ENTREVISTA
Jose Coronado: "He dejado de fumar y hago más deporte. Estoy como un toro"
Recuperado del infarto que sufrió en abril, el actor madrileño vuelve a la acción de la mano de Enrique Urbizu en la serie 'Gigantes'
Jose Coronado vuelve a la acción. Y lo hace bajo la batuta del cineasta que le ha brindado los mejores papeles de su carrera y su único Goya: Enrique Urbizu ('No habrá paz para los malvados').‘Gigantes’ -serie que ambos están rodando ahora mismo en Madrid y que Movistar+ estrenará el año que viene- narra la historia de un clan familiar encabezado por un hombre cruel. A sus espléndidos 59 años y recuperado ya del infarto que sufrió a mediados de abril, el actor madrileño se enfrenta a su nuevo personaje con pasión y devoción. Se recoge la melena en una coleta y se dispone a atender a la prensa entre escena y escena.
Antes que nada. ¿Cómo se encuentra? Como un toro. Ha sido un susto y ahora tengo una vida un poco diferente. He dejado de fumar, hago deporte y me cuido un poco más. Doy las gracias. Me siento un privilegiado porque la vida me ha avisado y me ha dado la posibilidad de entrar en otra pantalla con otras herramientas y más cuidados. Pero estoy bien. Muy bien. Feliz.
Vuelve a la acción con Urbizu. Están en pleno rodaje de ‘Gigantes’. ¿Cómo es su personaje? Abraham Guerrero es el patriarca. Es padre de tres hijos y es la devastación moral hecha persona. Un tipo sin padre ni madre y criado en un hospicio, alguien que vivió la España más oscura de los años 50 y que con el paso del tiempo se ha construido un imperio en el Madrid de Lavapiés y el Rastro.
Un imperio ilegal, se entiende. Bueno, seguro que no paga todos los impuestos que debería a Hacienda. Sí, él lo que hace es trapichear con tiendas de muebles y anticuarios. También se mete en sustancias peligrosas. Vamos, que se convierte en el mayor controlador de la entrada de cocaína. Es un hombre tremendamente austero y estricto. Trata a sus hijos de una forma cruel y humillante. Todos los personajes de la serie están al límite.
¿Es de etnia gitana? No, pero ha vivido entre ellos y tiene una relación de odio. Se comporta como ellos, pero no es uno de ellos. Su hijo está casado con una gitana.
Le sale el personaje hablando de él. Pues espere que me suelto la melena.
Con Urbizu ha hecho papeles muy duros, los mejores de su carrera: 'La vida mancha', 'La caja 507' y 'No habrá paz para los malvados'. Este Abraham Guerrero parece un paso más allá. Sí, y eso que parecía imposible. Enrique (Urbizu) me refuerza la ilusión por este oficio, tanto por su escritura como por su manera de dirigir. En sus películas no hay gota de grasa, es músculo puro. Tiene algo, una originalidad que no posee ningún otro director. Siempre cuenta la historia como él la ve, sin estar sujeto a nadie. Esta serie va a marcar un estilo, es diferente a todas las demás.
¿Por qué? Primero porque está haciendo cine para la tele. Y después porque la serie huye de los tópicos. En esta historia podríamos ir a lo fácil, la coca y el gitaneo… Pero no. Urbizu sabe mucho y siempre tiene razón. Por eso sus clases en la facultad se llenan. Es una eminencia y te contagia su ilusión.
También hará de patriarca en otra serie, 'Vivir sin permiso'(Tele 5). Son personajes muy diferentes. Este es un hombre que ha montado otro imperio legal y tiene conserveras, una especie de Amancio Ortega. Es un tipo normal, sencillo. Padece alzheimer y se va deteriorando. La serie es una especie de 'Falcon Crest' a la gallega, una familia en la que los que están debajo intentan aprovecharse de la enfermedad del patriarca.
Qué buen momento viven las series tanto en los canales de pago como en las cadenas generalistas. Es una alegría para el espectador y pan para los actores. Movistar+ viene con unas historias muy potentes. Y las privadas, Mediaset y Atresmedia, tienen el culo pelado y están produciendo una ficción estupenda que viaja por todo el mundo.
¿Viajará también 'Gigantes'? Claro. Si algo le sobra a esta serie es calidad. Aunque a veces nos hemos acostumbrado a comer hamburguesas, cuando te ponen un buen solomillo dices: joder, qué rico.