MUNDIALES DE ATLETISMO
Coleman se acerca un poco más al mito
El velocista estadounidense se impone en la final de 100 metros con un registro de 9.76. Los 9.58 de Bolt aún quedan lejos, pero tiene margen de mejora en el tramo final
El estadounidense Christian Coleman ha dominado este sábado desde el principio la esperada final que proclama al hombre más rápido del planeta, los 100 metros. Con seis atletas por debajo de los 10 segundos y un registro de 9.76 para el ganador, el joven y prometedor velocista estadounidense se sitúa como sexto de siempre. Lejos del estilo y los registros de Usain Bolt, Coleman se acercó un poco más al mito y a su inalcanzable récord (9.58) al lograr su mejor marca personal. Justin Gatlin logró la plata con 9.89 y certificó el domino de la velocidad estadounidense, con Yohan Blake quinto y único representante jamaicano en la final.
🥇 Christian Coleman se corona rey de la velocidad en Doha
⏰Con un tiempo de 9.76 por delante de Gatlin y De Grase
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Con Gatlin tocado y el canadiense Andrea De Grasse de vuelta pero sin la frecuencia de antes (acabó finalmente tercero con 9.90), Coleman sabía en la salida que el título era suyo. El 'amarrategui' en la semifinal, con 9.88 dejándose llevar los últimos 20 metros para no gastar, reflejaba que el joven esprínter de 23 años dominaba de calle y lo que quería es correr, a romper si hacía falta, en la final. ¿Superar al mito? A nadie se le escapa que a un campeón en plenitud de forma y confianza, sin rivales que de momento le quiten el sueño y viviendo de chispazos sobre una pista de goma, le gustaría provocar un terremoto. Y esta era una de esas ocasiones para intentarlo. O al menos para acercarse.
El reverso de Lewis y Bolt
La misión no es fácil. La zona desconocida en los 100 metros no se esconde en la salida sino en la llegada, en concreto en los últimos metros. Solo dos velocistas han conseguido récords en ésta distancia disputando un Mundial. Carl Lewis, igualando la plusmarca universal (9.93) en Roma 1987 y mejorando el récord en el tórrido mundial de Tokio cuatro años después hasta 9.86. El otro se llama Usain Bolt y los 9.58 segundos de hace una década en la pista azul del estadio olímpico de Berlín.
Tras una ronda eliminatoria y una semifinal contra los más rápidos del planeta, Lewis y Bolt podían terminar el hectómetro de la final en progresión o al menos manteniendo su pico máximo de velocidad. Para ambos no existía esa zona límite en la que el velocista de serie se crispa, a partir de los 80, 85, 90 metros. Como son dos atletas largos, la salida era su talón de Aquiles, pero lo remediaban con su arrollador final sobre la parrilla de llegada.
La salida y la puesta en acción son precisamente el punto más fuerte de Christian Coleman. Por algo posee el mejor tiempo de la historia en 60 metros, 6.38 el pasado invierno, distancias en las que Lewis sufrió dolorosas derrotas y Bolt ni lo intentó. A Coleman le falta acabar como los grandes en tamaño e historial. Su 'twilight zone' está muy cerca de meta, pero de momento parece inexplorada.
Estados Unidos produjo una nueva plusmarca mundial, la primera en Doha, en una prueba de nuevo cuño en mundiales, el relevo mixto de 4x400 en el que intervienen dos hombres y dos mujeres, logrando en semifinales 3.12.42 m.