Heraldo-Diario de Soria

VOLEIBOL

Doble cara en la competición

El Río Duero ofrece dos versiones diferentes en el arranque de la Superliga con dos derrotas fuera de casa y una victoria en Soria

El Río Duero regresa a Los Pajaritos mañana para jugar frente al Manacor.-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

El Río Duero regresa a Los Pajaritos mañana para jugar frente al Manacor.-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

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LUIS HDEZ. CASADO
Soria

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Con tres jornadas disputadas en la competición de la Superliga, el Río Duero Soria ha mostrado una doble cara en este arranque de la fase regular: dos derrotas lejos de Soria y una victoria convincente en Los Pajaritos. El pasado fin de semana perdió frente al Voleibol Almoradí, un recién llegado al campeonato, en un partido que el técnico del conjunto celeste, Manuel Sevillano, calificó por el juego desplegado de «entre malo y muy malo», durante el repaso semanal de la actualidad de su equipo y antes de medirse mañana al Manacor. «Hubo pánico generalizado y se desconectó todo el equipo; se jugó mal», reconoció el entrenador, que achaca esta nueva derrota lejos de Soria al juego realizado y no a una espiral de malos resultados debido a jugar como visitante pese a no ganar como tal desde hace más de una temporada. «No creo que tenga mucho que ver. Este equipo cuenta con ocho jugadores nuevos y ninguno de ellos es responsable de lo sucedido con anterioridad. Es más debido a que se jugó mal», zanjó el responsable del banquillo.

Para explicar la derrota, Sevillano argumentó que después de ganar el primer set, «controlado aunque ya nos dimos cuenta que no era suficiente con la diferencia que teníamos en el marcador para afrontar el resto de parciales con garantías», el equipo entró en una dinámica desfavorable. «No había saque, ni ataque. Todo estaba mal. No hubo relajación, pero lo achaco a un problema mental. Jugamos a no perder y no a ganar jugando con agresividad. Es un tema de mentalidad», reconoció. «Veías las caras de los jugadores y se veía que estaban sufriendo. Nada que ver con lo experimentado durante el partido frente a Ibiza y de lo habitual de las sesiones de entrenamiento que estamos realizando. Fue un mal día, uno solo desde que hemos comenzado la temporada», argumentó. «Nunca encontramos soluciones durante el partido», destacó Sevillano, que tampoco halló el revulsivo en el banquillo y que asumió su responsabilidad por no encontrar respuesta a lo largo del enfrentamiento para dar la vuelta a una situación que derivó en la derrota. «Me incluyo en los fallos cometidos por los cambios que no consiguieron el efecto deseado», comentó.

Después de la segunda derrota de la temporada fuera de Los Pajaritos, el Río Duero regresa a su mejor escenario para recibir al conjunto balear del Manacor. Sevillano no se fía una vez observado el cúmulo de sorpresas consumadas en las tres primeras citas de la competición. «Todos los equipos han fallado y ninguno ganará por trámite. En tres jornadas ha habido sustos y sorpresas y creo que esto no cambiará», advirtió. «Nuestro rival es muy parecido a nosotros. Tiene un grupo de jugadores jóvenes y los brasileños. Somos dos equipos con potencial por el grupo de jugadores jóvenes. Nos encontramos en el mismo saco», destacó. La diferencia radica en el hecho de jugar en casa, donde el conjunto soriano ha demostrado su fortaleza. «Durante los entrenamientos afianzamos la confianza en nuestras posibilidades. Estamos completando unas sesiones muy fuertes y nos debemos centrar en el trabajo para que no nos influya el tema mental. Si fuera así, es difícil de replicar. Si fuera un asunto técnico, se entrena y se intenta solventar. La parte psicológica es más complicada de solucionar. Nos debemos centrar en aspectos como el saque, que nos debe ayudar, y en una buena recepción. Por su parte, intentaremos frenar a su mejor hombre en la red, Renato Marques», indicó Sevillano, que espera desterrar el pánico surgido en su equipo durante la anterior jornada, un lastre para ganar.

Un curso sin ganar

Más de un ejercicio completo sin ganar. El Río Duero acumula salidas sin premio desde que se trajo la victoria de Castellón el pasado 10 de marzo de 2018. Ese partido era el último como visitante en la fase regular del campeonato 2017-18. A partir de ahí, el desierto. Un tránsito que le ha llevado a acumular once desplazamientos consecutivos sin conocer la victoria durante el curso pasado más dos en el presente. Las dificultades que encuentra lejos de Soria contrastan con el potencial exhibido en el pabellón de Los Pajaritos. El grupo de Sevillano cimentó su salvación en la temporada precedente con actuaciones destacadas como local. Con todo, pasó apuros y solo al final de la liguilla confirmó la salvación sin estrenarse con una victoria a domicilio. El pasado sábado, la derrota frente al Voleibol Almoradí recuperó viejas vivencias, nada favorables. El técnico celeste, Manuel Sevillano, intentó despejar cualquier señal sobre una posible crisis estructural centrada en la versión de su equipo como visitante. Lo asimila más a un problema coyuntural porque la base del equipo no se parece a la del pasado año por lo que no son responsables del peso de las derrotas sufridas. Ya lo son de las dos cosechadas en este inicio de la competición, una mochila de la que deben desprenderse para no ampliar el número de viajes sin ganar y para no depender solo de Los Pajaritos.

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