ANTES DEL PARTIDO DE CHAMPIONS
Detenido el presidente del Mónaco por corrupción
El ruso Dmitri Rybolovlev se enfrenta a una investigación abierta por tráfico de influencias
La policía detuvo este martes al presidente del Mónaco, el ruso Dmitri Rybolovlev, y registró su domicilio en el Principado a petición de un juez monegasco, en el marco de una investigación por corrupción, informó el vespertino "Le Monde".
El dirigente monegasco se encuentra en el centro de una investigación judicial abierta hace un año por la Fiscalía General de Mónaco por corrupción, tráfico de influencias activo y pasivo y complicidad en esos delitos.
El arresto del multimillonario ruso se produjo por la mañana, horas antes del encuentro que enfrentó a su club en Mónaco contra el Brujas, en la cuarta jornada de la Liga de Campeones. El Mónaco que dirige Thierry Henry cayó con contundencia (0-4).
Le Monde añadió en su edición digital que junto a él fueron detenidos varios presuntos implicados en este mismo caso, cuya identidad no fue revelada.
El 'Monacogate'
El bautizado como "Monacogate" destapó que el magnate ruso, enfrentado al hombre de negocios suizo Yves Bouvier, habría recurrido a una abogada rusa para intentar influir en las instancias judiciales del Principado.
El diario recordó que en el teléfono de la letrada se descubrieron mensajes que sacaron a la luz la relación entre Rybolovlev y el exresponsable de los servicios judiciales de Mónaco, Philippe Narmino, que incluyó cenas, regalos y viajes.
Narmino dimitió en septiembre del año pasado después de que se difundiera la información que le implicaba en esa supuesta trama, que habría salpicado además a policías de alto rango.
El club se vio ayer también en el foco mediático después de que "Football Leaks" publicara que utilizó un montaje financiero, con sociedades domiciliadas en paraísos fiscales, para encubrir inyecciones de dinero de Rybolovlev sin infringir el equilibrio financiero que impone la UEFA.
La web estimó que, a través de este sistema, el Mónaco se benefició de cientos de millones de euros oficialmente en concepto de patrocinio pero que, en realidad, procedían del bolsillo del magnate.