MUNDIAL DE MOTO GP
Márquez: "Sin el título, estaríamos con el culo apretadito"
El nuevo tricampeón asegura que sus dos últimas caídas demuestra que "ganar un Mundial cuesta muchísimo"
Había terminado la conferencia de prensa de los habitantes del podio, que había comenzado con una ovación cerradísima al veterano italiano Andrea Dovizioso (Ducati), noveno ganador diferente de la temporada. Los periodistas de todo el mundo comenzaba a peregrinar, sorteando decenas de seguidores de Valentino Rossi (Yamaha), los mismos que habían tenido un comportamiento lamentable cuando aplaudieron la caída de Marc Márquez (Honda), hacia la oficina del ‘team’ Repsol-Honda para oír las explicaciones del nuevo tricampeón.
Primero, ya se sabe, las televisiones. Y, entre ellas, cómo no Sky Italia, la televisión de pago que ofrece el Mundial en el país de Rossi y ‘Dovi’. Sandro Donato Grosso, uno de sus reporteros, le comentó a un sonriente y distendido Márquez la suerte que había tenido de ganar el título en Motegi (Japón), cuando menos se lo esperaba, gracias a las caídas del ‘Doctor’ y de Jorge Lorenzo. “Pues sí, sí, suerte que ya teníamos en el bolsillo el título, de lo contrario, estaríamos con ‘un culo così’”, respondió, tan expresivo como siempre, el ‘nen de Cervera’, mientras dibujaba, apretando, cerrando, su dedo índice y pulgar derecho, un circulito diminuto en el que apenas cabía un bolígrafo. Es decir, un culo apretadito. Y mucho.
UNA CAÍDA INESPERADA
Márquez, que reconoció que “las dos caídas y este final de temporada complicado demuestra hasta qué punto debemos valorar el título conquistado y hasta qué punto Honda, mi equipo y yo tenemos que seguir trabajando duro de cara al año que viene”, confesó que “así como la caída de Phillip Island fue consecuencia de arriesgar, de lo contrario perdía el contacto con los de delante, esta de hoy, en Sepang, me ha sorprendido, ya que estaba haciendo una carrera tranquila, pausada, controlando, pensando en atacar en la última parte”.
Márquez, que a última hora decidió montar en su Honda los discos de carbono en lugar de los tradicionales de hierro, aseguró que “esa decisión, que ha sido buena, me ha permitido no separarme de los favoritos al inicio, ya que los de carbono, que no habíamos probado nunca en agua, frenan mucho mejor que los de hierro”. En ese sentido, el tricampeón reconoció que “si a la desventaja que sufría en las dos inmensas rectas de Sepang le hubiese añadido que no podía ganar terreno en la frenada, que es uno de mis puntos fuertes, la posibilidad de subir al podio no hubiera existido en ningún momento”.
DESPEDIRSE CON OTRA VICTORIA
Ni que decir tiene Márquez recordó que “este circuito ya fue uno de los peores para nosotros en pretemporada y sabíamos, pese a hacer unos buenos entrenamientos, que sufriríamos en carrera, pues nos ganarían en aceleración tanto las Ducati como las Yamaha”. Y, en esa pelea por mantenerse vivo, llegada la curva 11 de Sepang, “he tocado el freno y la dirección se me ha cerrado de pronto, siendo imposible salvar la caída pues, en agua, esos milagros no se producen; pero, bueno, he tenido coraje para levantarme, seguir y acabar ¿cómo he terminado? ¿11º?, sí, 11º, bueno, está bien”.
“Ni que decir tiene que es mucho mejor fallar ahora, cuando ya tenemos el título en el bolsillo, que en cualquier otro momento. Eso sí, la caída me ha dado rabia porque no me la esperaba, porque no estaba forzando”. Para el tricampeón catalán “solo mi equipo y yo, mi marca, sabemos el valor que tiene este campeonato, que, además, tiene la particularidad de haberlo ganado el año más complicado de todos, pues nunca antes ha habido hasta nueve ganadores diferentes. Igual ahora le toca a Aleix (Espargaró) ser el décimo en Valencia, aunque allí yo trataré de cerrar la temporada con un buen sabor de boca y tratar de reivindicarme, delante de nuestra afición, de estas dos caídas”. Aún y con todo, como viene siendo habitual desde que se proclamó flamante tricampeón en Japón, Márquez insistió en que “la fiesta del domingo por la noche no me la quitará nadie”.