INSTALACIONES DEPORTIVAS
Un nuevo pabellón para una nueva era
El domingo se cumplieron 20 años del primer partido jugado en el pabellón de Los Pajaritos, un Numancia-Alpitour Cuneo de la Recopa de 1999 que se llevaron los italianos por 0-3
Con lo que había costado estrenar el pabellón de Los Pajaritos, lo único que no se esperaba que pasara en la tarde que el Alpitour Cuneo no dio opción al Numancia Caja Duero en la segunda jornada de la Recopa de 1999 -venció por 0-3- es que se cayera la red. Pero ahí estaba, desmoronándose ante unos sorprendidos italianos, muy resolutivos, que salieron con todo, y de los pupilos de José Miguel Serrato, que pudieron llevarse el primer set y entraron con fuerza en el tercero, pero no pudieron cerrar un encuentro ante uno de los mejores equipos del mundo en ese momento.
«Cosas del directo» apunta Rafa Pascual. El referente del voleibol español recuerda con nitidez aquel miércoles 20 de enero de 1999 en el que se jugó el primer partido en el municipal de Los Pajaritos y que no sirvió, no obstante, como inauguración al uso. «No creas que me acuerdo de muchos partidos, pero de este sí». Se acuerda de que fue «un partido rápido» (28-20 en 30 minutos, 15-25 en 20 minutos y 22-25 en 25 minutos) y de que «se llenó el pabellón, aunque por fuera todavía había tierra y no estaba terminado». Y también de que «era tan, tan nuevo, que el parqué resbalaba muchísimo». Cosas del directo que no hicieron sombra a una jornada «ilusionante».
En la escuadra rival, el madrileño, que jugó ese día su primer partido en España tras marcharse a Italia, solo tiene palabras de cariño hacia «una afición que ejercía una presión de forma bestial y en la que se volcaba toda la ciudad».
Del considerado mejor jugador del mundo, contaron las crónicas que no negó un autógrafo y fue ovacionado por los 2.200 espectadores que copaban las gradas, a 1.000 pesetas la entrada para adultos, 500 para jubilados y 200 para los infantiles. Entre todos ellos, buena parte de los representantes institucionales, además de parte de la plantilla y directivos del Numancia, que habían estrenado el estadio con el Real Zaragoza el jueves anterior, y las peñas numantinas Frente Rojillo y Defensa Numantina, que se pusieron en los fondos. No faltaron internacionales del voleibol como Jesús Garrido, Benjamín Vicedo o Muchaga. También la selección júnior de Palencia, que fletó un minibús para acudir al completo al estreno del recinto soriano. A falta de asientos (el aforo anunciado era de 1.700 personas), los pasillos estaban llenos.
En la cancha, la representación no era menor. Con Serrato como director de la orquesta soriana, jugaron de inicio Manuel Silva, José Luis Moltó, Stan Pochop, Alejandro Vadnov, Luis Pedro Suela y Ángel Alonso. También salieron José Casilla, Navarrete (líbero) e Iván Todorov. Completaban el plantel Terés, Molina, y Lorenzo Vicente, lesionado. La media era de 21 años y solo Molina era soriano, además de Alonso, nacido en Madrid pero de padres sorianos. Sí era de la tierra el cuerpo técnico que, sin contar a Serrato, que ya puede ser considerado como tal, estaba compuesto por: Carlos Martínez como segundo entrenador, Juan Ignacio Osuna como delegado, Miguel Ángel Gómez Carramiñana como preparador físico y Chelo Aldea como fisioterapeuta.
Durante el año previo, el Numancia Caja Duero había vivido un tiempo complejo, con cambios en la designación del equipo, al adhesionarse el San José con la Fundación Numancia, una operación discutida entre directiva y los aficionados del Frente José; variantes en el banquillo, Serrato sustituyó a Benjamín Vicedo; y una transformación profunda en la plantilla, apostando por la experiencia de jugadores como Alonso y Pochop y diciendo adiós a efectivos como Wanger Silva, Santos Antón y Edim Bakovic. Ya no estaba José María Uriel como presidente, sino Francisco Rubio y se estrenaba el nuevo reglamento de la federación internacional, que incluía los 25 puntos sin recuperar el saque, poder alinear a un líbero en los sextetos y vestir atuendos más ajustados.
