Heraldo-Diario de Soria

ARGENTINA - URUGUAY (2- 2)

Messi y Suárez firman tablas en Tel Aviv

El uruguayo asistió a Cavani en el 0-1 y marcó un gran gol de falta imitando a su amigo argentino. El '10' del Barça regaló el pase del 1-1 al Kun y en el tiempo añadido rubricó el empate de penalti

Messi y Suárez en el amistoso Argentina-Uruguay en Tel Aviv.-EFE / EPA /ABIR SULTAN

Messi y Suárez en el amistoso Argentina-Uruguay en Tel Aviv.-EFE / EPA /ABIR SULTAN

Publicado por
MARCOS LÓPEZ
Soria

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Asistencia y gol. Asistencia a Cavani y gol de Luis Suárez tal si fuera Leo Messi, a quien le recordó que él también sabe tirar muy bien las faltas. Tan bien lo hizo el delantero que Uruguay se amparó en su talento, mientras Argentina recurrió, como ya resulta tradicional, a Messi en el amistoso de Tel Aviv, que terminó en tablas (2-2). Todo fue idéntico: asistencia y tanto de falta de Luis; asistencia y tanto de penalti de Leo.

Hay conexiones que nunca se oxidan. Resisten al paso del tiempo. Están incluso por encima de las distancias. Da igual que lleven días, semanas o meses sin coincidir en el campo. Pero Uruguay, un pequeño país, dueño de un fútbol con una identidad que perdura de siglo en siglo, tiene el placer de disfrutar de la ilimitada sociedad ofensiva que integran Suárez y Cavani. O Cavani y Suárez porque el orden de los factores no altera nunca el producto final: el gol. O la de Messi y el Kun en el 1-1.

Así acabó, por ejemplo, el 0-1 de la sabia selección dirigida por un maestro desde el banquillo. Tabárez es algo más que un simple entrenador de fútbol. Representa mucho para los jugadores y, sobre todo, para el país. Uruguay lo venera. Y con razón. Se adelantó la celeste a la Argentina de Scaloni en una jugada que fue, en realidad, un tratado de buen fútbol.

Brian Lozano, el extremo zurdo del Santos Laguna mexicano, inició la acción con paciencia e inteligencia. Pero necesitó, sin embargo, de la astucia y clarividencia de Lucas Torreira, el centrocampista del Arsenal. El balón llegó rápido y limpio a los pies de Suárez. Tuvo el nueve del Barça, aunque jugó en Tel Aviv más pegado a la banda derecha, la generosidad que no se le supone a cualquier goleador y descubrió la soledad de Cavani.

Cuando Argentina se quiso dar cuenta ya iba perdiendo. El partido hasta ese momento no tenía nada de especial. En los primeros 10 minutos no había pasado nada. Luego, tampoco. Pero ese relampagueante gol uruguayo despertó el fútbol burocrático que se veía en un amistoso que nunca es amistoso porque están cara a cara dos de los colosos del fútbol sudamericano.

La reacción de Leo

A Messi, que había tenido un buen regreso ante Brasil en Arabia Saudí, no se le vió tanto en Israel, a pesar de estar escoltado por dos lujosos ayudantes: Kun Agüero, la estrella del City, y Paulo Dybala, la joya de la Juve. Pero no fueron los socios adecuados para Leo, que entró poco en juego. Aunque dejó, eso sí, una curiosa imagen cuando se enzarzó en un pique verbal con Cavani justo antes de un lanzamiento de falta.

Uruguay entendió el mensaje. Supo desactivar a Messi. O eso creían. Falsa impresión. Pasada la hora de partido, y con Cavani ya sustituido, el 10 del Barça tomó, una vez más, el mando de la albiceleste. Asistió, con un preciso centro desde la banda izquierda en una acción a balón parado, a su amigo Kun para rubricar este el 1-1 con un certero cabezazo.

Las faltas de Luis

Adquirió un tono mucho mejor la segunda mitad. Más divertida. Con más fútbol. Y con más emoción. Entonces, Luis se disfrazó de Leo. En una falta al borde del área, en el costado izquierdo de la portería argentina, apareció el delantero uruguayó dejando un gran lanzamiento de falta para demostrarle a su vecino y amigo argentino que él también hacer goles así.

Con el 1-2 en contra hasta despertó Dybala, que había tenido un papel secundario, pero ya era demasiado tarde porque Scaloni apeló en el cuarto de hora final a Lautaro Martínez, el joven talento del Inter de Milán. Aunque el partido pareció quedar liquidado por Suárez, que tomó prestado el ropaje en las faltas de Messi. A él le derribaron al borde del área. Y él fue quien pensó que había dado el triunfo a Uruguay hasta que la mano de Martín Cáceres, el exdefensa del Barça, se cruzó en la trayectoria del balón.

El penalti fue claro. Y el gol de Messi, también. Fue un delicado pase a la red aprovechando el gesto torpe de Campaña, el meta de Uruguay, que se puso nervioso. Leo no erró. Y el partido acabó como empezó. Con empate.

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