Morgan Hurd, la campeona con gafas
La joven estadounidense de 16 años, de origen chino, se ha consagrado en Montreal con gafas y aparato dental
La estadounidense Morgan Hurd, de 16 años, es la nueva e inesperada campeona mundial de gimnasia, en su primer año en categoría sénior, tras imponerse en la final del concurso completo de los Mundiales de Montreal con una sola décima de ventaja sobre la canadiense Elisabeth Black. Hurd sumó 55,232 puntos, por 55,132 de Black, campeona panamericana y veterana de la gimnasia a sus 22 años, y 54,799 de la rusa Elena Eremina, de la misma edad que Hurd.
Hurd, nacida en China y adoptada por padres norteamericanos, practica la gimnasia desde los tres años. Compite con gafas, un caso único entre las gimnastas de élite. Estos Mundiales son su primera competición sénior con la selección de su país; en los últimos campeonatos nacionales, el pasado agosto, fue sexta, y se clasificó por los pelos para el concurso completo de Montreal.
Hurd completó unos buenos Mundiales este domingo al lograr la medalla de plata en la barra de equilibrios, emparedada entre las alemanas Pauline Schaefer (oro) y Tabea Alt.
Estados Unidos enlazó su quinto título mundial consecutivo en el concurso general, después de los de Jordyn Wieber en 2011 y Simone Biles en 2013, 2014 y 2015. Biles, también campeona olímpica en 2016, disfruta de un año sabático y ha prometido que retomará los entrenamientos en noviembre. Hurd es de momento su inesperada sucesora, con la imagen insólta que le de su carita de niña acompañada siempre de unas gafas.
Lentilla irritantes
"Las lentillas me irritaban mucho los ojos y decidí competir siempre así", relataba la gimnasta que ha sucedido en el oro a la ausente Simone Biles. Y lo ha hecho en la ciudad canadiense donde en 1976 brilló la rumana Nadia Comaneci en los Juegos que le valieron el título de 'la novia de Montreal'. "Nadia es mi ídolo, en tercer grado hice un trabajo sobre ella", contaba Hurd.
Morgan Hurd nació en Wuzhou (China), siendo bebé fue adoptada por su familia que crió a Morgan en Middletown (Delaware, EE UU) y a los seis años ya daba piruetas. Su oro dejó perpleja a la gimnasia mundial. Llegó de la nada, porque Hurd tan sólo había sido sexta en los 'trial' USA. En Montreal se encontró con las lesiones de la rumana Iordache y de Ragan Smith, la jefa de EE UU, que se lastimó en el calentamiento tras un 'Yurchenko'. Terreno de sorpresas.Y la adolescente Hurd, con sus lentes y además aparato dental, lo aprovechó.
"Estaba muy preocupada por la consistencia", señalaba el seleccionador Valery Liukin. Hurd, antes del ejercicio completo, lo confirmaba: "Yo sólo quería hacer limpios los cuatro ejercicios, uno a uno", decía Hurd, que no hizo nada superdeslumbrante en las cuatro rotaciones, pero le valió para ser campeona por una décima. En la barra fija también fue muy segura, salvo un leve desequilibrio. Oro y plata se llevó. "'Congrats doll, you are world champion' (Felicidades muñeca, eres campeona mundial)", tuiteaba Biles a su heredera.