FÚTBOL
El Numancia B se pasea en Burgos con una 'manita'
El filial rojillo amargó por completo la tarde al Burgos Promesas. El partido tuvo color soriano desde el pitido inicial. Ante un rival impreciso en defensa, el Numancia B avisó de sus intenciones con el choque apenas iniciado en una falta frontal botada por Mario que Plaza, de tacón, envió el esférico fuera. Con el paso de los minutos los ayer visitantes se apoderaron por completo del control del choque en la medular. Y pronto comenzó a llegar con peligro a las inmediaciones de Marco. Revi, tras un buen servicio interior de Valcarce, controló un balón en la corona del área, pero su volea no encontró la portería local. Acto seguido lo intentó Edipo en acción personal en el vértice del área chica, pero su disparo cruzado lo despejó a córner un defensor del Promesas.
En otro saque de esquina, al borde de la media de hora de juego llegó el primer tanto numantino. Mario botó el esférico desde el perfil diestro y el central Dani Calvo ganó la partida a toda la zaga en el punto de penalti para enviar el balón de cabeza al fondo de las mallas. Un jarro de agua fría para el Caja Rural, que pudo empatar poco después en un saque de esquina en corto que Marti puso al segundo palo, donde David, en posición inmejorable, no acertó a rematar entre los tres palos. Y tras perdonar recibió el segundo mazazo. De nuevo en un saque de esquina tras una gran acción personal del carrilero diestro del Numancia. Mario puso un balón de dulce al corazón del área. Allí apareció Loza para conectar un testarazo y alojar el balón junto a la escuadra.
Tras el paso por los vestuarios el técnico del Promesas agotó sus tres cambios para intentar cambiar el rumbo del partido arriesgando al máximo con una defensa de tres hombres. Ni por esas. El comienzo fue relativamente esperanzador, con una buena acción entre Manzano y David Fernández que finalizó Erik con un remate desde la frontal. Pero todo se les complicó de inmediato cuando Óscar vio la segunda amarilla. El tercero, cuando el Promesas tenía un hombre menos sobre el campo. No falló en esta ocasión Valcarce, quien aprovechó un preciso servicio de Loza desde la línea de fondo para fusilar a Marco en boca de gol. Ahí se acabó el partido. Los naranjas perdieron la concentración por completo y fueron un juguete en manos de un Numancia que no retiró el pie del acelerador, sacando petróleo de los grandes espacios que dejaba a su espalda la zaga naranja. Edipo, en el 71, aprovechó un centro de Átomo desde la derecha para controlar el balón y superar a Marco en su salida para hacer el cuarto de la tarde. Y poco después César, que acababa de saltar al césped, se benefició de la pasividad de la defensa local para redondear la faena en una acción similar.