Heraldo-Diario de Soria

ENTREVISTA

Alfonso Bassave: "Ni Carlos I fue tan bueno ni Francisco I, tan malo"

El actor interpreta al mujeriego monarca francés en la serie de TVE-1 'Carlos, Rey Emperador'

Alfonso Bassave, caracterizado como Francisco I en la serie de TVE-1 'Carlos, Rey Emperador'.-RTVE

Alfonso Bassave, caracterizado como Francisco I en la serie de TVE-1 'Carlos, Rey Emperador'.-RTVE

Publicado por
MARISA DE DIOS
Soria

Creado:

Actualizado:

Para Alfonso Bassave (Madrid, 1979), la Historia siempre ha sido una materia muy interesante. De hecho, era su asignatura favorita en el colegio. Por eso se está divirtiendo tanto en el papel del mujeriego monarca francés Francisco I en la serie de TVE-1 'Carlos, Rey Emperador'. Y también porque su personaje es, en teoría, el malo de la función, algo que para él no está tan claro. "Francisco también tendría sus aciertos y sus errores", justifica.

–Creo que este papel le hizo una ilusión especial...

–No es tan fácil que me lleguen personajes con tantas contradicciones y con tantas capas. Por un lado, es un rey absolutista y despótico, y por otro, es un amante de las artes y de la cultura, un conquistador en lo seductor y en lo militar. Desde que hice la prueba, me fascinó el personaje, así que cuando me llamaron para decirme que me daban el papel, me puse a llorar, algo que no me había pasado nunca. Otras veces había gritado o había dado saltos de alegría, pero llorar de emoción, nunca.

–Francisco está teniendo mucha evolución. Ha perdido la seguridad que tenía al principio.

–Sí, Carlos es una espina en su zapato. Cuando se convierte en rey de España y luego en emperador, a Francisco todo se le complica. Empieza muy seguro de sí mismo y poco a poco se le van bajando los humos. El arco del personaje es muy bonito, porque comienza como puro exceso, frivolidad y soberbia, y acaba bastante humillado, la verdad, y eso para un actor es muy divertido de trabajar.

–¿Qué tal ha llevado eso de ser el malo de la función?

–Bien. Ya a priori me divierten mucho más los malos porque son personajes con muchas más contradicciones. En esta ficción el protagonista es Carlos y se cuenta desde el punto de vista del rey español, así que convenía tener un bueno y un malo. Pero yo la verdad es que creo que ni Francisco fue tan malo, ni Carlos, tan bueno. De hecho, para España, la familia de los Habsburgo en general no fue muy buena. Especialmente Carlos, que llegó a España y expolió Castilla y todo el dinero que venía de América para conseguir el imperio.

–Así que no cree que Francisco fuera un mal rey.

–Tendría sus aciertos y sus errores. Dicen que fue el primer rey absolutista de Francia, pero también dicen que fue el primer monarca renacentista, que llevó a Leonardo Da Vinci a la corte francesa. Supongo que haría muchas cosas buenas y muchas cosas malas, como todos los reyes de esta época. En una ficción siempre conviene explotar las cosas y que el antagonista sea el malo.

–¿Es importante una serie como esta para refrescar la historia?

–Desde luego que sí; tiene una gran labor pedagógica que está muy bien y es muy necesaria para que conozcamos nuestra historia. Y, sobre todo, es importante que en una cadena pública se apueste por este tipo de producciones. Me dicen que, en los colegios, los profesores de Historia recomiendan a sus alumnos que vean la serie. ¡Ya le habría venido bien a nuestra generación!

–Por cierto, ¿cómo se le daba a usted la Historia?

–Muy bien. Era mi asignatura preferida. Y en especial esta época, los Reyes Católicos, el siglo de Oro, que creo que es el gran momento de España a nivel cultural, político y económico. A mí me gusta mucho la Historia y, en consecuencia, también las películas, las series y las novelas históricas.

–Su personaje también salía en otra conocida serie histórica, 'Los Tudor', ambientada en la corte del rey inglés Enrique VIII.

–Por eso la vi cuando me dieron este personaje. Intenté documentarme, leer mucho y ver todo lo que pudiera de aquella época, bien fueran películas o series. Y, por supuesto, una de ellas fue 'Los Tudor', que es buenísima. Pero tampoco quise agobiarme, porque tenemos datos de los personajes pero, al final, soy yo el que tengo que darle vida. Así que, una vez contextualizada la época, se trataba de dejar volar la imaginación a partir de los guiones, que creo que son lo mejor de la serie.

–No parece que usted tenga muchos puntos en común con su personaje. ¿Me equivoco?

–Sí, hay algo. Desde luego, intento no ser una persona despótica, egoísta ni arbitraria, pero sí que creo que tengo en común con él la capacidad de disfrute. Soy muy disfrutón. Creo que para bien y para mal, tengo mucha capacidad de vivir, de disfrutar de la vida, y eso sí que creo que lo tenemos en común y he podido dárselo al personaje.

