NUEVO REGISTRO MUNDIAL
Milak destroza el récord de Phelps en 200 mariposa
El joven húngaro, de 19 años, pulveriza con 1:50.73 un registro que tenía 10 años de vida
Terminó un joven húngaro con uno de los récords de Michael Phelps. Pulverizó Kristof Milak el récord del mundo que tenía ya una década de vida firmando una carrera antológica en la piscina de Gwangju tras nadar los 200 metros mariposa en 1:50.73. O sea, 88 centésimas menos de lo que hizo el mito Phelps en Roma-2009, con un tiempo de 1:51.51.
"Es un gran honor establecer este récord", ha dicho el nadador húngaro, quien recordó que empezó a concentrarse en la mariposa a partir de los 14 años. Ahora, con 19, Milak es el ganador más joven de las 200 mariposa desde que Phelps triunfó cuando tenía 18 años en 2003.
DOMINIO DE INICIO A FIN
No tuvo el húngaro rival alguno en la prueba en que pulverizó un récord de la etapa de la natación textil. Ganó de inicio a fin superando, superando Al japonés Daya Seto (1:53.89) y al sudafricano Chad Le Clos (1:54.15) para conseguir el segundo récord mundial que se bate en Gwangju tras el logrado en los 100 braza por el británico Adam Peaty (56.88).
Su caso es curioso porque se ha especializado en los cinco últimos años. "Al principio solo hacía 100 metros porque no tenía fuerza". En la prueba en que Milak derrocó al mito Phelps le sobró energía, aunque en los primeros 100 metros pasó 33 centésimas por debajo del tiempo de paso del récord. No se alteró. Confiaba en su potencia. A los 125 metros ya estaba en tiempo de récord, como acreditó con un espectacular final.
APRENDER DE LOS ERRORES
El húngaro, que había sido cuatro veces campeón del mundo junior en 2017 y campeón de Europa 2018 en 200 mariposa, firmó un registro que pertenece ya a la historia. Por cómo nadó y, sobre todo, a quien destronó. Hace un año, precisamente en el Europeo de Glasgow, ya estuvo nadando en los mismos tiempos que Phelps, pero se equivocó. Le sobraron 10 metros entonces a un triste Milak.
"Solo quería marcar mi propio ritmo, sin preocuparme por nadie ni por nada. Morí durante los primeros 100 y no me quedó nada para el final. Nadé de una manera estúpida", llegó a decir en agosto del 2018 el húngaro recriminándose a sí mismo desperdiciar la ocasión que si aprovechó en Gwangju donde nadó con una jerarquía incontestable.