Heraldo-Diario de Soria

ÁVILA

Detectora de las heridas del patrimonio

Una estudiante de la USAL desarrolla una metodología de bajo coste que permite revelar «de forma rigurosa» patologías presentes en fachadas y construcciones, sin tener contacto con ellas y a través de las nuevas tecnologías.

Susana del Pozo muestra el estudio de patologías en fachadas y construcciones civiles a partir de imágenes láser y multiespectrales que está realizando.-EL MUNDO

Susana del Pozo muestra el estudio de patologías en fachadas y construcciones civiles a partir de imágenes láser y multiespectrales que está realizando.-EL MUNDO

Publicado por
E. Lera
Soria

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Son testimonios vivos de la civilización y constituyen el más valioso patrimonio que conforma la realidad y el futuro. Son edificios, paisajes, ruinas, esculturas, iglesias, murales, museos, pinturas y hasta calles. La realidad es que, a pesar de su alto valor, muchos tienen heridas. La suma del paso del tiempo o la negligencia de sus propietarios les han arrastrado hasta ese punto.

Para frenar esta aciaga situación, Susana del Pozo, estudiante de la Universidad de Salamanca, está inmersa en un proyecto que tiene como meta desarrollar una metodología de bajo coste que permita detectar «de forma rigurosa» patologías presentes en fachadas y construcciones civiles, sin tener contacto con ellas y a través del uso de las nuevas tecnologías.

En este sentido, las imágenes multiespectrales se alzan como alternativa «no destructiva» a los métodos de inspección más expeditos en los campos de la ingeniería civil y el patrimonio cultural. Se trata de realizar capturas remotas de datos tanto con sensores pasivos –cámaras convencionales y multiespectrales– como con sensores activos – láseres escáneres terrestres– que trabajen dentro del rango visible infrarrojo del espectro electromagnético. «Estos dispositivos capturan la luz reflejada por los materiales y si se logra conocer esta proporción se podrá saber ante qué patología estamos», explica Del Pozo. Por lo tanto, el desafío se centra en transformar cada valor almacenado por cada pixel de las imágenes en un valor físico real de reflectancia. Este proceso de transformación se denomina calibración radiométrica.

En este proyecto, se ha apostado por una medición de bajo coste como la cámara multiespectral de seis canales, diversas lonas y vinilos de colores que han sido utilizados como superficies de control, así como varias superficies naturales y artificiales homogéneas como céspedes, asfalto, cartón... Además, se ha desarrollado un software pionero –MULRACS– para asistir al proceso de calibración que es válido para cualquier tipo de sensor y longitud de onda dentro del rango visible infrarrojo del espectro. «Permite transformar imágenes procedentes de cada sensor en imágenes con valores de reflectancia a través de una interfaz y procesado muy intuitivos».

En la actualidad, las inspecciones rutinarias se llevan a cabo de forma visual, «con una connotación subjetiva» y basándose en la experiencia desarrollada durante años por el experto, sin que se produzcan evaluaciones cuantitativas del estado de conservación al respecto, afirma. Es por ello que tanto una «evaluación rigurosa y vigilancia de forma remota» resultan «claves» para la conservación de estas construcciones, especialmente en las áreas de mayor exposición a factores de degradación.

La combinación hardware-software de bajo coste y desarrollo propio hacen de esta propuesta una metodología «única» en el mercado gracias a la cual se pueden realizar estudios y análisis de cualquier tipo de material «lo que abre el abanico» de disciplinas que pueden verse beneficiadas. Y es que la principal ventaja que aportan los sensores, tal y como señala esta abulense, es que brindan geometría y métrica, por lo que cualquier ‘herida’ puede ser cuantificada.

Esta tecnología se basa en el estudio del comportamiento que tiene la energía al interaccionar con los materiales terrestres. En concreto, se centra en el estudio de la proporción de energía reflejada por cada superficie para cada longitud de onda del espectro electromagnético, es decir, la obtención de la denominada ‘firma espectral’ de cada material.

En este sentido, se apuesta por la combinación de los distintos sensores –pasivos y activos– para capturar la radiación reflejada por los materiales a estudiar, en este caso fachadas de edificios históricos y obras de ingeniería civil, y ya sea esta radiación procedente del sol o emitida por los propios dispositivos. El proceso de planificación de la toma de datos es «crucial» para obtener unos buenos resultados, destaca Susana del Pozo.

El valor añadido de este proyecto, que comenzó en septiembre de 2011 ligado a su tesis doctoral, es el ahorro por la apuesta de una metodología y procesados de bajo coste, así como la versatilidad en uso tanto en plataformas como en dispositivos aéreos tipo drones o paramotores de alturas moderadas, para las cuales la afección de los gases atmosféricos sea despreciable. También ofrece la posibilidad de calibrar radiométricamente cualquier tipo de sensor mediante el software.

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