–Ha trabajado en series como 'Hispania', ambientada en la época romana; en 'Gran Hotel', de principios del siglo XX; en 'Amar es para siempre', de los años 60, ahora en 'Carlos'… ¿Le van las series de época o es casualidad?

–Se ha dado así. Las últimas series han sido de época, de lo cual estoy muy contento. Primero, es un reto muy divertido, por ejemplo, a nivel de vestuario. Luego, porque creo que en concreto han sido series muy bien hechas que han funcionado y en las que he disfrutado mucho y me he sentido un privilegiado de poder estar ahí. Pero estoy abierto a hacer cosas contemporáneas. Este verano he hecho una película americana, que está ambientada en nuestros días.

–¿Qué película?

–Se titula 'The rendezvous'. Es una película de aventuras, un poco al estilo de Indiana Jones o Tras el corazón verde, ambientada en un país exótico, con un poco de intriga y acción. La protagonista es Stana Katic, la actriz de la serie Castle. Ha sido una experiencia maravillosa. No solo por ser una producción americana, que ya es otro mundo, sino también por rodar en sitios como Jordania. Ahora me voy a Los Ángeles, porque tengo que doblar cosas de la película y ya me quedo allí unas semanas a hacer pruebas y a intentar mover un poco la ficha...

–Así que ahora se va a hacer las Américas.

–Estoy en ello. Tengo representante allí y estoy haciendo pruebas. Vivo en España y quiero seguir trabajando aquí, pero en este país la televisión va muy bien, el cine no tanto y creo que todo lo que sea abrir mercado es interesante. Hablo bien inglés y mi plan es ese: ir para allá para pasar temporadas cortas, aprovechar para hacer muchas entrevistas y 'castings' y, si sale algo, me quedo a rodar.

–Y a ver si le van tan bien las cosas como a Miguel Ángel Silvestre, que va a rodar la segunda temporada de la serie 'Sense 8' con los hermanos Wachowski.

–De hecho, hemos quedado para vernos en Los Ángeles, porque somos amigos.

–¿Le ha dado él algún consejo de cómo establecerse allí?

–No, la verdad es que todavía no hemos hablado mucho de lo profesional, sino de qué vamos a hacer, si vamos a ir a surfear a tal sitio o a desayunar a tal otro. El tema laboral no lo hemos tratado demasiado. Pero yo con eso siento que cada uno tiene su carrera y tiene que dar sus propios pasos. Claro que nos contaremos cosas, pero prefiero que lo profesional quede al margen y nos movamos más en lo personal.

–En 'Amar es para siempre', que protagonizó durante una temporada, pudo trabajar con su hermano, Manuel Baqueiro, que lleva en la telenovela desde el primer capítulo dando vida a Marcelino. Sería una serie especial…

–Teníamos ganas y fue una maravilla. Lo que pasa es que, como en la serie hay como dos mundos, el de los ricos y el de los pobres, coincidíamos poco; pero fue muy emocionante. A mí me habían tanteado varias veces, pero, al final, no se había dado la oportunidad y me apetecía, porque creo que como serie diaria está muy bien hecha y tiene muy buen reparto. También me apetecía la experiencia de trabajar en una serie diaria, que son muy duras.

–¿Por el ritmo de trabajo?

–Porque aprendes cosas que no te enseña una película o una serie de prime time, como resolver 30 páginas de texto al día de 8 o 10 secuencias. Gracias a 'Amar...' aprendí mucho y me llevé un montón de herramientas que, a día de hoy, siento que me han valido mucho para mis siguientes trabajos.

–Curiosamente, tanto usted como su hermano estudiaron Derecho. ¿Era la tradición familiar?

–Sí, en mi familia todos son abogados. Cuando llegó el momento, yo no lo tenía muy claro y la decisión natural fue hacer Derecho. Pero justo al entrar en la facultad, me di cuenta de que no era para mí. Empecé a ver ensayos de teatro y, lo que fue una gran revelación, fue cuando vi la película 'El club de los poetas muertos', en la que el protagonista quiere ser actor, su padre no le deja y el chico acaba suicidándose. Pensé que eso no me podía pasar a mí y, ese mismo día, le dije a mis padres que quería ser actor.

–¿Se lo tomaron bien?

–Me dijeron que no había problema en hacer arte dramático si, a la vez, estudiaba Derecho. Fue un poco locura, porque mi cabeza y mi corazón estaban ya en lo de ser actor, en los ensayos y los rodajes. Vamos, que estudiarme el código mercantil no era lo que más me divertía.

–Pero acabó la carrera.

–Sí. Soy abogado.

–Y, luego, su hermano siguió sus pasos.

–Sí, al cabo de los años dijo que también quería ser actor. Le ha ido muy bien y cada uno tenemos nuestra carrera. Somos muy diferentes pero nos queremos mucho.

tracking