Fútbol
Numancia: tremenda decepción ante el Montijo (1-0)
Los rojillos pierden ante el colista, que no había ganado aún en casa
Jugador del Numancia en el campo del Montijo.
Reza un refrán que mientras hay vida hay esperanza, y a ello se aferra el colista Montijo, que logró en la matinal de este domingo su segundo triunfo consecutivo, primero de toda la temporada en su feudo, ante un Numancia que se dio de bruces contra la fe y buen ejercicio en el verde de los pupilos aleccionados por Emilio Tienza. Runy ejecutó en una jugada personal a los numantinos, segundo equipo al que hace abandonar el liderato de la tabla, tras derrotar el pasado domingo al Illescas en su feudo.
Sonaba la música en el coliseo de las Vegas Bajas con la novedad en el cuadro numantino de Asier Grande y David Alfonso, por el sancionado Carlos González y por decisión técnica de Tamayo, frente a un cuadro local algo mermado de efectivos por la estampida de jugadores en las últimas fechas. El míster local, Emilio Tienza presentó en el despertar muralla de cuatro, con Joserra y Pedro en los laterales y Matheus y Mario Román como centrales, ante los chicos de Javi Moreno, que rápidamente fueron adaptándose al verde artificial de la ciudad montijana.
Con más músculo que brillo durante la fase inicial, la verdad sea narrada, discurrieron los primeros minutos hasta bautizar la hoja de registros estadísticos. Un intento de tsunami del local Runy desde fuera del área que buscó y no halló la escuadra de Kudakovskiy saludó al cielo a los doce minutos. El Numancia cedía algo de metros, y una dura entrada de Bonilla sobre Runy en el vértice del área era castigada con cartulina amarilla al jugador blanco. Mario Román afilaba espuelas, pero su disparo chocó contra la zaga blanca que pateaba la bola a córner.
El Numancia, sin perder en ningún momento la compostura, iba buscando donde hincar el diente y pronto dio su primer jaque en un saque de falta ejecutado por Bonilla que la zaga rojinegra sofocó, y el saque de esquina inmediato no tuvo premio alguno (min. 20). El Montijo volvía a ponerse en combustión y ganaba metros y área. Runy firmó un centro lleno de pérfidas intenciones que obligó al pateo providencial de Asier para evitar un disgusto mayúsculo (min. 28).
El reloj de arena seguía su curso inexorable sin que pudiese plasmar en este juicio narrativo algún caramelo en forma de gol o jugada brillante. Nada de nada. De Frutos chocaba con un compañero y tras unos minutos de parada, se levantó del césped y quedó en un susto. Se agotaba la primera entrega con la mejor jugada, y casi única, del cuadro de Soria. Bonilla, un verdadero terremoto ayer por el flanco izquierdo, sellaba un pase hacia la llegada en tromba de Soler, pero el disparo se chocó con las manoplas de un bien posicionado Atanes (min. 44). Sin tiempo para más, sonaba el gong intermedio y ambas centurias se iban camino de las duchas.
Sin relevos en ninguno de los onces amanecía la segunda mitad, y sin jugadas dignas de reseña en el bloc. Mucho balón largo, mucho músculo y con el aburrimiento recíproco en ambas porterías para desconsuelo de todos, cronista incluido. El bloque de la capital soriana fue creciendo en la escala de valores con el devenir del minutero y era Soler quien encendió la mecha en un precioso centro lateral que sofocaba la zaga rojinegra antes del remate en última instancia de Christian, que siguió igual y triste destino: agua.
El técnico Javi Moreno agitaba el banco y daba verde a Primo en sustitución de David Alfonso (min. 56). El dominio en esta fase era visitante, pero el Montijo seguía dando guerra. Un remate de Runy terrorífico desde el pico del área no conectó por centímetros con el flequillo de un Javi Bernal, inédito en el campo hasta estas líneas (min. 59). Ardían los bancos y Emilio Tienza daba verde al pistolero Darius. El numantino Primo echó sus boletos en un remate cándido parado sin alterar sus biorritmos táctiles el portero Dani Atanes (min. 70), antes de un fax de Soler que no halló remitente en el segundo palo. El duelo entraba en su cuarto de hora final y en él apareció, genio y figura, Runy, que agarró la bola en la banda diestra, recortó a uno de los laterales sorianos y de derechazo letal agujereaba la escuadra soriana para firmar el tanto de la victoria montijana, segunda consecutiva y darle un poco de oxígeno en su agónica lucha por salir de las tinieblas de la clasificación.
El Montijo se ha convertido en la bestia negra del Numancia. Ganó en Los Pajaritos en la primera vuelta, y lo volvió a hacer en la segunda mitad del campeonato, dejándole sin el liderato obtenido en jornadas precedentes. Duro mazazo para un equipo que venía de encandilar a los suyos con dos triunfos consecutivos en casa, y habiendo marcado ocho goles. Ayer no anotó, y tampoco hizo muchos méritos para anotar. La próxima semana toca recibir en Soria a la AD Llerenense.