FÚTBOL
Arancha Aldea: la experiencia es un grado
La jugadora más veterana del San José con 37 años comparte la vida familiar y laboral con su gran pasión por el fútbol: "Lo que peor llevo es el tiempo que me quita de estar con mis hijos"
Arancha Aldea Romera representa la experiencia, la veteranía y la calidad en el mundo del deporte. Enrolada en las filas del San José, que se está jugando el ascenso a Liga Nacional, es una de las piezas clave en el equipo entrenado por Hugo Palomar. A sus 37 años reconoce que seguirá jugando al fútbol mientras continúe "disfrutando". El balompié es su gran pasión desde niña y en ello mucho tiene que ver la figura paterna, un 'viejo rockero' del fútbol provincial que responde al nombre de Chus Aldea. La familia siempre marca y para Arancha el único aspecto negativo de su afición es "el tiempo que me quita de estar con mis hijos".
Leire de nueve años y Lucas de cinco llevan el fútbol en la sangre y a la tradición que llega por vía materna hay que sumar el hecho de que su padre es César Huete, canterano del C.D. Numancia que en su día llegó a jugar en el primer equipo rojillo. "Los niños sí que son futboleros, en especial Lucas", comenta Arancha, que es muy clara en su contestación cuando se le pregunta sobre si le gustaría que sus retoños fueran futbolistas: "Preferiría que fueran médicos o ingenieros".
El deporte en general y el fútbol en particular tienen un componente de suerte y de mucho esfuerzo para llegar lejos. Ello lo sabe muy bien la futbolista de Fuentetoba ya que son muchos los sacrificios que hace para seguir entrenando y seguir compitiendo con la camiseta verde. "Además de las lesiones, lo que peor llevo es el tiempo que me quita el fútbol para estar con los niños". Tres días de entrenamientos semanales y en especial largos viajes a Ponferrada, Salamanca o a León que hacen que la familia juegue un papel fundamental para poder sobrellevar la condición de madre. "Tengo la suerte de tener una familia extensa y no queda otra que tirar de abuelos, tíos e incluso primos. Está César, claro, pero trabaja fuera de Soria y no siempre se puede quedar con los chicos", apunta Aldea.
Por cierto, que César Huete también conoce a la perfección los sabores y sin sabores del deporte y por ello cuando las cosas vienen mal dadas para Arancha en el terreno de juego, en forma de una derrota, es él quien 'paga los platos rotos'. "Cuando perdemos lo pago con él y como dice mi abuela Juliana tiene el cielo ganado conmigo".
Por suerte para César Huete las derrotas del San José está temporada son la excepción. Un San José en el que Arancha Aldea es una de la capitanas y la más veterana. Se podría decir que ejerce también de madre en una plantilla colegial en la que hay futbolista como Irene Mateo "a la que le saco ni más ni menos que veinte años". Arancha es consciente de que la edad es un límite para poder rendir al mismo nivel que muchas de sus jóvenes compañeras, aunque de momento rinde como la que más. "Cuando no pueda competir con mis compañeras me quito de en medio y cuelgo las botas. Mientras siga disfrutando, mientras esté a este nivel y mientras me respeten las lesiones seguiré jugando".
En el horizonte está ese ascenso a la Liga Nacional, la tercera categoría del fútbol femenino español, y el San José lo tiene todo a su favor para dar el salto en esta recta final de la temporada. "Para mí sería un premio subir a Nacional y ya le he dicho al presidente Tito Hernánsanz que si subimos sigo sí o sí, aunque sea para ayudar desde el banquillo".
Desde el banquillo y desde el césped ya que la atacante pasa por ser esa jugadora que marca diferencias por su calidad. Las rivales lo saben y la tobera es muy vigilada cada jornada y también es objeto de muchas patadas. "La verdad es que sí me dan bastante. Me entran duro", afirma. Pero por su carácter no se arruga y es habitual que se eche el equipo a sus espaldas. "Todo el partido estoy encima de las mías y por esa experiencia sí que tengo la responsabilidad de ser una de las líderes del equipo".
La temporada pasada fue la pichichi colegial con 18 goles, aunque su rendimiento goleador ha bajado este curso. Sin embargo su rol en el campo ha cambiado "y este año soy más de asistir que de marcar. Mientras gané el equipo me da igual", si bien con siete tantos, tras los dos anotados el pasado fin de semana, mantiene el olfato. En este sentido el relevo anotador lo ha tomado Irene Mateo, que con una quincena de tantos es la máxima realizadora del San José.
Cuando habla del hipotético ascenso, Arancha sabe que no va a ser fácil y tiene claro que "lo que hay que hacer es apretar los dientes todas en esta recta final de Liga. Somos un bloque unido y si seguimos como hasta ahora lo vamos a conseguir".