A contrarreloj
«El árbitro pitó y un compañero me pidió que le pasara la caja de herramientas. Cuando llegué con ella, ya habían cambiado el poste». Lo relata José Luis Laseca, encargado del pabellón jubilado hace cuatro años y que se estrenó en sus funciones ese mismo enero. Uno de los enganches de la recién estrenada instalación sucumbió, se soltó la sirga de arriba y la red se destensó. Arreglaron rápido el entuerto, pero aquel impás dio paso a idear una llave acoplada a un taladro de batería que usan todavía hoy de manivela para tensar la red y que causó furor en el sector.
Aquella fue una anécdota -«cosas del directo», que decía Pascual- que no marcó el encuentro, pero sí la memoria de quienes fueron los primeros en disfrutar de las novedosas instalaciones, preparadas a contrarreloj para la visita del equipo dirigido por Silvano Prandi. De hecho, los sorianos solo habían entrenado dos veces, tras tres intentos previos.
Fue sonada la foto de Serrato pasando la mopa para limpiar el polvo de los últimos trabajos y que se pudiera jugar el partido: «Recuerdo que no funcionaba la calefacción y entrenamos con cañones de calor». Fue también en la escuadra soriana «un día único» en una temporada en la que iban a proclamarse por última vez campeones de Liga, quintos en la Recopa y en la que se apearon pronto de la Copa. Y se acuerda también del suelo, pero no porque resbalase, como decía Pascual, sino porque poco tiempo después lo pintaron.
Este domingo 20 de enero se cumplieron 20 años de aquel primer partido en el que Pascual, pero también los brasileños Roca y Hernández y el resto de italianos, llegaron como un huracán a una instalación que ha acogido muchos deportes, como baloncesto, balonmano, fútbol sala o gimnasia. «Y un concierto de Rosana, una concentración de las guerreras de balonmano, boxeo, partidos de viejas glorias de baloncesto, con Romay...», rememora Laseca. Con todo ello, se ha convertido también en un referente para el voleibol soriano y español, como sede de un equipo que cumple este curso 21 años en la élite nacional. Y lo fue desde ese día. Porque aquel 20 de enero, siete años después de la primera idea del municipal y unos 400 millones de pesetas, no era seguro que el equipo no tuviese que volver a la fría Juventud. Ya no hizo falta.
ALGUNOS APUNTES:
Lleno hasta la bandera en el primer partido
2.200 aficionados. Se anunciaba un aforo de 1.700 personas, pero las crónicas relatan que hubo una entrada de 2.200 aficionados. El pasillo, lleno.
El voleibol suma 50 socios en una tarde
Abonos. Unos 50 aficionados que compraron la entrada ante el Alpitour decidieron hacerse socios al considerar más económica la afiliciación todo el curso.
Molina, el único soriano en el plantel
No jugó. Alberto Molina era el único soriano de la plantilla, pero no participó aquel día. Comenzó de líbero y tuvo sus minutos durante la temporada.
Cambio de papeles entre fútbol y voleibol
Doble celebración. Seis días antes, el voleibol había acudido al estadio de Los Pajaritos para inaugurarlo y el cuerpo técnico del Numancia hizo lo propio.
Un estreno eventual y no oficial
Enero-abril. La inauguración oficial se produjo en abril, con un partido de viejas glorias de baloncesto del Real Madrid y jugadores sorianos.
Siete de años de espera desde la primera idea
1993-1999. Las primeras gestiones se dieron en 1993, en el 95 comenzaron las obras y en el 97 se cifró el presupuesto en 400 millones de pesetas.
El Río Duero quiere llenar el pabellón este domingo
A las 12.00. Este fin de semana, el Río Duero cambia de día y hora y quiere festejar estos 20 años llenando el polideportivo municipal. La cita es el domingo a las 12.