SEGOVIA
Coches vestidos con colmenas de papel y vidrio
Rudem fabrica bandejas y suelos para maleteros mediante el enlace de la tecnología de nido de abeja con el poliuretano
¿Qué tienen en común una colmena y un maletero de un coche? No es el comienzo de un chiste, sino la base del revestimiento interior de los vehículos. Sí, aunque pueda parecer raro, también se ponen sus mejores galas. No salen de compras, pero cuentan con atuendos, y cada vez más innovadores, realizados por unos sastres muy especiales.
Grudem es uno de ellos. Fabrica bandejas y suelos de carga, que enlazan la tecnología de nido de abeja con el poliuretano. Las piezas, tal y como explica Manuel Cortés, consejero delegado de la empresa segoviana, se producen mediante una espuma de poliuretano rígida, con una estructura interna constituida por un sándwich de papel en forma de nido de abeja con coberturas de fibra de vidrio. «Adquiere la forma definitiva en una operación de moldeado mediante la cual el poliuretano penetra a través de la fibra y se une al papel que configura el nido de abeja». De esta forma, se obtiene una pieza «ligera y con buenas propiedades mecánicas», que es capaz de soportar grandes esfuerzos.
La tecnología permite combinar estructuras ligeras con materiales de refuerzo como fibras de vidrio y fibras naturales que después de la aplicación de poliuretano se convierten en «diseños exclusivos». Además, las piezas pueden recubrirse con textil o films termoplásticos para conseguir una mayor variedad de acabados exteriores y calidades.
Cortés comenta que tanto las bandejas como los suelos cuentan con «la mejor relación» entre la resistencia mecánica y el peso; diferentes geometrías propias del proceso; gran variedad de espesores; grandes dimensiones sin deformaciones; distintos recubrimientos exteriores y un proceso que se adapta a las cadencias de producción.
En este sentido, destaca que el principal valor añadido radica en su estabilidad dimensional; es decir, aguantan tanto los 50 grados centígrados de Sevilla como los bajo cero de Finlandia. «Los materiales tienen que ser capaces de resistir las dilataciones, cuya presencia puede comprobarse de forma sencilla: los ruidos del coche se producen cuando los materiales cambian de dimensión», apunta el consejero delegado de la empresa con sede en Valverde del Majano. No hay que olvidar tampoco, agrega, la ligereza, resistencia y posibilidad de hacer cientos de formas.
El proceso, en definitiva, se basa en convertir bobinas de papel en una estructura de nido de abeja, a la que se aplica láminas de vidrio y, por último, se espraya el poliuretano y se termoconforma.
Estos materiales se suministran a proveedores de primer nivel que son los que venden los maleteros completos a grandes gigantes de la automoción. Entre sus clientes, figuran Faurecia, Autoneum o Treves.
Comercializan más de un millón de piezas anuales y en 2016 facturaron 13,5 millones de euros. Sus bandejas y suelos se encuentran en vehículos, como el Renault Kadjar, Renault Captur, Ford C-max, Ford S-max, Audi Q3, Jeep Renegade, Fiat Cinquecento 500 X, Jeep Compass, entre otros. Este negocio segoviano es el único fabricante de este tipo de piezas del sur de Europa y exporta a Francia, Italia y Brasil.
¿Cómo surgió la idea de vestir a los automóviles con colmenas de papel y poliuretano? Según cuenta Cortés, el culpable fue la crisis económica. Esta empresa nació en 1995 enfocada al embalaje, el mobiliario y las artes gráficas, sin embargo, en 2006 dio un paso firme hacia la reconversión para prestar servicio a una de las industrias más pujantes de Castilla y León: la automovilística. Y el tiempo les ha dado la razón.
«Hemos sabido superar la crisis», sostiene el consejero delegado de Grudem, que recuerda que esta empresa de carpintería se dedicaba a hacer mobiliario basado en la estructura de nido de abeja. La base de su actual negocio es la misma, pero el proceso es diferente. «Con el desplome de la construcción y la desaparición de las cocinas, el mobiliario, las puertas y ventanas, nos vimos obligados a reinventarnos y conseguir nuevos mercados», cuenta.
Ahora ya no fabrican mobiliario, pero el 20% de su actividad se basa en sus otras dos patas: el embalaje y las artes gráficas. Para la primera, este equipo segoviano ofrece «una extensa gama de posibilidades» para la protección y acondicionamiento de todo tipo de materiales y productos en su manipulación y transporte. Las soluciones se configuran a medida teniendo en cuenta las necesidades del cliente y en función de los requerimientos del producto que van a proteger. Los embalajes son de alta calidad y cien por cien reciclables.
El segundo nicho de trabajo es la industria gráfica, donde según señalan en su página web, se ofrece «un excelente acabado» blanco estucado para la impresión digital directa ultravioleta y serigrafía. Su estructura de nido de abeja hace que el producto sea «rígido, resistente y muy ligero». Otra de sus características es su fácil manipulación, válido para el corte en uve para doblar consiguiendo el ángulo de 90 grados centígrados.
A día de hoy esta empresa que aguantó los empujones de la crisis económica cuenta con un equipo de ingenieros que trabaja en la búsqueda de nuevas aplicaciones tanto dentro como fuera del sector del automóvil. «Es nuestra manera de diversificar». De hecho, manifiesta que este negocio creció apoyado en el mobiliario, al que no descartan volver.
Grudem dio una vuelta de tuerca en 2006, no obstante, hasta el año 2014 no recogió los frutos sembrados por aquel entonces. Todo ese tiempo sirvió para analizar su situación y buscar un camino que permitiera seguir trabajando en lo que sabían hacer pero adaptado a los nuevos tiempos. Lo encontraron en uno de los pilares de la economía castellano y leonesa.
«Aunque empezamos en el año 2006, no vendíamos casi nada. Cuando realmente hemos despegado ha sido en 2014», reconoce Cortés, quien es consciente de que, aunque tienen una trayectoria importante que les avala, ahora su meta se encuentra en crecer más, consolidar su posición en el mercado y potenciar su tecnología.
Cuando tengan esos deberes hechos, su siguiente paso, tal y como comenta el consejero delegado de la firma segoviana, será diversificar. Para ello, de sus ventas destinan el 3 % a investigación e innovación. Son conscientes de que su salvavidas fue, precisamente, la I+D+i.