Heraldo-Diario de Soria

CULTURA

Pinceles sorianos de Medalla de Oro

Hugo Alonso se alza con el máximo galardón en el concurso de pintura más antiguo de España tras haber creado una portada en The New York Times Magazine y brillar en medio mundo

Hugo Alonso en su estudio con agunas de sus obras. HDS

Hugo Alonso en su estudio con agunas de sus obras. HDS

Publicado por
A. CARRILLO
Soria

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Talento soriano, reconocimiento internacional. Hugo Alonso (Soria, 1981) se alzaba la pasada semana con la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas, el certamen decano en España. Más allá del premio en metálico y el reconocimiento, se llevaba el halago en forma de galardón del director del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana; o de Belén Herrera, directora de la Galería de Arte Marlborough.

No es flor de un día. Alonso ya ha colaborado con The New York Times Magazine, su obra está en las colecciones del MUSAC o la Fundación BMW, ha expuesto en Amberes, Estambul, Barcelona, Bruselas... Soria está pendiente, pero ha paseado de manera más que brillante el nombre de su tierra natal.

El último galardón es un acicate más a su labor creativa. «Muy contento. Cuando te llaman de un premio para darte una buena noticia siempre agrada, y en este caso, siendo el premio más antiguo o de los más antiguos de España (era la octogésima tercera edición) y con ese jurado... El jurado no se conoce hasta que publican el veredicto y publican la noticia. Cuando me enteré de quién estaba detrás me hizo más ilusión todavía. La directora de ARCO durante 20 años, el director de Thyssen... Es un jurado de los que se ven pocos. Que te juzguen ese tipo de personalidades dentro de la cultura en España siempre es un aliciente más».

Aunque acaba de pisar ‘los 40’, su trayectoria pictórica ya alcanza las dos décadas. «Llevo dedicándome al mundo del arte contemporáneo desde la facultad, prácticamente de forma profesional». En el campo de los certámenes «ahora menos. En activo con exposiciones y galerías ahí estamos, pero no tanto en premios». Eso sí, valora que «siempre está bien que te den una palmadita en la espalda para seguir con tu trabajo».

Una portada con historia

En su amplia trayectoria sorprende el encargo de la portada de The New York Times Magazine en octubre de 2017, en un especial dedicado a cómo en ocasiones el sistema judicial estadounidense exonera a acusados por causas mentales pero acaba recluyéndolos de por vida en instituciones psiquiátricas. Para la ocasión, Hugo Alonso mostró al mundo su estilo inconfundible, con una obra en la que los grises y las líneas difuminadas evocan mucho más allá de lo que está a la vista.

La colaboración le sorprendió. «Son cosas del mundo en el que estamos, tan loco y tan globalizado. Trabajo con una galería desde hace años de Montreal (Canadá) y creo que a través de alguna de las ferias o exposiciones en las que participaba desde el New York Times la redactora jefe me tendría controlado».

«Me escribió un mail que al principio, cuando lo vi, creía que era un colega intentando hacerme una broma», ríe al otro lado de la línea. «Curiosamente contesté en el momento para saber de qué iba la cosa y surgió el proyecto en nada. En el momento me dijo que me podía llamar, me llamó, y en una semana estaba montado todo el proyecto que querían hacer conmigo».

A pesar del impacto, Hugo Alonso lo resolvió con aparente sencillez. «Paradójicamente fue una de las cosas más fáciles profesionalmente en las que he estado involucrado. Es una forma de trabajar muy rápida. Me gustó, me gustó mucho. Yo trabajaba sobre espacios cinematográficos en los que había pasado algo, y lo que hacía era liberar esos espacios de los personajes que en la película los estaban ocupando. Ellos estaban muy interesados en algo del estilo».

Para lograr ese estilo tan reconocible (su sello en los cuadros es inconfundible) la primera clave es el «trabajo, desde siempre. Con 13 años y de forma más profesional desde los 20. Tiene mucho que ver con el dibujo. Siempre he dibujado, mucho. Y luego por otro lado el aura, la inspiración, el acabado cinematográfico también están ahí».

A pesar de brillar en medio mundo, ‘nadie es profeta en su tierra’, pero a tiempo se está de remediarlo. «En Soria no he expuesto nunca, la verdad. Nací allí, tengo familia, pero no vivo continuamente. Me fui de allí a Salamanca, aunque mis abuelos están allí. Mi abuelo es Antonio Ruiz, que tuvo una librería; mi tío es escritor (Antonio Ruiz Vega); las hijas de Antonio, Beltane y Belisana son dos músicas brutales... La vena artística supongo que está ahí. Partió de mi abuelo y nos va cayendo a unos en una forma y a otros en otra» expone. «Cuando éramos pequeños vivíamos con la librería» en la esquina de la avenida de Navarra con Fueros de Soria, «la gente que pasaba por allí, los libros que nos iba dejando».

No obstante –poca sorpresa cabe– Hugo no se perdía las fiestas de San Juan, lo cual añade puntos de sorianidad. «Iba antes siempre a las fiestas, los Sanjuanes, y Navidades. Ahora voy menos, pero antes las dos visitas de rigor eran en esa época». Soria puede presumir todo el año de un pintor de Medalla de Oro y reconocimiento internacional.

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