Heraldo-Diario de Soria

ENTREVISTA

David Beriain: 'En 'Clandestino' no juzgamos, mostramos y explicamos'

El prestigioso reportero navarro vuelve al canal DMax con seis nuevas experiencias al límite sobre la delincuencia en América y Europa

David Beriain, en el reportaje de Clandestino (DMax) sobre el tráfico de armas.-DMAX

David Beriain, en el reportaje de Clandestino (DMax) sobre el tráfico de armas.-DMAX

Publicado por
MANUEL DE LUNA
Soria

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Secuestros en Venezuela, la ‘Baby Camorra’, la mafia albanesa, el tráfico de armas y el narcotráfico son los peligroso submundos a los que viaja en esta ocasión el prestigioso reportero David Beriain (Artajona, 1977), y que desde este miercoles, 21 de noviembre, ofrece la cadena en abierto DMax en el ya conocido programa 'Clandestino' (22.30 horas). Son seis entregas en las que el periodista navarro vuelve a jugarse la vida por su pasión por el periodismo para mostrar, con honestidad y profesionalidad, una realidad tan dura como inaccesible para la mayoría.

Nueva entrega con seis historias peligrosas. A este paso, se va a quedar sin material...

'Clandestino' va de conflictos en general y finalizará el día que la gente deje de verlo, porque desgracidamente conflictos hay muchos.

Pero debe ser muy difícil infiltrarse en esos mundos tan cerrados.

No me gusta que se defina lo que hacemos con el término infiltrado, porque da la sensación de ir a escondidas, y yo siempre en todo lo que hago intento evitar la cámara oculta. Es una norma: nunca voy con cartas ocultas ante quien quiero filmar, Por eso, prefiero hablar de  inmersión. Es importante el matiz, ya que yo no busco hacer periodismo a través del engaño. Todos lo que aparecen en mis trabajos saben que no utilizo cámara oculta. Tratamos de entrar en esos mundo y mostrar con la mayor claridad posible cómo son y explicarlo sin tapujos. No tengo nada en contra de quien utiliza la cámara oculta, pero a mí me parece que es un engaño.

Bien, pues entonces, ¿es difícil lograr esa inmersión?

No es nada fácil entrar en estos mundos. Estos reportajes tienen un inmenso  trabajo que no se ve, que es precisamente el contactar con esas personas y esos submundo. Es una labor inmensa que hacen nuestros productores locales, que son lo que están más cerca de esos universos. Pero el periodo de ‘inmersión’ es lo peor de este trabajo. Recuerdo que en Colombia estuvimos encerrados tres meses esperando que llegara un contacto para infiltrarnos en un cartel de la droga. No salió aquello, pero sí otros temas igualmente interesantes.

¿Y cual es el secreto para conseguirlo?

La base para conseguirlo es que exista una confianza. También tiene mucho que ver con la honestidad con la que trabajas. No es que exista un código ético con el que quieres filmar, sino más bien un acuerdo en que aseguras que se mantendrá su identidad en el anonimato. Y no es tanto porque tú te juegues la vida si no lo cumples, sino porque estás poniendo en peligro a quien ha conseguido que tú estés entrevistando a una persona peligrosa a la que has asegurado no descubrir. Vienen a decirte: "Esto no es un juego, y mataré a quien te ha traído a mí".

Quizás no haya un código ético con esas personas, pero parece que usted sí tiene unas normas muy estrictas de trabajo.

Tengo tres reglas: no mentir nunca a quien se filma, somos honestos. No robamos planos, es decir, nadie que no quiera será grabado. Y por último que todos los que participan en el proceso de elaboración del reportaje  deben ser capaces de visionarlo junto a los protagonsitas que han filmado. Es una demostración de que no has sido injusto en el trato. Cumplir estas reglas nos ha permitido volver a sitios en los que ya habíamos estado con más facilidad. Insisto, no juzgamos a nadie e intentamos hacer nuestro trabajo con la mayor honestidad.

Pero esta honestidad con delincuentes puede llevarle a ser testigo de actos criminales.

Sí, puede darse el caso de que seamos testigos de un crimen, pero nunca tenemos conocimiento previo de lo que va a pasar. Y solo contamos en la medida de lo que hemos podido ver. Yo no tendría ningún problema de explicar a la policía lo que se ve en mis reportajes, pero no facilitaré paraderos o identidades de los que aparecen en pantalla. Y esto lo hago en pos de preservar la esencia de nuestro oficio. ¿Tengo que pagar las consecuencias? Pues me atendré a ellas. De todas maneras he de decir que  hemos trabajado en países con situaciones políticas y sociales muy difíciles, pero curiosamente es donde hems encontrado un mayor respeto hacia el trabajo de la prensa.

¿Cuáles han sido los momentos más peliagudos en esta entrega de 'Clandestino'?

Hemos vivido  momentos muy impactantes y difíciles de grabar,  que me hubiera gustado no haber vivido nunca. Como fue ser testigo de cómo un grupo de secuestradores en Venezuela raptó a una persona y grabamos cómo telefoneaban a la familia para pedír el rescate. Fue terrible. Y resulta que algunos de secuestradores son policías venezolanos  en activo, que lo hacen para sobrevivir, ya que cobran alrededor de un euro al mes… Insisto, no juzgamos, mostramos y explicamos.

¿Cuánto tiempo ha estado trabajando en esta entrega de 'Clandestino'?

Para hacer estos últimos seis reportajes hemos tardado todo un año. Pero no son dos meses por reportaje, sino que cada uno ha necesitado un año de producción, ya que se trabaja en paralelo. Para poder hacerlo se necesita un gran equipo y presupuesto. Ahora somos unas 25 personas, y el presupuesto no puedo decirlo por ser un tema interno, pero sí puedo asegurar que es alto. Hay que tener en cuenta que 'Clandestinos' no es un programa para un pequeño canal de TDT de España, sino que es una producción internacional del canal más grande del mundo, Discovery, que lo emite en 50 o 60 países y que tiene audiencias millonarias en toda Latinoamérica y también en Italia.

¿Quizás también su éxito esté en que es un programa muy poco habitual?

Existen muchos profesionales que hacen lo que yo hago, y algunos son muy buenos, pero yo he tenido la suerte de que una gran empresa de televisión ha creído en mí trabajo e invierte en mi trabajo. Apuesta por mis planteamientos y encima me da total libertad de trabajo, y eso es muy difícil de encontrar. Y lo sé porque lo he vivido.

De esta temporada, ¿qué reportaje destacaría?

Es especialmente demoledor el del tráfico de armas, al que le dedicamos dos programas. En los últimos 18 años, 2,5 millones de personas ha muerto asesinadas en conflictos no declarados, todos con armas de fuego provenientes de EEUU. La laxitud en el control y venta de armas en EEUU provoca que no haya un registro serio y que una ingente cantidad  de estas pase al mercado negro. Alrededor de 2.000 armas de fuego cruzan ilegamente la frontera de EEUU para armar a grupos criminales, que a su vez se enfrentarán con estas a las fuerzas del orden de EEUU…

¿Y qué prepara para la próxima entrega?

Seguramente nos centraremos en Europa. En esta entrega de 'Clandestino' hemos empezado a mostrar la mafia albanesa, la nueva camorra italiana… Creo que vamos a profundizar en estos mundos.

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