El Numancia juvenil rescata un punto en los últimos diez minutos

Isoba y Numancia, nos regalaron en la duodécima jornada de la Liga, un gran encuentro, que se saldó con empate a dos al final de los 90 minutos reglamentarios, y que visto lo visto en el terreno de juego, es un gran botín para los numantinos, que demostraron que saben sufrir y recomponerse en los momentos difíciles y no perderle la cara al encuentro. Además, los ´Hugos´ se vistieron de héroes en forma de goleadores visitantes.

El conjunto leonés, llevado en volandas por su gente, planteó una primera parte espectacular, inteligentísima y donde su plan de partido se ejecutó al milímetro, defendiendo cuando había que hacerlo, contragolpeando también cuando fuese necesario, replegándose, saliendo, presionando muy alto... Y así, en el minuto 8 hicieron el primer tanto de la mañana.

Fue una jugada conducida por banda derecha y ante la que nada pudo hacer Mario, capital en el empate de la escuadra Freddy. El segundo llegó a través del balón parado. El rebote de un córner colgado al primer palo, le volvió a llegar al lanzador de éste, quien puso el balón al segundo palo y que fie rematado por el central local, sin oposición. Gol fácil y evitable. Ahí faltó algo de garra. Al contrario que en los compases finales del choque. El boquete era importante, y pese a que se llegó al descanso con dominio visitante, las sensaciones no eran nada buenas. Numancia estaba muy incómodo sobre el tapete. Nada más empezar la segunda mitad, el técnico numantino introdujo un triple cambio para intentar virar el desempeño del encuentro y a la postre, fue una gran jugada.

Tras reanudarse el segundo acto, el conjunto de Soria recibió otro gran susto, pues el Isoba, a punto estuvo de poner el tercero de la mañana. Y ahí estuvo imperial Mario, con una parada espectacular. Hubiera sido un mazazo definitivo. Entonces, los de Luis García, se echaron atrás para defender el resultado y esperar a la contra, también conscientes de que habían perdido a su hombre referencia en ataque por culpa de una lesión. Y a partir de ahí, el conjunto leonés, se empequeñeció y no se sabe que tipo de mal espíritu imbuye al conjunto local en los últimos compases de los encuentros que les hace irse del partido mentalmente y terminar sufriendo mucho y encajando goles en los último instantes. Esta vez, tampoco fue una excepción. El factor emocional de haber encajado varios goles decisivos en los minutos finales en partidos precedentes le jugaron una mala jugada al Isoba y acabo empatando.

Un partido que tenía ganadísimo. De perdidos al río, al líder le tocaba demostrar de qué pasta estaba hecho y se puso el traje de las remontadas, cual Países Bajos frente a Argentina, para terminar levantando un 2-0. En el minuto 81, tras un robo en campo propio, la pelota terminó en el fondo de la red, después de que el pichichi Martínez, le ganase muy bien la espalda a los defensores. El segundo tanto fue pura garra y pasión, sin nada que perder, una jugada enmarañada, llena de rebotes, quiso que le llegara el balón al otro Hugo, Gallardo para que pusiera el empate. Una jugada afortunada, pues el pie del central rival hizo que el balón dibujara una parábola perfecta, lejos del alcance del meta rival.

Así pues, en un partido en el que quizás no mereció tanto la victoria, el Juvenil del Numancia, rescató un empate como lo hacen los grandes: sabiendo sufrir y en un encuentro trampa, ante un rival, que es mucho más de lo que refleja la clasificación.