UNA CLÁSICA DEL BALONCESTO
Laia Palau, un adiós aplazado por el Mundial
La veterana base barcelonesa alarga su carrera para estar en Tenerife
El círculo perfecto cerrado por Laia Palau el pasado verano en Praga, con el título de campeona de Europa con la selección, y que se intuía como el colofón a 20 años de carrera, no era un punto final. Solo un punto seguido.
Después de construir una modélica carrera durante 20 años, de vivir tres Juegos Olímpicos (una plata), cuatro Mundiales (una plata y un bronce) y ocho Europeos (dos oros, una plata y cuatro bronces), la incombustible Laia Palau (38 años, Barcelona) siente que aún le motivan los desafíos y que la última página está por escribir.
El supuesto retiro dorado para jugar en Australia no ha sido tal. En parte por el cariño de sus compañeras, la complicidad con el seleccionador, Lucas Mondelo, y también por la presión de la gente que la quiere. Su reenganche con el baloncesto de élite le llega con el equipo francés del Bourges, al que se incorporó a principios de enero, con el que sueña clasificarse para la 'final four' femenina, y también con la selección para preparar el Campeonato del Mundo que se disputará este año (22 al 30 de septiembre) en Tenerife.
Así que Laia, que insinuó su retirada en junio ("Eso es lo que pensaba"), volverá a jugar este sábado en Ucrania, en uno de los dos partidos que la selección afronta de clasificación para el Eurobasket 2019. El segundo será ante Bulgaria el martes en Guadalajara. La base barcelonesa seguirá de esa forma ampliando un palmarés de lujo: desde su debut con España en el 2002 suma 10 medallas, solo una menos que Pau Gasol, el que más tiene en la historia de la selección, y sus 262 internacionalidades la sitúan por delante de cualquier otro baloncestista español. "Si el Mundial no fuera en casa, esto no tendría sentido. Pero me hace ilusión. A todas nos la hace, aunque sabemos que es complicado. Pero no tenemos muchas oportunidades de jugar competiciones aquí. Así que queremos disfrutarlo, que sea una fiesta y yo no me lo quiero perder".
Vivencia intensa
De sus cuatro meses en Australia, para jugar con el Dandenong Jayco Rangers, en Melbourne, solo tiene buenas palabras. "La experiencia ha sido muy intensa, fantástica en lo personal, pero se me ha quedado corta", cuenta sobre su equipo, que no logró alcanzar las finales. "Mi intención era retirarme. Ir a Australia y bajar el nivel. Pero fue al revés. Tuve que subirlo. Partidos cada dos o tres días. Sesiones de pesas a primera hora. Todo muy intenso. Y para estar a un nivel físico y mental muy alto, prefiero estar aquí, ya que estoy más acostumbrada a jugar en Europa", valora Laia.
Las llamadas de Mondelo para dejarle las puertas abiertas de la selección y su deseo de jugar el Mundial la acabaron de decidir. "Hablamos bastante con Mondelo. Tenemos mucha confianza. Me dijo que si mi intención era jugar el Mundial, que yo formaba parte de este equipo y yo estoy encantada de dar el paso", reconoce.
"Yo no hablaría de retorno porque ella nunca se fue", explica el seleccionador. "No hay duda respecto a la importancia de Laia, no solo como capitana sino como jugadora en el pista y en el vestuario y será importante para ayudar a pasar la transición de aquí al Mundial y sobre todo la presión que tendremos. Además, nunca le podremos devolver todo lo que ha hecho por el baloncesto español", subraya.
Regreso a Francia
Laia optó por regresar a Europa y hacerlo a Bourges, equipo en el que ya jugó entre el 2004 y el 2006, conquistando dos Copas y una Liga de Francia y que compite en cuartos de final de la Euroliga. "Es una ciudad que conozco, en la que me encuentro muy a gusto. Que juega una liga fuerte como la francesa, con un pabellón con 5.000 personas. Cumplía muchos requisitos", cuenta para explicar su elección.
"Mi vida tenía que ser de una manera y es de otra. Así que no quiero mirar más allá. Ya veremos", cuenta Laia, que ya no quiere ponerse fecha de caducidad y vive ilusionada por seguir formando parte de la mejor etapa del baloncesto femenino español (plata olímpica en Río 2016 y oro europeo el pasado verano), sobre todo ante el Mundial que aguarda.
"Es un orgullo haberlo podido disfrutar. Y ahora que nuestras aspiraciones son altas, esperemos mantenerlas con nuestra gente en casa"», sentencia.