ASTRO DEL FUTURO
Un talento llamado Evenepoel
Con 19 años, el mundo del ciclismo se entrega a la magia de este corredor que antes fue un prometedor futbolista
Cuenta la leyenda que una mañana, al levantarse e ir al baño, Eddy Merckx, el genuino, se encontró escrito en el espejo con espuma de afeitar el texto "voy a ser ciclista". Lo había puesto su hijo Axel, hasta ese instante un prometedor futbolista en los equipos inferiores del Anderlecht. Merckx no quería que su hijo se hiciera corredor porque temía, como así ocurrió, que siempre lo estuvieran comparando con él. Axel, cuyos mejores logros deportivos fueron una medalla de bronce en los Juegos de Atenas, un triunfo de etapa en el Giro y un 'top ten' en el Tour de 1998, el del dopaje, se pasó toda la carrera deportiva bajo la sombra de su padre. Pero es que Merckx era mucho Merckx, el mejor ciclista de todos los tiempos.
Miguel Induráin tampoco se entusiasmaba mucho cuando comenzaron a ilusionarse a su hijo mayor, encima con su mismo nombre, cuando empezó a despuntar como ciclista, profesión que ya ha dejado aparcada. Pero, Patrick Evenepoel, un modesto corredor de principio de los 90, no tiene este problema con Remco. Hasta el punto de que ya en la wikipedia aparece como padre del nuevo talento mundial antes de que se cuenten sus hazañas profesionales sobre la bici.
PRECEDENTES DISTINTOS
Remco pasará a la reciente historia del ciclismo como el corredor que con menos de 20 años -rara edad para ser ya profesional como es su caso- ha entusiasmado a la colonia mundial que sigue y ama este deporte. A su edad, Egan Bernal, por ejemplo, solo era un creciente corredor de bicicleta de montaña y hace ya algún tiempo, Alejandro Valverde lo ganaba todo, pero en las categorías inferiores, como hizo algo más tarde Alberto Contador, retirado a diferencia del campeón del mundo.
Y cuando un ciclista enloquece a la afición, solo tiene 19 años y ha nacido en Bélgica, un lugar en el que los corredores gozan de tanta fama como los futbolistas, en su país ya lo miran en el espejo por si se refleja la imagen de Merckx, el ídolo indiscutible del deporte belga por años que pasen. Y tienen, por lo menos, muchos motivos para soñar con este corredor, que en el mes de marzo correrá la Volta.
Y esa semejanza con Merckx viene dada también por la facilidad que Evenepoel, cuando prácticamente era un niño, tenía para chutar el balón. Como Axel, antes que ciclista fue futbolista, aunque a diferencia de Merckx hijo, la carrera como jugador de Evenepoel lo estaba llamando también a convertirse en toda una figura internacional en ese deporte. Despuntó en las categorías inferiores del Anderlecht y los ojeadores del PSV Eindhoven se fijaron en él y lo incorporaron a la academía del conjunto holandés con 11 años. Antes de convertirse en campeón de Europa y del Mundo sobre una bici, Remco vistió la camiseta belga con las selecciones de fútbol sub-15 y sub-16. Hasta nueve partidos internacionales disputó antes de sentir la llamada del ciclismo.
PROGRESIÓN ESPECTACULAR
La progresión ha sido sencillamente espectacular y en todos los terrenos que parece dominar a la perfección. Es un magnífico contrarrelojista pero no falla ni mucho menos en una llegada ni tampoco cuando la montaña asoma en el horizonte. Prueba de ello es que el año pasado logró la espectacular cifra de más de 20 triunfos; entre ellos, la victoria en el Mundial júnior tanto en la disciplina de ruta como en la de contrarreloj, apenas un mes después de haberse proclamado en Glasgow campeón de Europa de 'crono'.
Patrick Lefevere, el mánager del Quick Step (denominado este año Deceuninck por cuestones de patrocinio) no lo ha querido dejar escapar y le ha ofrecido el primer contrato profesional. Esta semana ha estado disputando el Tour de San Juan, en Argentina, donde ha coincidido con astros de este deporte como Peter Sagan, Nairo Quintana y su compañero francés Julian Alaphilippe.
En su estreno profesional no ha defraudado y ya se ha visto que tiene madera de campeón, lo que demostró con la tercera plaza que logró en la contrarreloj de la ronda argentina. Bélgica, más que soñar, ya se puede frotar las manos.