QUÉ FUE DE...
Aquella Saca versión atletismo
Hace 27 años se celebró el Cross de La Saca, una primera edición que se convirtió en la última carrera de Abad Manteca en su Soria natal
Hubo un año en el que hubo quien corrió La Saca dos veces.O por lo menos tuvo la ocasión. Fue en 1991, un 22 de junio, el sábado previo a San Juan, cuando se celebró el primer –y a la postre último– Cross de La Saca. Una cita poco conocida hoy en día, pero que tiene un hueco no solo en la historia sanjuanera soriana, si no también en la deportiva.
«Claro que me acuerdo, y con mucho cariño, porque esa fue la última carrera que corrí en Soria». Habla Juan Manuel Abad Manteca. Con 22 años, el atleta soriano, que ya estaba por entonces estudiando Fisioterapia en Valladolid, llegó a la explanada de Valonsadero para ver correr a algunos compañeros, porque por aquel entonces estaba empezando a dejar la competición. No contaba él «con ese espíritu competitivo» que llevaba por dentro. Así que dejó el coche, se calzó las zapatillas y se unió a los cerca de 100 inscritos en la prueba. Recuerda que ‘se destacó’ en el primer momento y que fue un «mano a mano» con Andrés Palomar Arroyo.
La «casualidad», cuenta ahora, hizo que ganara y que, además, se convirtiera en la última carrera que disputó en Soria. Lo recuerda entre risas porque después de atravesar los toriles y cruzar la línea de meta, Enrique Pascual Oliva, quien fuera su entrenador, tuvo que llevarlo a buscar el coche que había dejado antes en Valonsadero.
El Cross de La Saca, tampoco primero porque no ha habido un segundo, recorría el trazado que realizaban los toros, «aquel que pasaba por donde estaba la Fuente del Caño, por los patios de Don Vela, hasta llegar a los corrales, por donde entraban los corredores». Lo recuerda Manuel Rodrigo, corredor, apasionado de La Saca y organizador de la prueba. «Por aquel entonces no había mucha gente que hiciera La Saca andando y se me ocurrió porque llevaba tiempo haciéndola a pie y quería enseñarle a la gente el recorrido».
El espíritu sanjuanero de la cita estaba, de hecho, muy presente. En ella participaron los jurados de ese año, del 91, e incluso hubo un reconocimiento a los más rápidos. Fueron Luis Romera y Pilar Blasco. De aquello hace ahora 27 años y la memoria flaquea a veces. «Yo no me acordaba ni de que habían salido atletas», asegura Romera. Recuerda «el calor horrible» que hacía ese día, al concejal de festejos de entonces, Julio Villar, que se implicó en la cita, y se acuerda también de que guarda el trofeo que les dieron, aunque no exactamente dónde. Seguro que esta es excusa para buscarlo.