Heraldo-Diario de Soria

EL GRAN PREMIO DE ITALIA

Lorenzo y Márquez acusan a Viñales de ayudar a Rossi

«Por pudor harían bien en no hablar, precisamente ellos, de 'biscotto'», replica 'Vale'

Valentino Rossi es felicitado por Lin Jarvis, jefe de Yamaha, tras conseguir la 'pole position' en Mugello con la ayuda de Maverick Viñales.-MIRCO LAZZARI

Valentino Rossi es felicitado por Lin Jarvis, jefe de Yamaha, tras conseguir la 'pole position' en Mugello con la ayuda de Maverick Viñales.-MIRCO LAZZARI

Publicado por
EMILIO PÉREZ DE ROZAS
Soria

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Quienes sugerían que Maverick Viñales se convertirá con el paso de las carreras en el antiMárquez, en el antiLorenzo, en el heredero deValentino Rossi, en el colega del Doctor, empiezan a coleccionar guiños en esa dirección. La forma tan escandalosa utilizada por Rossi (Yamaha, 1.46.504 minutos) para lograr la pole del GP de Italia, que este domingo se disputa en Mugello (14.00 horas, Movistar TV), fue denunciada por Marc Márquez (Honda, 1.46.759) y Jorge Lorenzo(Yamaha, 1.46.882), los dos grandes perjudicados de semejante artimaña, trampita (legal, permitida, jamás castigada).

INTERCAMBIO DE ACUSACIONES

«No es la primera vez que lo hacen, ni será la última. No, no me ha extrañado, ya lo han hecho varias veces este mismo año. Primero, tira uno del otro y, luego, con el segundo juego de neumáticos, se devuelven el favor», comentó Márquez, con la boca pequeña, con resignación, sin darle importancia, con la indiferencia de la que habló el jueves sobre los guardespaldas en Mugello. Aclaremos, perdón, que el bicampeón más joven de la historia de MotoGP se refería a la manera que Viñales (Suzuki, 1.46.598), futuro compañero de Vale en el teamMovistar-Yamaha, arrastró, llevó pegado a su colín hasta la meta, a un Rossi, que, en aquel momento, ocupaba la séptima posición en la parrilla, es decir, la tercera fila. Pegadito a Viñales, el Doctor, viejo zorro, hizo la pole position.

Viñales no habló demasiado del tema, la verdad. Dijo que Lorenzo no podía quejarse pues, a veces, se pega a Andrea Iannone (Ducati), cosa que pocos, o nadie, recordaban. «Yo solo sé que si llego a la última vuelta pegadito a Rossi, voy a correr a saco para ganarle», dijo el piloto estrella de Suzuki, desmintiendo que tengan pacto alguno y, mucho menos, que preparen un biscotto, ya saben, apaño de cara a la carrera de hoy en un Mugello, que se teñirá de amarillo, como el casco que ayer lució Rossi con la inscripción Mugiallo, simbiosis de Mugello y amarillo, su color.

«¿Coincidencia?», se preguntó irónicamente Lorenzo. «No, no, por favor, como dice Marc (Márquez) no es la primera vez que lo hacen. Es legal, no digo que no, pero es como el estudiante que saca matrícula copiando. No es elegante. Es feo. No está bien. Ultimamente oigo decir a Maverick (Viñales) que admira mucho a Valentino. Igual es que lo planean todo antes de salir al entrenamiento. Y eso que Viñales tiene ritmo para no necesitar ayuda alguna».

'EL DOCTOR' CONTRAGOLPEA

Y, claro, todo este ruido llegó a oídos del principal protagonista del fin de semana, el italiano Valentino Rossi, creador de la acusación más falsa, conocida como biscotto, jamás imaginada, el pacto entre Lorenzo y Márquez en una cena inexistente en un restaurante de Andorra donde los dos campeones españoles habrían planeado una estrategia para que el Doctor no pudiese ganar su décimo título. «Cierto, sin Maverick (Viñales) no hubiese logrado la pole, es verdad, pero por seriedad o, al menos, por pudor, harían bien los dos, Jorge y Marc, en no hablar de biscotto, pues son los dos que más tienen que perder».

La carrera, por cierto, se pronostica brutal, incierta, velocísima (en Mugello se alcanzan los 350 km/h al final de recta) y, sobre todo, con un grupito que puede ir desde los cinco primeros (Rossi, Viñales, Iannone -dueño del cohete de la parrilla--, Márquez y Lorenzo) hasta las cinco primeras filas, pues entre el manipulado 1.46.504 del zorro Rossi al 1.47.555 de Héctor Barberá (15º en la parrilla), hay menos de un segundo. Están todos en un puño y hay siete cohetes tierra-asfalto, siete Desmosedici, que volarán bajito en Mugello.

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