Heraldo-Diario de Soria

LOS PREMIOS DEL CINE ESPAÑOL

Los directores noveles nominados a los premios Goya: "Somos invitados a la mesa de los niños"

Belén Funes ('La hija de un ladrón'), Galder Gaztelu-Urrutia ('El hoyo'), Aritz Moreno ('Ventajas de viajar en tren') y Salvador Simó ('Buñuel en el laberinto de las tortugas') reflexionan sobre las dificultades de sacar adelante el primer largometraje

De izquierda a derecha, Salvador Simó, Belén Funes, Aritz Moreno y Galder Gaztelu-Urrutia.-DAVID CASTRO

De izquierda a derecha, Salvador Simó, Belén Funes, Aritz Moreno y Galder Gaztelu-Urrutia.-DAVID CASTRO

Publicado por
BEATRIZ MARTÍNEZ
Soria

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Resulta curioso comprobar que, en los últimos años, las nominaciones a los Goya a mejor dirección novel corresponden con las películas más valientes y arriesgadas de la producción cinematográfica de la temporada.

Sacar adelante una ópera prima supone un esfuerzo titánico y los directores ponen todo su esfuerzo e ilusión en ella. Es su oportunidad para exponer sus intereses, para plasmar su mirada autoral y demostrar su valía.

En este sentido, este año la categoría se nutre de un grupo heterogéneo de obras de diferentes géneros que confirman la riqueza de un cine español que no se conforma con seguir los patrones establecidos, que apuesta por la diversidad y la necesidad de abrir nuevos caminos creativos. Así, se encuentra representado el cine de animación tras una temporada llena de éxitos internacionales gracias a Salvador Simó y Buñuel en el laberinto de las tortugas; la ciencia ficción 'indie' como metáfora de la sociedad de consumo que plantea El hoyo (The Platform), de Galder Gaztelu-Urrutia; la adaptación literaria de la novela de Antonio Orejudo, inclasificable y extrema, Ventajas de viajar en tren, de Aritz Moreno, y, por último, el ramalazo de verdad que desprende La hija de un ladrón, en la que Belén Funes se adentra en los territorios del cine social menos cómodo.

Ninguno es un recién llegado. Simó lleva años trabajando en el departamento de efectos visuales de películas de Hollywood que van desde Las crónicas de Narnia a Piratas del Caribe. Funes y Moreno, además de una sólida carrera como cortometrajistas, han pasado por buena parte de los departamentos de una producción. "Tengo 45 años, la de películas que he intentado sacar adelante antes", comenta Gaztelu-Urrutia en un encuentro organizado por la Academia de Cine donde se dan cita todos los nominados. "No sé si es porque no hay dinero o por el pobre apoyo a la cultura, pero es milagroso que salga adelante un proyecto, sobre todo en el caso de los directores primerizos".

Funes reflexiona: "¿Es el tipo de cine que quiero hacer? No, es el que puedo hacer. La precariedad en el sector te obliga a amoldarte a las circunstancias y acabas adaptándote a la financiación que tienes".

Buñuel en el laberinto de las tortugas ha costado 1,8 millones de euros, mientras que otras películas españolas auspiciadas por grandes cadenas, como Tadeo Jones: El secreto del Rey Midas, alcanzaron los 9 millones. La hija de un ladrón se sacó adelante por debajo del millón de euros. Moreno, reconoce que, o hacía la película en las condiciones adecuadas, o no la hacía. La producción alcanzó los 2,4 millones de euros, una cifra que resulta una auténtica odisea alcanzar para películas que se alejan del 'mainstream', por mucho que en el reparto encontremos nombres como Luis Tosar, Belén Cuesta o Quim Gutiérrez. En total, cuatro años antes de empezar a rodar.

"Creo que si se hacen estas películas es por el entusiasmo que tenemos, porque somos muy tozudos y parece que nos guste darnos cabezazos contra la pared", comenta Gaztelu-Urrutia. Encontrar al productor adecuado que acompañe durante este trayecto repleto de dificultades, resulta también fundamental, y por supuesto las ayudas, que siempre resultan insuficientes. "A algunos productores les gusta el deporte de riesgo. Tienen que aguantar nuestros momentos de flaqueza y confían en nosotros hasta el final", dice Simó.

Las nominaciones del año pasado en esta categoría supusieron un hito para el cine dirigido por mujeres ya que fue la primera vez que superaron a los hombres en número: Arantxa Echevarría, Andrea Jaurrieta y Celia Rico frente a los hermanos Alenda. En esta ocasión, la cuota femenina la cubre Funes. "Lo que me parece realmente difícil es que te nominen a mejor dirección. Creo que eso nunca lo lograré. En el fondo, parece que estemos invitados a la mesa de los niños, donde nos dan de comer patatas fritas, sándwiches de jamón y queso y nos dicen, qué monos son. Pero entrar a formar parte de la mesa de los elegidos eso ya es otra cosa".

Moreno recuerda que el nivel de las óperas primas este año era muy potente y que perfectamente podrían haber salido nominadas otras películas como La innocència, de Lucía Alemany; Boi, de Jorge M. Fontana, o El increíble finde menguante, de Jon Mikel Caballero. Otros experimentos interesantes, los llevados a cabo por los alumnos de la Pompeu Fabra y la ESCAC, Ojos negros y La filla dalgú, también han quedado fuera.

Ninguno de los protagonistas de la charla piensa en los galardones como objetivo, pero ahí están. Buñuel en el laberinto de las tortugas fue la mejor película de animación en los Premios del Cine Europeo y sonó para entrar en los Oscar (algo que sí consiguió finalmente Klaus); La hija de un ladrón se alzó con la Concha de Plata a la Mejor Actriz para Greta Fernández y fue la triunfadora de los Gaudí con tres premios, y Ventajas de viajar en tren ha conseguido el Feroz a la mejor comedia. Por último, El hoyo (The Platform) arrasó en el Festival de Sitges.

Simó reconoce que "la primera película es algo que no se olvida". "Como artista te enfrentas a retos inmensos, tienes que tratar de expresarte, jugar con el lenguaje, intentar plasmar bien la idea que tienes en la cabeza. Es un proceso complicadísimo, pero creo que todos los que estamos aquí, por muy tortuoso que haya sido, siempre lo recordaremos con cariño".

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