres"
La semana pasada, mientras presidía el proceso de selección del jurado encargado de dilucidar si Harvey Weinstein es culpable o inocente de cinco cargos por delitos sexuales con los que la fiscalía de Nueva York ha imputado al productor cinematográfico de 67 años, el magistrado James Burke subrayó: Este juicio no es un referéndum sobre el movimiento #MeToo, no es un referéndum sobre el acoso sexual, no es un referéndum sobre los derechos de las mujeres.
Era un recordatorio posiblemente necesario ante un caso de innegable repercusión mediática y social que a menudo es interpretado como esas tres cosas. Y la responsabilidad de haber interiorizado el mensaje recae sobre los siete hombres y cinco mujeres que han sido seleccionados entre cerca de 600 neoyorquinos para juzgar a Weinstein en un proceso en el que la fiscalía y la defensa darán este miércoles presentan sus argumentos iniciales.
El juez también recordó al jurado, para el que se han seleccionado dos mujeres y un hombre como potenciales suplentes, que tienen derecho a tener convicciones sobre esos grandes temas pero deberán aparcarlas las cerca de seis semanas que se calcula que durará el juicio y en las deliberaciones. Deben decidir este caso sobre las pruebas, les conminó.
DOS CASOS DE LAS MÁS DE 100 DENUNCIAS
Sobre el papel Weinstein, al que 105 mujeres han acusado de agresión, acoso o conducta sexual inapropiada, solo enfrenta cargos por dos casos, pero el halo de estar ante un proceso mayor que el encausado lo ha marcado hasta ahora.
La defensa ha intentado repetidamente, sin éxito, que se celebre lejos de la ciudad de Nueva York, como si en otros condados no tuvieran acceso a internet, redes sociales o medios de comunicación. Ese equipo de abogados, dirigidos por la polémica letrada Donna Rotunno, lo ha denostado también como un circo, especialmente tras la aparición entre potenciales jurados de la modelo Gigi Hadid (que fue descartada). Asimismo, han tratado de descalificar a quienes tuvieran conocimiento del caso, algo que Burke rechazó. Haber oído hablar de Harvey Weinstein o incluso estar familiarizado con las acusaciones hechas en su contra en la prensa u otros sitios no son en sí mismos descalificadores y no significa que no puedan formar parte del jurado en este caso, recordó en una de las sesiones.
Ninguna de las partes parece satisfecha del todo. La fiscalía denunció, por ejemplo, la supuesta estrategia de la defensa para vetar a mujeres blancas, de las que finalmente solo hay una entre las cinco del jurado . Los abogados de Weinstein, por su parte, aseguraron que la fiscalía ha tratado de minimizar la presencia de hombres, aunque han acabado siendo mayoría, y fracasaron en su intento de que no se seleccionara a una mujer que escribió una novela sobre hombres depredadores en Nueva York.
LOS ARGUMENTOS DE LAS PARTES
Las preguntas durante la selección del jurado también han servido para delinear algunos de los argumentos que se asume que usarán las partes. Entre los de la defensa, por ejemplo: plantear que las mujeres que han acusado a Weinstein no dicen la verdad y estaban usando las relaciones sexuales para progresar en sus carreras e insistir en que mantuvieron comunicaciones amistosas después de las supuestas agresiones. También, que era otra época. Muchas de las sutilezas de este caso tienen que ver con cómo funcionaba el mundo en los 90, dijo cuestionando la viabilidad de una joven para el jurado un abogado de Weinstein. Era un tiempo diferente en el planeta tierra y en Hollywood.
La fiscalía también permitió vislumbrar el peso que espera que tengan los testimonios no solo de las dos mujeres cuyas denuncias constituyen la base del caso penal, sino de las otros cuatro testigos sobre cuyas declaraciones tratarán de establecer el patrón de conducta depredadora en las agresiones sexuales de Weinstein, el cargo doble que pone en su horizonte la posibilidad de cadena perpetua.
El productor está supuestamente aterrorizado con la idea de ir a la cárcel. Así al menos se lo ha descrito a 'The New York Times' Jeffrey Lichtman, un abogado que recientemente ha entrado en su cada vez más reducido círculo de amistades, del que salen otras voces que han accedido a hablar desde el anonimato. Un amigo, por ejemplo, le ha dicho al 'Times' que el productor, que ha contado al diario que ve cada día a un terapeuta y ha estado practicando un programa para tratar la adicción sexual, sigue sin entender. Cree que es la víctima. No se culpa a sí mismo de nada.