Aniversario de Machado
«Un derecho al paisaje y, sobre todo, al sentimental»
Segunda edición de ‘Yo voy soñando caminos’, con Llamazares, Rodríguez Almodóvar y las ilustraciones de Leticia Ruifernández
Con la ordenación del cerro de los Moros bullendo y un Julio Llamazares implicado en la defensa del característico entorno, era casi inevitable que la cuestión se deslizara a la hora de presentar la segunda edición de ‘Yo voy soñando caminos’. Una antología machadiana editada por Nórdica, epílogo del autor leonés tan conocedor de Soria y con textos seleccionados y anotados por el profesor y folclorista Antonio Rodríguez Almodóvar. Los dos reunidos de manera virtual junto al editor Diego Moreno y la ilustradora Leticia Ruifernández, quien captó los ecos del poeta directamente en sus lugares de vida. Con ellos en la distancia el concejal de Cultura, Jesús Bárez, quien no tuvo mucha dificultad para salir al paso del educado clamor de Llamazares sobre el cerro. Bárez es machadiano de sobra y su momento fue el primero en decir que aquello era, bueno, una barbaridad.
«El paisaje es patrimonio mundial», reflexionó Llamazares al hilo del sector, pues una transfiguración literaria tal hace que que pertenezca «a todos», es «tan mío como del dueño de los terrenos y las casas». Así, «entre los derechos de los hombres tendría que haber un derecho al paisaje y, sobre todo, al paisaje sentimental», porque «el paisaje es una parte de nuestra identidad». Machado «se ha fundido con el paisaje» y lo ha hecho «de todos», expresó Llamazares en el aniversario de la muerte del autor de ‘Campos de Castilla’.
Al margen de las explicaciones de Bárez de que el caso se va a reconducir a satisfacción del paraje, la memoria del poeta trajo otros ecos de actualidad. Hay asuntos que hoy «le preocuparían mucho», indicó Rodríguez Almodóvar, pues «hay gente propiciando la violencia». Y es que es un autor «germinal, da para hablar de todo», asumió Llamazares, quien consideró a Machado como «el gran escritor español del siglo XX».
Hasta sus espacios saltan en las situaciones más insólitas. La fuente de Guiomar, que a la ilustradora le costó Dios y ayuda pintar ‘in situ’ por encontrarse en La Moncloa, fue donde Quim Torra quiso encontrarse con Pedro Sánchez. Ruifernández había declinado trabajar sobre fotografías, pues su empeño era reflejar la huella de Machado en las ciudades donde habitó, «qué son ahora, qué transmiten ahora» y si esto «nos dice algo a nosotros como habitantes del siglo XXI».
No sólo espacios, también objetos como su bastón, con las connotaciones de «pastor de ideas» y «caminante», como refirió Rodríguez Almodóvar. Quien se fijó en la última etapa, el hotel Bougnol Quintana de Collioure, donde murió. Algo «definitivo para comprender lo que es España», aseguró. La Red de Ciudades Machadianas llega este año con novedades. Su asamblea decidió por «unanimidad», contó Bárez, otorgar el primer premio Juan de Mairena al filósofo Emilio Lledó, alguien caracterizado por su «diálogo en plan socrático». Una noticia de calado machadiano, alguien «vivo hoy más que nunca». La entrega del premio, para mayo. Soria espera organizar además una exposición con las ilustraciones del libro.