VOLEIBOL / Superliga
Dura, pero ilusionante derrota
El Río Duero resurge de sus cenizas sin poder superar al Unicaja Almería, que sigue siendo el líder invicto de la Superliga / Partido bronco marcado por las indecisiones arbitrales / Afición de excepción comandada por La Curva Soriana
Renacido. Así se presentó el Río Duero ayer en Los Pajaritos ante el líder de la Superliga, el Unicaja Almería, que se llevó por 1-3 un clásico de mucha tensión en el que los celestes aguantaron con un buen bloqueo y merecieron sumar, pero se encontraron con el acierto de Fayola y Almansa.
El Río Duero no se lo pensó dos veces ante Almería y Manolo Sevillano, que habitualmente suele reservar su comparecencia, salió de inicio para comandar a los celestes frente al muro almeriense que dirige su homónimo y compañero en la española Manolo Berenguel. El primero fue del Unicaja que, imbatido, llegaba a Soria para aumentar la racha de un inicio de temporada perfecto con solo cuatro set perdidos hasta ese momento. No obstante, al Río Duero le había faltado en anteriores jornadas la confianza que ayer derrochó de inicio en Los Pajaritos, con una afición de excepción, y supo remontar el punto inicial para irse seis arriba en el 10-4, justo antes del primer tiempo pedido por Berenguel. Pobres de aquellos que decidieron no acercarse ayer a Los Pajaritos para ver a dos equipos históricos de la Superliga pelear al mismo nivel desde dos posiciones muy diferentes de clasificación.
Al Río Duero no le pesaban los cuatro únicos puntos que había cosechado hasta el momento. La unidad se dejaba sentir en un sexteto en el que las incorporaciones de este año, con Vega (máximo anotador con 18), Hister, Méndez, Dos Santos y el recién llegado Nacho Sánchez, tienen un peso importante.
Cerrar el primer set con victoria era indispensable para sustentar el partido y los celestes mantuvieron la ventaja. Con el 24-19 ya era muy difícil que se escapara. Se le fue, de hecho, al Unicaja el saque. Fue el quinto set que los sorianos conseguían sumar ante su histórico rival en los últimos cinco cursos.
Los engranajes funcionaban a la perfección, pero el Río Duero tenía que mantener la intensidad. Hasta tres veces en esta temporada habían comenzado ganando para perder al final. Una trayectoria que quería cortar de raíz para amedrentar a Unicaja con un 7-3 en el segundo. La tensión era latente en el partido, no solo en el nivel sobre el parqué, también con algunas indecisiones arbitrales discutidas que iban a marcar el partido. Para entonces había salido Víctor Viciana, el colocador titular de Almería hasta ahora en la estacada por lesión, y esa no era una buena noticia para los sorianos. No obstante, llegaron sin problemas al 9-6 con un saque impoluto de Ricky Vega. Pobres de aquellos que decidieron no acercarse ayer a Los Pajaritos para ver a un Río Duero dominando al líder de la Superliga.
Los de Sevillano se fueron al tiempo técnico con 12-9. Había avisado en la previa Berenguel que no se fiaba de los celestes. Y había que darle toda la razón porque estaban cuajando el mejor partido de la temporada y no se les había ocurrido un momento mejor para hacerlo que el de ayer, ante el imbatido Unicaja, en un clásico que apuntaba a renovarse en lo que al marcador se refiere.
A Berenguel, de hecho, no le salían las cuentas hasta el empate. El 15-15 marcaba casi la hora fatídica de la que hablaba Sevillano en la previa y el Almería había hecho los deberes. Se vieron las caras de nuevo en el 16. Iba a ser la última vez. Manolo Sevillano pidió tiempo con el 16-19 y le relevó Salvador, otro de los estandartes de un Río Duero que no quería dejar escapar el hito. Aferrado al hambre de victoria, el equipo soriano no dejó irse a los almerienses más allá de los tres puntos. Nada estaba dicho con el 21-24. Hicieron el 22-24. Hicieron el 23-24 solo dos minutos después de la hora. Los de Sevillano habían roto el muro, pero Berenguel supo aprovechar el tiempo muerto y los suyos cerraron el set a continuación (23-25).
No iban a bajar los brazos los sorianos en el tercer set. Pobres de aquellos que decidieron no acercarse ayer a Los Pajaritos para ver a un Río Duero enfrentarse al líder de la Superliga como si en vez de por la cola fuera el tercero por arriba. Igualdad máxima entre dos equipos que se persiguieron en el marcador hasta el 12-12. El Almería metió una marcha más y Sevillano dio aire al equipo con la entrada de Luis Martín y Loeches, también Retuerto después. Con cuatro arriba (15-19) Unicaja pujaba por el set. Una pena que, de nuevo, un lío arbitral con la autoría del punto 18-19 o 17-20 enfadó no solo a los jugadores del Río Duero, sino que provocó una ruidosa pitada en la grada que alentaron los celestes desde el parqué. Punto de inflexión que llevó el set al 21-25.
Bronco fue el cuarto. Más de uno se llevó las manos a la cabeza en los primeros siete puntos del partido. La grada ya no pasaba ni una y el Río Duero remontó hasta el 9-7, pero el Almería tampoco se dejaba llevar y dio la vuelta al marcador (12-16). Nada estaba perdido y los celestes no querían irse sin su premio. Poco justo fue el 20-25 final para un Río Duero que miró a los ojos al líder y aguantó el serio. Pobres de los que no se acercaron ayer a Los Pajaritos para ver al Río Duero como un ave fénix que, ya resurgido de sus cenizas, puede empezar a volar hacia arriba.