Cerámica Soria: Almazán, la Talavera del norte
La villa fue en centro de producción cerámica de primer nivel entre los siglos XVI y XVIII/Proyecto de un grupo de estudiosos para rescatar del olvido la tradición alfarera
Recreación de los alfares que había en la Puerta del Mercado de Almazán en 1753.
La alfarería y los artesanos que se dedicaron a ella en Almazán entre los siglos XVI y XVIII no solo fueron un gremio local con destacada presencia en la villa adnamantina, sino que su trabajo se distribuyó en todo el noroeste peninsular, lo que hace pensar que fue uno de los principales centros productores de loza vidriada a escala prácticamente industrial.
Fue, junto a Talavera de la Reina, ubicada en el centro peninsular, y Triana, en el sur, uno de los tres enclaves de primer orden en esta actividad en la Edad Moderna.
A esta conclusión han llegado un grupo de expertos y estudiosos que han ido uniendo las piezas, en este caso de la historia, para rescatar del olvido la floreciente industria alfarera adnamantina, a la que se le quiere dar su lugar y recuperar con la impronta del siglo XXI.
El hallazgo de 6 hornos y un volumen considerable de piezas de estas cerámicas en excavaciones arqueológicas en la Puerta del Mercado de la muralla en 2022 fue el arranque del proyecto de recuperación del patrimonio cerámico de Almazán, en el que están involucrados estudiosos, ceramistas y arqueólogos, entre otros.
Está liderado de manera altruista por Ángel Martín, Javier Cruz (arqueólogo) y José Ángel Márquez (cronista de Almazán). Persigue la investigación, la educación con programas didácticos, y la divulgación y promoción de la alfarería de Almazán elaborada en los siglos XVII y XVIII.
La investigación realizada hasta ahora en este corto periodo de tiempo ha dado importantes frutos. La excavación de la muralla, bajo la dirección de Manuel Retuerce y Miguel Ángel Hervás, permitió documentar hasta seis hornos en el entorno de la Puerta del Mercado. Hasta entonces se tenía conocimiento de que Almazán había sido un centro productor destacado, gracias a la labor investigadora del cronista de la villa, José Ángel Márquez, que ya había escrito algún artículo sobre el tema, sustentado en la documentación de los archivos municipales.
30 hornos
A mediados del siglo XVIII en Almazán había unos 30 hornos distribuidos en una veintena de talleres, gracias a las anotaciones recogidas en el catastro del Marqués de la Ensenada. Estaban ubicados tanto dentro de la muralla como en la zona de extramuros, especialmente al pie de parroquias y capellanías, ya que se ha acreditado que pertenecían a la iglesia o incluso a familias nobles de la población que posiblemente los arrendaban a alfareros.
Reproducción realizada a través de piezas de loza cerámica antigua realizada en Almazán.
Mientras que la producción de la cerámica de Talavera iba dirigida a reyes y palacios de nobles, la elaborada en Almazán tenía como destino familias pudientes, lo que ahora sería la clase media, que podían costear este tipo de loza.
A lo largo de toda la Edad Moderna, los hornos de Almazán surtieron de piezas de cerámica a todo el tercio noroeste peninsular. Se han encontrado piezas en casi todas las provincias de Castilla y León, La Rioja, País Vasco, Madrid, Asturias e incluso Galicia y con una importante presencia en monasterios de casi todas las órdenes religiosas de la zona, como así ha comprobado el arqueólogo Pedro Cruz, especialista de la cerámica de Castilla y León.
La decoración vegetal con una palma muy característica es lo que diferencia la cerámica elaborada en Almazán de otras, explica Ángel Martín, uno de los impulsores de este proyecto.
Un dibujo que se ha convertido en la guía para catalogar piezas, incluso para buscarlas y adquirirlas y también como inspiración para realizar creaciones actuales en las que trabajan el ceramista Pablo Néstor Roldán (Cerámica Saediles), que tiene su taller en Calatayud, y el artesano soriano Miguel Ángel Rodríguez. Ambos involucrados en este proyecto. Las formas de las piezas originales también permiten distinguir a estos estudiosos la alfarería que procede de la localidad y de aquel periodo.
Desde los alfares de Almazán salieron todo tipo de objetos, platos, cuencos, jarras y escudillas que se empleaban en el uso doméstico, «pero también sabemos que se hicieron botes para farmacia y placas identificativas para las calles», explica Ángel Martín.
La actividad cayó en desuso en el siglo XIX y también quedó enterrada en el olvido del que pretende sacarla este grupo de expertos con varias actividades.
Platos de cerámica de una línea moderna inspirada en la cerámica de Almazán.
«Queremos hace un futuro a raíz del pasado», explica Ángel Martín. Entre sus objetivos a corto plazo se encuentra promover una campaña de excavación en la zona del Convento de la Merced para certificar la existencia de dos hornos alfareros, además de continuar con la catalogación de las piezas, «ojalá pudiéramos montar un museo», dice Martín , que puntualiza que todo esta labor se realiza de manera altruista y solo cuentan con una ayuda del Ayuntamiento de Almazán.
Este trabajo pretende generar recursos que favorezcan el desarrollo económico de la población a través de la creación de empleo y la ampliación de recursos turísticos y comerciales para Almazán.
Congreso internacional
La divulgación de este proyecto es otro de los pilares destacados sobre los que se asienta este proyecto. En las ferias de muestras de las pasadas ediciones se ha hecho un gran labor, incluso se puso en marcha un mercadillo solidario para recaudar fondos que se destinarán a la excavación.
En 2026, Almazán será la sede de un congreso internacional de la Asociación Española de Ceramología, cuyo tema central serán las ‘contrahechas durante la Edad Moderna’, en referencia a las cerámicas talaveranas que se manufacturaron en la población soriana. En el horizonte queda el Museo de la Cerámica de Almazán que sea un repaso a esta historia.