Heraldo-Diario de Soria

ATLETISMO

«Fiz era el favorito en Atenas»

Abel Antón recuerda su victoria en la maratón del Mundial de 1997, gesta de la que ayer se cumplieron 23 años / «Ganar en el Estadio Panathinaikó es lo más grande para un maratoniano»

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FÉLIX TELLO
Soria

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Abel Antón tiene un palmarés envidiable como fondista pero fue en la distancia de la maratón donde se colocó en primera línea a nivel internacional con sus dos entorchados mundialistas en Atenas y en Sevilla. De su victoria en el Estadio Panathinaikó de la capital griega con un tiempo de 2h13:16 se cumplían ayer 23 años y el de Ojuel recordaba una jornada  «inolvidable» que arrancaba a primera hora de la mañana de aquel 10 de agosto de 1997 y que se saldaba con su primer título en el Campeonato del Mundo. Antón no olvida el agobiante calor de Atenas, el recorrido exigente con más de 20 kilómetros de subida a un puerto, el cartel de favorito del que gozaba Martín Fiz y el abrazo con el que se fundía con su amigo Fermín Cacho en la línea de meta. Un día histórico para el deporte soriano y español.

«Recuerdo que hacía mucho calor en Atenas». Estas fueron las primeras palabras de Abel cuando se le preguntaba por los recuerdos de hace 23 años. La prueba de los 42 kilómetros era madrugadora y a las 8.00 horas -7.00 horas en España- los atletas daban sus primeras zancadas desde Maratón. Pero los corredores ya sufrían los casi 30 grados a sus espaldas desde el primer metro. «Terminamos con 35 grados», añadía Antón. Así, a la exigencia de la carrera había que sumar los condicionantes externos y las características de Atenas en pleno verano. El soriano iba a ser el primero en cruzar la línea de llegada y la corona de laureles estaba reservada para él.

Abel tiene claro que el triunfo en Sevilla dos años después (1999) fue más especial «por ser en tu país y ante los tuyos», aunque el sabor y el poso que deja Atenas es inigualable para cualquier maratoniano. «Ganar allí es lo más grande», aseguraba. Y es que el origen de los Juegos Olímpicos está en la capital helena y la distancia de la maratón se basa en la leyenda que le da nombre y existencia, y que no es otra que la del soldado ateniense Filípides, que hizo de mensajero en la Antigua Grecia corriendo desde la batalla de Maratón hasta Atenas para comunicar la noticia de la victoria helena sobre los persas.

Iba a ser su primer Mundial y a la cita de agosto llegaba tras vencer en Berlín (1996) y Corea (marzo de 1997). Abel Antón y su entrenador Enrique Pascual habían apostado por ampliar distancias y su incursión en la maratón les salió como una jugada redonda. Sin embargo, al Mundial de Atenas no llegaban como favoritos ya que el gran dominador y vigente campeón del mundo era el vitoriano Martín Fiz. «Él era el favorito, aunque es cierto que en sus declaraciones previas a la prueba ya me veía como su gran amenaza, por delante de los atletas africanos».

Antón y Fiz compartieron carrera hasta que a falta de 400 metros para entrar en el Panathinaikó el soriano atacó para coronarse como campeón. Ahí se decidió el triunfo, aunque Abel reconoce que en el kilómetro 35 ya se vio ganador después de haber superado los más de 20 kilómetros de dura subida. «Cuando comenzó el puerto Martín Fiz me atacó pero no logró dejarme», señalaba el de Ojuel, quien explicaba que «pasé momentos complicados en la ascensión pero luego en la bajada me recuperé y ya a falta de 7 kilómetros pensé que la victoria era mía». No le fallaron las previsiones ni los cálculos a un Abel Antón al que en la meta le esperaba su amigo y compañero de fatigas Fermín Cacho, que el día anterior se había proclamado subcampeón del Mundo de los 1.500 metros.

"La maratón más dura que he corrido"

La maratón de peor recuerdo para Abel Antón fue la de las Olimpiadas de Sydney en el año 2000 cuando un problema en la rodilla no le permitió rendir a su nivel. Pero cuando habla de dureza de una carrera de 42 kilómetros señala directamente a Atenas. Además del calor, la parte central de la prueba cuenta con la subida a un puerto de casi 25 kilómetros que marca las diferencias. «Yo soy más un rodador en plano y a Fiz se le daban mejor la subidas y por ello me atacó en esa parte del recorrido», comentaba el soriano. Abel tiene muchos logros conseguidos en sus piernas como ser el primer maratoniano que alcanzaba dos títulos mundialistas y como ser el último atleta blanco que se ha impuesto en los 42 kilómetros de un Campeonato del Mundo. Después de su triunfo en Sevilla llegaría el dominio de los deportistas africanos, una hegemonía que nadie ha osado en contestar a lo largo de los últimos años. El idilio de Antón con la maratón se puede resumir con una palabra: sobresaliente. El de Ojuel ha corrido en un total de 12 maratones y sus cifras son para quitarse el sombrero. Abel lograba nada más y nada menos que cinco victorias para ser la referencia a nivel mundial. Se mantuvo intratable en Berlín, Corea, Atenas, Londres y Sevilla para cruzar en primera posición la línea de meta. Toda una leyenda de la que presume Soria y el atletismo español.

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